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Mis ojos escoltan la espalda del hombre furioso que camina de un lado a otro, Almartz, maldice una y otra vez. Su rostro luce cansado y su cuerpo no hace más que tensarse a medida que transcurre el tiempo.

—Puede por favor quedarse quieto —dirijo una mirada fulminante hacia él.

—No lo entiende, ¿verdad? —sus pies dejan de moverse, colocándose en una postura de espalda erguida.

—Entender que dejó a Dean irse con el psicopática de mi padre, o debo entender que prácticamente me secuestro para impedir que Dean entrara a la bodega—arqueo mi ceja, mientras cruzo mis brazos de manera molesta.

—Muchacha usted no tiene juicio —toma con sus manos su cabeza, él está exasperado.

—Entonces explíqueme Almartz, porque yo ya formé un criterio sobre usted, si no me explica seguiré pensando que usted es un completo idiota, e inservible guardaespaldas —me coloco de pie comenzando a caminar hacia mi habitación, Almartz me detiene con voz gruesa.

—Soy más eficiente de lo que imagina, muchacha —su mirada seria vuelve a clavarse en mí —. Si los planes no se cuentan es por qué existen razones, ¿no lo cree? —se sienta en uno de los sofás.

— ¿Entonces no me lo contará? —suspiro de manera frustrada —, ¡váyase al demonio, usted y todos! ¡Me cansé Almartz!, ¡con todo respeto se puede meter su información por el trasero! Tenga buenas noches.

De manera furiosa camino por completo a mi habitación, azotando la puerta en el proceso.

Almartz y todos me condenan a la incertidumbre.

(...)

Me levanto de manera abrupta al escuchar algo romperse en la sala de estar, con cuidado enciendo la luz de mi habitación, a paso lento me guío hacia la puerta y la abro con cuidado. Escucho a Almartz maldecir, luego la voz de Dean.

Suspiro con alivio, aunque la situación haya empeorado, aunque Dean no esté bien.

—Almartz se nos agota el tiempo, si mi madre te despidió, no me interesa. Debes volver a Washington, debes estar con ella, debes hacer como que nunca sucedió —Dean habla calmado, pero su voz suena muy triste.

—Joven lamento haber cometido ese error, pero no puedo volver a ver a su madre, no después de lo que sucedió.

— ¡Crees que me siento bien con lo que tú y mi madre hicieron! ¡Crees que estoy bien con la idea de tú y mi madre acostándose en la misma cama en la que duerme mi padre! —Dean escupe las palabras con enojo —. Eres el único en el que confío, eres mi guardaespaldas de confianza, conoces mi carácter, conoces a mi familia... vuelve a Washington y protege a mis padres, escóltalos hasta el día del evento —su voz se quiebra.

Contengo la respiración, lo que Dean está diciendo...
sus palabras poseen un alto nivel de estrés y preocupación. Nunca pensé en el lío amoroso en el que se encuentra Almartz, pero sí sé, qué, si el padre de Dean se entera... sus consecuencias serán graves.

—Lo haré —Almartz suspira —, pero si haz cambiado el plan o la estrategia, es momento de hacérmelo saber.

Observo a Dean levantar la mirada al techo y luego tragar con dificultad.

—No Almartz, estas ya son mis consecuencias, solo sigamos el protocolo que te indique. Nos quedan aproximadamente una semana —suspira —. Si mi madre pregunta, todos son negocios.

Observo como Almartz entierra la cara en sus manos, antes de colocarse de pie e ir hasta la puerta.

—Cuide a la muchacha, a ella le importa mucho su bienestar —él le dedica una última mirada.

—Adiós —Dean le dedica un asentamiento de cabeza.

—Adiós.

Sale del apartamento y yo aprovecho su salida para hacer notar mi presencia.

Dean se queda de pie observándome, no me pierdo la preocupación de su mirada, e incluso siento como sus pensamientos tratan de arremolinarse en su boca, pero este prefiere torturarse y guardárselos.

—Escuché tu conversación con Almartz —confieso —, él está arrepentido.

Dean niega y camina hacia la barra de licor.

—No hables por los demás, ahora, ¿qué te hizo pensar que ver a tu padre traería solución hacia mí?—se sirve un poco de licor.

— ¿Ahora tomarás una actitud de reproche hacia mí? —sonrío de manera irónica.

—Piensa bien para la próxima —se bebe todo el licor, mientras no me quita la mirada de encima.

—Sabes qué, Reynolds, ¡eres un imbécil! —estoy dispuesta a marcharme, pero su mano me detiene.

—Soy tan imbécil que he llegado al tope de los límites de quererte tanto, estoy dispuesto a hacer lo que sea para mantenerte a salvo —su mano desciende por mi brazo —, pero soy tan masoquista que estoy dispuesto a dejarte ir, no deseo que algo malo te suceda.

Por unas fracciones de segundos solo son nuestras miradas las que hablan por sí sola.

—No lo hagas —mi voz comienza a temblar, no me imagino una separación, no ahora que mis sentimientos le pertenecen.

Sus labios impactan con fuerzas los míos, me hace flaquear al primer intento, nunca pensé que necesitaba con tanta fuerza este beso reconfortante. Sus dedos se clavan en mi nuca atrayéndome por completo, rindiéndome hacia él.

Mis manos se aferran a su abdomen, parecemos que juntos caeremos al abismo, esto es algo que no se puede controlar.

—Prométeme una cosa Aubrey —susurra contra mis labios.

—No ahora Dean, no me hagas prometer algo que no quiero escuchar —he comenzado a sollozar, sé que las cosas no están bien, el muro está por caerse.

Él no me suelta, me abraza con mucha más fuerzas, mientras yo sollozo en su pecho; jamás me había sentido así de vulnerable, nunca sentí el pánico de perder a alguien, no hasta cuando mi hermana murió, pero no quiero que pase lo mismo con Dean, no cuando me he aferrado a la idea de estar juntos. No cuando nuestra atracción se ha completado.





















***
Tres cosas:

1. Sigan a la página oficial de Instagram, hay dos comunicados que son importantes.

2. Estamos prontos a acabar

3.No se olviden de votar, ahora es muy importante, una de las noticias en Instagram les explicará el por qué.

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