Capítulo 18.

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Mi ojos pesaban al igual que mi cabeza, sentía que martillaban sobre ella con fuerza.

—Maldita resaca. — Musite con un quejido mientras tocaba mi cabeza.

Mis ojos se abrieron de golpe, mire el reloj colgado sobre la pared y las manecillas marcaban las 11: 30 de la mañana.

—Demonios. —Musite levantándome de la cama con prisa mientras caminaba hasta el baño,  en el trayecto casi me caigo.

Me quité toda la ropa mientras mi cabeza dolía demasiado, solté un pequeño bufido y me adentre a la ducha, el agua estaba fría haciendo que me estremeciera por completo, deje que el agua hiciera su efecto y salí corriendo a vestirme.

Mire por la ventana y el cielo estaba gris, decidí ponerme una simple camisa marrón junto a unos jeans gastados y unos tenis cómodos, cepille mi cabello frente al espejo y me maquille ligeramente para tapar mis ojeras de la noche anterior.

El dolor de cabeza me estaba matando y sabía que no debía volver a beber,  mucho menos emborracharme hasta poner mi seguridad en peligro, el recuerdo de aquel imbécil lastimandome hizo que mi vista se nublara pero me prohibi a mi misma llorar.

Gracias a Jake el imbécil ese no pudo hacerme algo y en verdad agradecía que me ayudara, sin el quien sabe que asquerosidades me habría hecho ese imbécil. Tome mi bolso y mi celular en mi bolso,  baje hasta la cocina para encontrar a mi nana preparando el desayuno.

—Buenos días mi niña.  —Me dedicó una linda sonrisa.

—Buenos días nana.  — Sonreí al verla y me senté en la isla.

—Tu desayuno pronto estará listo. —Me informo moviendo la cuchara de un lado a otro dentro del sartén.

—Gracias. —Musite jugando con mi cabello.

Después de que estuvieran los huevos revueltos con tocino, nana sirvió mi desayuno junto a un vaso de zumo de naranja,  desayune lo más rápido que pude y cepille mis dientes, estaba algo apurada por que llegaría tarde a clases, deposite un beso en la mejilla de nana para despedirme.

—Que tengas un lindo día mi niña. — Sonrió levemente y asentí.

Tome mi bolso para salir de casa, prendí el auto y conduje hasta la facultad, estacione mientras que en mi campo de visión apareció una Amy muy preocupada.

—Demonios Kayla.  —Abofeteó mi mano molesta y me miro de nuevo. — Saliste anoche del club sin avisarnos y Liam esta muy preocupado. — Se cruzó de manos molesta.

—Lo lamento Amy. — Suspire con cierto agobio y le dedique una leve sonrisa torcida.

—¿Que sucedió?  —Cuestionó enarcando una ceja.

—Es que...—Intente hablar pero un nudo se formó en mi garganta al recordar lo que había pasado y evitando que hablará. 

—¿Que sucedió en el club Kayla?  —Cuestionó ella preocupada.  —¿Te violaron? Oh por Dios,  mataré a ese mal nacido y le meteré el pito por su an... — La interrumpí poniendo una mano en el aire.

—Calma. —Negué con la cabeza. —Un tipo intento sobrepasarse conmigo anoche pero por suerte llegó Jake para ayudarme.  —Sonreí de medio lado al recordar como me salvó de ese imbécil.

Su quijada casi cae al suelo al escuchar el nombre de Jake en una sola oración, aunque claro no siempre hablamos de el pero desde que llegó mi vida ah cambiado.

—Por fin el idiota ese hizo algo por ti.  —Espeto sorprendida.

Rodé los ojos al cielo y asentí, Amy tenía razón ya que desde que Jake volvió mi vida se torno un maldito tormento y por fin había hecho algo bueno.

DESTINADA A TI©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora