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Mi vista se encuentra fija en el cuaderno de notas se encuentra en la pequeña mesa de la habitación de Dean. Todos mis impulsos parecen hablar por si solos, pero a su vez me advierten que debo respetar su espacio, sé que existe una extraña razón por la cual él nunca me ha mostrado su cuaderno de notas. Siempre está callado y concentrado cuando se dedica a escribir en el cuaderno, sé que por alguna razón oculta sus escritos, a su vez sé que yo no soy parte de ellos.

—Pensé que lo ibas a leer.

La voz ronca y cálida de Dean irrumpe mis teorías sobre su cuaderno misterioso. Se encuentra apoyado en el marco de la puerta de su habitación, luce sereno.

—Lo lamento, quería saber si tenías alguna reunión misteriosa con mi padre o alguna entrega, no sé cómo me he parado a pensar en tu cuaderno —me sincero.

—Tuve las reuniones —suspira — ¿sigues molesta, verdad? —enmarca una de sus cejas.

—El sabor amargo de tu egoísmo no sé me pasa —aclaro —, iré a servir la cena —me coloco de pie y camino hacia él.

—Ya he venido comiendo, no leíste nada de eso, ¿verdad? —su semblante se endurece, parece que esta vez sí está molesto.

— ¿Te aseguraste que la comida no contenga veneno?—lo observo con fijeza.

—Aubrey evadiré tu broma, ¿leíste algo? —toma mi antebrazo de manera suave, sin provocar daño.

— ¿Qué sucede si lo hice? —enmarco mi ceja izquierda.

—Pensaré que no existe confianza entre ambos —aclara.

—Es muy raro que yo esté pensando justamente lo mismo, las razones ya las sabes —puntualizo —, no leí tu cuaderno, aún ruego por qué no exista más secretos.

Suelto su cálido agarre de mi antebrazo y escapo de la tensión que ambos hemos estado creando, no es justo que nos comportemos así, no cuando estamos a punto de adentrarnos a una situación que ambos desconocemos, "El evento".

(...)

Camille recuesta la cabeza en mi hombro al ver a Rob colocar el letrero de venta, la cafetería en la que hemos pasado la mayor parte de nuestro tiempo está oficialmente en venta.

—Siento que quiero llorar —Sebastien parpadea de manera teatral, él se encuentra conteniendo las emociones.

—Mi hogar —Camille habla con la voz entrecortada.

—Dejen las caras de aguacero —Betulia, la tía de Sebastien se posiciona en frente de nosotros con los brazos en jarras.

—Es un momento triste —agacho mi rostro.

—Deberían estar contentos, les estoy dando alas a sus metas —Rob niega con desaprobación.

—Yo quería ser un gran mesero —Sebastien frunce el ceño.

—Yo quería ser una líder de meseras —Camille se aflige.

—Yo quería seguir lavando los instrumentos de la cocina —me encojo de hombros.

—Yo quiero que ustedes trabajen en algo por lo que ustedes se han preparado. No toda la vida van a limpiar mesas, prepárense para su futuro —Betulia abraza a Rob.

—Voy a extrañar a mis viejitos consentidos —Camille se acerca a los tíos de Sebastien y los abraza.

—No lo menciones —esta vez los ojos de Sebastien están muy rojos, no sé si pueda aguantar más las ganas de llorar.

—Yo los extrañaré demasiado —confieso —, son mis otros padres.

—Al parecer él también nos extrañará —Rob señala hacia un costado de mí.

Giro lentamente, encontrando a Dean a un lado de su coche.

—Quiere arreglar algo —Betulia señala las flores que sujeta Dean, no me pasa desapercibido el cuaderno que lleva en otra de sus manos.

—Alguien tendrá una cita —Camille sonríe.

—Los admiro tanto —Sebastien comienza a fastidiarme de la misma forma en la que yo lo he hecho desde que ha comenzado a salir con Camille.

—Nos vemos mañana en el almuerzo que preparan —me despido de todos, mientras observan toda la escena que Dean está creando.

Camino de manera lenta hasta llegar hacia él, su mirada no se despega de mí.

—Creí que me dejarías plantado con estas rosas y esto —me entrega su cuaderno.

— ¿Por qué me lo das? —Frunzo el ceño —, no quiero que sientas presión en demostrarme algo que tiene mucha importancia para ti —suspiro y le entrego su cuaderno.

—Quiero que lo conserves, esto será así —cierra los ojos y cuando los abre veo la preocupación reflejada en su mirada —, lo leerás después del evento, si todo marcha bien lo leeremos juntos y te explicaré cada detalle, si todo se sale de control lo leerás sin mí —me entrega las rosas que ha comprado para mí —, deje una nota.

—Dean no me hagas creer que te estás despidiendo de alguna forma extraña —trato de mantener la calma.

—Te quiero Aubrey, créeme que odio las despedidas, solo estoy advirtiendo que te quedarás con una parte de mí si algo sucede —se acerca a mí y toma mi rostro —, te mereces un buen amor, estoy tratando de serlo.

—Dean no me hagas creer cosas malas —evito llorar

—Te quiero Bambi —sus labios rozan los míos —, ahora vamos porque estamos ofreciendo una buena escena romántica.

—Me encanta ser la protagonista —sonrío contra su boca.

—Me encanta ser el guapo protagonista —guiña un ojo, mientras me toma por la cintura.

—Tu ego me asfixia —coloco la mirada en blanco.

—Sube esposa —abre la puerta del coche para mí.

—Gracias esposo.

No quiero pensarlo, no quiero dar vueltas en todo loque se avecina, pero sé que asumiré las consecuencias, sea como sea.



























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ATRACCIÓN PELIGROSAWhere stories live. Discover now