Changes.- /\ Sindrome de Estocolmo 2.- {David (Auryn)}

2. Repugnante mundana

Viernes, 12 de diciembre.

'¿Qué te pasa pedazo de loca?'– Respondí a su mensaje en cuanto lo lei. 

"Creo que tengo visiones"– escribió ella como una bala, casi al instante

'Qué que te pasa sos'– volví a escribir

"Veo doble, necesito graduarme la vista

Ahora que lo pienso, tampoco es para tanto

Porque no puede ser :')

Olvidalo, no has leido nada. 

Estos no son los droides que estais buscando."– escribió sobre la marcha sin siquiera dejarme responder

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Sábado, 13 de diciembre.

"Bangerz, bangerz"

Me retuerzo bajo el edredón aún sin abrir los ojos.

"Fucking bangerz, bangerz"

Yo, Carla, actualmente acostada en mi cama con el edredón hasta la nariz, maldigo a todos los despertadores habidos y por haber en este jodido mundo.

"Bangerz, bangerz. F-f-f-fucking bangerz"

Maldigo también a los jodidos explosivos 

"All the way in the back, with a..."

Logro darme la vuelta y parar la música que actua por despertador. No sé por qué pongo canciones que me gustan como alarma, las acabo cogiendo un odio increible. La tengo que cambiar. Miro la hora del móvil, con los ojos entrecerrados por la luz cegadora de la pantalla. Las 6:15a.m. Quién me mandaría a mí cojer un vuelo a las 9. Quiero dormir jo. Me siento en la cama con la esperanza de despejarme un poco. Pero me caigo hacia un lado, y me vuelvo a acurrucar entre las mantas calentitas. La puerta se abre, y veo la luz. Mierda. Escondo la cabeza y gruño como un cachorro. Pero algo me quita toda la protección de sábanas que poseía. Miro de mala gana y veo a mi madre, ya vestida y arreglada de pie en frente de mí. 

–¡Venga! Que tenemos que salir en quince minutos.– dice ella mientras intenta sacarme de la cama.– Tienes el desayuno listo abajo, no tardes. 

–¿Cómo puedes tener tanta energía a estas horas?

–No soy yo la que se queda hasta las tantas chateando.

Eso es mentira, no estuve chateando. Estuve petando a María, que por cierto no me ha respondido quién es el misterioso novio de Sarian. Será algún doble de Harry Styles o algo. La habrá dado un ataque de nervios y ahora estará feliz, tirada en su cama hasta las mil. Porque está de vacaciones y puede dormir. Como debería estar haciendo yo. Pero nooooo, la quiero tanto que tengo que ir a verla. Sería más fácil descargarse el skype y ya. Las 6:19. Matadme. 

A ritmo de zombie, me dirijo a la cocina. Me he vestido y calzado en cinco minutos. El pelo ya es otra cosa. Los arreglos de última hora en el coche están para algo, y los gorros también. Me siento en la mesa, con una taza de ColaCao caliente que me espera. Como si me pesara el brazo, intento agarrar un paquete de galletas, pero está muy lejos. Paso de levantarme, seguro que mi querida madre ha metido chuches y eso en el bolso de mano. Me termino el tazón y lo llevo a la pila. Saco el móvil y, antes que nada, veo mi reflejo con un bigote de chocolate. Ay, el baño está muy lejos, jo. 

Mi madre ya ha acelerado a toda la casa, me ha dado toallitas para limpiarme y también un cepillo para el pelo. Ahora estoy en el coche quitándome nudos del pelo a milímetros. No hay música en la radio, pero hay que hacer demasiado esfuerzo para desenredar los cascos, luego enchufarlos, luego cojer el móvil, meter la clave, ir hasta el reproductor de música, elegir una canción... demasiado esfuerzo.