♥24 Capitulo♥ El plan

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La noche siguiente, comencé a prepararme para visitarlo, Handan me estaba ayudando a peinarme, cuando el eunuco amigo de Handan toca nuestra puerta.
"El sultán ha pedido a la concubina Sun"
Me levanté rápidamente de mí asiento y comencé a caminar pensando en como evitarlo, pero de nuevo no tuve ninguna idea, y otra vez pasó la noche entera con el.
Comenzaba a temer realmente, no quería perderlo y había perdido las ideas.

Llore nuevamente, temo perderlo decía, Handan me decía que eso no pasaría.
Al otro día desayuno con ella, no me llamo y probablemente se enamoró de ella.

Me había decidido, si ella pasaba otra noche más con el, me suicidaria, tirandome de nuestra torre. Si el ya no me amaba, aquel palacio no tenía ningún sentido.

Salí a despejarme, y graciosamente me encontré con el. Reverencie e intente seguir caminando sin hablarle pero él dijo la primera palabra.
—Kader...– al decir eso me di la vuelta.
—Mi sultán... ¿Que sucede?– Dije sin mirarlo a los ojos como hacía habitualmente.
—¿Porque no me miras a los ojos?
—Perdoneme mí sultán, si me lo permite tengo que ir a cuidar al príncipe.
El se fue antes de que yo terminé de hablar, quizas este enfadado.

¿Porque él había pasado tanto tiempo con ella? ¿Que es lo que ella tiene de especial? No sé... El es complicado, ¿Porque él es tan difícil de entender? Un día dice amarme, me entrega el mundo, y al otro día el me abandona por otra mujer.
Quizás esté exagerando, quizás no es el fin aún, solo debo pelear por el pero ¿Cómo? En mí vida anterior nunca tuve que pelear contra alguien...

Ahora que lo pienso, ¿Y si esa mujer quiere lastimar a mí hijo? Entendería que quiera estar con el sultán pero... ¿Y si simplemente ella quiere ser la madre Sultana algún día? Temo por la vida de mí hijo ahora...
No... Yo soy la Sultana Kader, y soy el destino de este imperio, nadie puede quitarme de mí lugar ahora, me voy a aferrar y pelearé con garras y dientes.

Por algo vine a este tiempo, por algo es que el viento me trajo hasta este palacio, si no fuera mí destino, estaría en mí hogar con mí familia, pero no, vine aquí.
Voy a proteger lo que es mío, siempre de cualquier mujer que se entrometa.

Así fue que planeamos con Handan, una manera de echarla del palacio.
Pero sería complicado, intentaríamos hacer que no nos descubran sin embargo no me quedaba otra opción y sentía que el tiempo se agotaba. No faltaría mucho para que ella quedará embarazada.
No quería ser cruel, no pensaba manchar mis manos con sangre porque de haber sido así, yo ya la hubiese matado la primera noche.
En ese caso tendría que pagar por mis pecados, ala no me lo perdonaría.
Sin embargo no dudaría ni un segundo si intentará hacerle daño a mí príncipe o a mí sultana.

La asiática sun, era hermosa sin embargo era muy orgullosa y creía ser importante, solo por haber pasado dos noches con mí marido, pero ella no valía nada.
El día siguiente ya teníamos todo planeado con Handan, yo iría a ver a nuestro sultán ya que es jueves sagrado y solo la esposa puede estar junto a él los jueves.

Dejé a mí príncipe a cuidado de Handan, y me preparé , estaba más hermosa que nunca pero está vez me deje el pelo suelto. Aquí en estas épocas era mejor visto el cabello recogido pero yo sé que el cabello suelto se ve mejor y es más bello.
Mientras bebíamos y comíamos con mí sultán luego de haber hecho el amor, tocan la puerta desesperadamente.

El sultán deja pasar al jefe del harem, quien dice "Han secuestrado al príncipe Tarkan" a lo cual yo me levanto rápidamente de mí asiento y corro hacia la puerta.
—¿Cómo? ¿Q-quien lo tiene?- dije nerviosa, sin poder llorar y temblando.
Mí sultán también se levantó rápidamente, y camino hacia la puerta.
—¿Ya lo encontraron? ¡Busquenlo por todo el Harem!- Estaba furioso, nunca había visto a mí amado tan enojado.
El jefe de los eunucos dijo que aún no lo han encontrado, que lo estaban buscando.
A lo cual mí sultán mando a más guardias a buscarlo, todo el Harem estaba buscándolo.
Mientras tanto yo lloraba y temblaba en el suelo, "Quiero a mí hijo de vuelta" decía. Mí sultán me agarró de los hombros y me consolaba
—Lo encontraremos Kader, No llores más, estará bien, debes ser fuerte.

Pasaron unos minutos y encuentran a mí hijo el príncipe Tarkan, en brazos de la concubina Sun, quien lo estaba llevando hacia el cuarto de telas, donde aquella vez fui encerrada.
Se lo sacaron y me lo dieron en mis brazos.
El sultán estaba al lado mío y le pregunta.
—¡¿Que hacías con mí hijo en tus brazos?!- gritaba y le sostenía con fuerza de un brazo.
La tira al suelo y ella entre llantos comienza a hablar.
—La Sultana Kader me pidió que lo trajese a este cuarto, solo cumplía ordenes.- Decía mientras lloraba desesperada.
El sultán se enfureció más
—¿Cómo pudo haberte dicho eso sí estuvo toda la noche conmigo? ¿Acaso crees que soy idiota?
Antes de decir una palabra más, el sultán llamo a los guardias para que se la llevasen al calabozo.

Diario de un palacioOnde histórias criam vida. Descubra agora