♥capitulo 25♥ Castigo

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Rápidamente llegó Handan llorando, a lo cual apenas la vi comencé a gritarle.
—¡Yo te dejé a mí hijo a tu cargo! ¡Debías cuidarlo! Inutil.- estaba furiosa.
—Perdoneme mí sultana- dice entre llantos - El bebé estaba durmiendo y quise descansar un poco, cuando desperté el ya no estaba, perdoneme mí sultana merezco morir.
—Menos mal que mí hijo está bien, si no, no lo dudaría.
Mí sultán había visto toda esta escena, y al terminar de pelear y de gritar, el solo me agarró de la mano y me llevo a sus aposentos.

—Tranquilizate, ya esta aquí, no debes seguir mal.
Yo aún temblaba y abrazaba a mí bebé.
—Perdone mí sultán, estaba muy preocupada por nuestro príncipe.
—No temas Kader, mí luz, Te prometo que la esclava Sun pagará con su vida.

Al escucharlo se me heló la sangre, ¿Realmente la matará? ¿Estoy manchada con sangre?
Al otro día, me despido de mí sultán y vuelvo a mis aposentos.
Al llegar dejó a mí bebé en la cuna y celebró con Handan.
—Mi sultana no sabía que era tan buena actriz- dijo entre risas.
—Lo hiciste muy bien, cuéntame qué sucedió, cómo lo lograste, habla.
—Realmente temía que algo saliera mal. Mandé a llamar a la concubina Sun, y le dije que usted había pedido ver a su hijo en el cuarto de telas ya que estaba buscando una buena para el. Ella simplemente lo sostuvo y fue hacia allí, mí amigo el eunuco le fue a avisar rápidamente que había desaparecido el príncipe al jefe, ahí fue cuando el salió a correr.
—Claro, luego lo encontró tu amigo eunuco y ahí nos avisaron, ya veo... Por suerte sun no era muy buena hablando, aunque nuestra pelea final hizo que el sultán no sospechara en nada de ti.
—Creo que con esto será suficiente para que ella desaparezca sultana, usted es una mujer muy inteligente.

Bebimos y cantamos con Handan, festejamos el hecho de que Sun se iría al viejo palacio, no creía que nuestro sultán realmente pensara en matarla.
Aunque así fuese, estaba comenzando a sentir que no me importaba, si esto era volverse fuerte, entonces así sería.

Mí sultán me mandó a llamar, a lo cual fui inmediatamente.
Al llegar me pide que tome asiento.
—Mi hermosa sultana, la concubina Sun será ejecutada hoy mismo, tienes que estar en la torre.
—¿Realmente piensa matarla, majestad?- Dije muy tensa.
—Secuestro a un príncipe, el mínimo castigo es la muerte ¿Quien sabe si lo volverá a intentar?
—Mi sultán... ¿Usted se había enamorado de ella? -me atreví a preguntar mirando al suelo y con tristeza.
—La única mujer que ocupa mí corazón eres tú,Kader, ¿Acaso crees que hay espacio para otra mujer? Tú eres mí esposa y la madre de mí príncipe, siempre serás la primera.
—Mi sultán... Nunca me deje... Prometo darle más hijos, sultanas y príncipes, el palacio estará lleno de niños, lo juro.
El me sonríe y acaricia mí cabello.
—¿Que ha pasado con la esclava Handan? - me puse nerviosa cuando dijo esto.
—Eh... No lo sé...- dije sin saber que contestar- Ella es mí amiga pero...
—¿Confías en ella?- me interrumpe
—Se que ella no está involucrada, es un poco torpe quizás, necesita más educación.
—Si tu confías en ella, entonces yo también mí hermosa rosa.
—Si mí sultán, intentaré hacer que sea más atenta.

Me dijo que ya podía retirarme ya que tenía que trabajar en asuntos del imperio , a lo cual me fui a mis aposentos.
Me senté en la cama,y solo podía pensar en la palabra "Ejecución".
Ahora sí estaba en problemas, ahora sí, mis manos estarían manchadas de sangre. Luego de la ejecución voy a ir a rezar a la mezquita, voy a pedir permiso a mí sultán.

La hora ha llegado y subí junto a Handan hacia la torre, allí estaba ella con un camisón blanco, iban a ahorcarla. Nunca en mí vida había visto la muerte de alguien... Tal vez ella no se merecía esto pero ya era demasiado tarde, pido perdón a mí misma también por haber llegado tan lejos por amor.

La concubina Sun fue ahorcada frente al sultán y sus hombres.
Me convertí en aquello que odiaba, termine siendo más codiciosa que el resto, tengo miedo de que las cosas empeoren y que me vuelva cruel.
Probablemente ya no hay Marcha atrás.
Handan intenta consolarme diciéndome que ella haría lo mismo por su amor pero no es lo mismo, yo nunca creí que esto sucedería, aún estoy pensando. Estoy un poco arrepentida.

Caminando de vuelta a mis aposentos, me detiene la Sultana Melek.
—¿Tú crees que yo soy estúpida?
—Disculpe sultana, no entiendo de qué habla.
—El sultán quizás se lo cree pero yo no, yo vi lo que hiciste, pagarás las consecuencias... Ya verás- dijo y se dio la vuelta yendose.
Eso fue una clara amenaza y en parte me asusta, debo obtener más poder, soy una mujer poderosa sin embargo no puedo competir contra la Sultana Melek o la madre Sultana.

Diario de un palacioUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum