32| Sin ti...

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(Jason)

Si tengo que decir la verdad...no se ni como hice para sobrevibir la primera semana después de la ruptura. Me sentía como si estuviera en un punto muy lejano donde podía verme a mi mismo moverme y actuar como robot. Estaba demasiado aturdido para pensar con claridad. Respiraba, comía y dormía de manera mecánica, me centraba en los estudios por que eso era más fácil que pensar y recordar.

La semana fue fácil a mi parecer, tal vez porque Billy no asistio. No pregunté porque no me sentía listo para pronunciar su nombre sin sentir que mi corazón se rompía por milesima vez, pero de cualquier manera, indirectamente, me entere de que había pescado un resfriado y por eso no asistio a clases toda aquellas semana...y creo que eso fue un respiro para ambos. No tener que vernos y al menos en mi caso, me dio la oportunidad de recojer lo poco que quedaba de mi.

Los día que vinieron después no fueron ni mejor, ni peor. En realidad trataba de mostrarme lo más indiferente que podía y creo que en gran medida logre sobrevivir gracias a mis amigos, a que ellos estuvieron ahí pendientes de mi, evitando que me hundiera en un pozo de miseria y autocompasión.

La segunda semana después de la ruptura Billy volvio y creí que sería algo completamente incomodo y dífici...lo fue hasta cierto punto...pero también me enojaba ver lo fácil que nos resultaba evitarnos, esquivar las miradas del otro y fingir que nunca había pasado nada entre nosotros. Era como volver a principio de año cuando no nos diriagiamos la palabra porque no nos interesabamos mutuamente, la gran diferencia es que ya no contabamos con el equipo de futbol como excusa para tener que vernos.

Y si, al principio me sabía mal sentarme en la misma mesa que los demás me sabía mal charlar con Max mientras el pequeño castaño veí constantemente a la mesa donde Billy se sentaba...solo. Creía que estaba siendo egoista y que parte de mi quería robarle a sus amigos y hacerlo sufrir un poco; pero pronto me di cuenta de que era el mismo Billy quien buscaba distanciarse de los chicos, se aislaba y a veces desaparecia de las clases. Llegaba solo a la escuela y se iba solo.

—No se que le pasa—Me confesó Max un día con el rostro entristecido, pero rápidamente sonrio apenado recordando que yo de todas las personas era quien menos quería hablar acerca de Billy.

—Y por que no hablas con él...—Dije yo haciendo acopio de toda mi voluntad.

—Por que no quiere, siempre que trato de acercarme dice que le duele la cabeza, que no quiere hablar, que todo esta bien...pero se que es mentira.

Y me dolía, me reprochaba costantemente no hacer nada por el chico, al que a pesar de todo, seguía amando como a nadie. Y entonces sus palabras resonaban en mi cabeza tirando al suelo todas mis intenciones de acercarme:

"Yo no te pedí que te enamoraras de mi" Billy tenía razón, pero eso no quitaba que esas palabras se clavaran en mi maltrecho corazón como dagas ardientes. Había puesto toda mi confianza e él, le había contado cosas que no le dije a nadie; gracias a Billy pude descubrir cosas de mi que me ayudaron a ver todo de forma distinta, me ayudo a ver que ser diferente no estaba mal, pero el precio a pagar por eso era noches enteras tratando de dormir a través del dolor que no quería irse. Y ni hablar de los pequeños recuerdos  que me atacaban día y noche.

Todo me recordaba a él. Y no podía sacarme de la cabeza sus sonrisas, sus miradas traviesas, sus caricias...sus besos y entonces empezaba a preguntarme si todo eso había sido real o es que yo me hice ideas equivocadas por la necesidad de aferrarme a laguien que me comprendiera.

—No estas duermiendo mucho ¿cierto?— me preguntó Henry un día con la preocupación empañando sus facciones.

—No realmente.

La suerte del capitán (Suerte #2)Where stories live. Discover now