La suerte del capitán (Suerte #2)

29| Una decisión díficil

Billy había pasado una mala noche y todo gracias a que su mente no le daba un minuto de descanso y luego estaba el hecho de haber actuado tan distante con Jason, pero es que no podía actuar normal, almenos no después de haber escuchado aquella conversación y si, tal vez debio haberlo hablado con el castaño; sin embargo sentía que si lo hacia, las cosas solo terminarían en desastre.

Por eso al día siguiente cuando recibió un mensaje de Jason informándole que no asistiría a la escuela porque debía ir con su madre a  resolver un asunto familiar...o algo así, no pudo sentir más que alivio. Necesitaba volver a sentirse seguro y para eso necesitaba tiempo y un día sin Jason, por mucho que le doliera.

Al menos una parte de él quería convencerse de que necesitaba distancia, pero la parte de él que se había apegado de sobremanera al castaño estaba sufriendo, pues lo extrañaba.

Así que aquel día en la escuela fue algo aburrido, tedioso y desesperante porque lo único que quería era a Jason para hablar con él, para robarle besos cuando nadie se diera cuenta o simplemente para ver esa hermosa sonrisa que tanto le encataba. Así que paso los primeros dos periodos en un estado de irritación que no podía esconder y por eso decidio que no entraría a la tercera clase y en su lugar, fue hasta la azotea para tener un poco de privacidad.

*
Daemon caminaba por el pasillo, había sido enviado a la biblioteca a devolver los libros que utilizaron en la clase de literatura, un total fastidio si se lo preguntaban. Pero mientras hacia su camino de regreso, vio a Billy Tucker yendo hacia el segundo piso, probablemente iba a la azotea. Al principio no le dio mucha importacia, pero luego recordo la forma en la que Billy se había comportado por la mañana cuando se saludaron en la entrada de la escuela. El rubio parecia agobiado y triste...

"No es asunto mio" se dijo, pero para que engañarse, ya consideraba a Billy como un amigo y verlo con esa actitud decaída no le daba buena espina. Entonces subió a la azotea, solo para asegurarse de que todo iba bien.

No fue difícil encontrar a Billy. El rubio estaba sentado en la vieja banca oxidada junto al cobertizo. Tenía la mirada perdida mientras se mordisqueaba nerviosamente el labio inferior.

—Así que Jason falta un día y tú te conviertes en todo un vago ¿eh?— dijo el pelinegro en tono burlon esperando que Billy le respondiera con algún comentario sarcástico como era usual.

Lo único que obtuvo fue una mirada desanimada.

—Ah, hola Daemon.

—¿Qué te pasa? —Daemon se acercó un poco.

—Nada, es solo que tengo demasiadas cosas en la cabeza y...—De pronto el chico dejó de hablar mientras  las lágrimas caian por sus mejillas. Y vaya si eso no asusto a Daemon.

—¿Estas jodidamente llorando?— Billy negó con la cabeza y trato de secar la humedad de sus mejillas pero era inútil. —¿Esto tiene que ver con Jason? Porque si te hizo daño juro que voy a ...

—No...—Billy sonrio con tristeza— osea, si tiene que ver con Jason pero no es lo que estas pensando.

—¿Entonces qué es?— Daemon no era un chico sensible que empatizara fácil con los demás, pero no pudo evitar acuclillarse frente a Billy y tomarle una mano para tratar de calmarlo. —Dime.

—Es solo que...—gruñó con frustración— Me he dado cuenta de muchas cosas con respecto a mi relación con Jason, principalmente en el hecho de que queda poco tiempo para que las clase terminen y ¡joder! Me entristece pensar en que pronto tendremos que separarnos, ya sabes cuando vayamos a la universidad y eso.