☠Susto Diez

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Kevin Lax - New Year, We Fight


Sehun se sentía un completo idiota por haber lastimado de esa forma a Luhan, porque de no haber recapacitado antes en unos cuantos segundos su chico ya se hubiera muerto de asfixia. Ni siquiera podía imaginarse a Luhan muerto frente a él a causa suya, jamás lo permitiría y el hecho de estar a punto de hacerlo lo sacaba de quicio. 

En ese momento él no supo qué hacer ni qué decir, de cierta forma le dolió muchísimo ver a Luhan siendo ahorcado con sus propias manos, las lágrimas de dolor que soltaba y la mirada decepcionante y sorpresiva que le transmitía con esos ojos húmedos que tanto brillaban en la noche. Y de tan sólo recordarlo el enojo lo vuelve a consumir llevando sus manos a su cabello para estirarlo, mueve el viento con rudeza haciendo caer uno cuantos árboles y refunfuña con ganas para liberar el sentimiento de culpa. 
Tenía muchos problemas encima y ya ni siquiera podía pensar con claridad después de lo que pasó. Su hermano ShìXūn estaba enojado con él por lo que le sería imposible salir a matar a los restantes del grupo de chicos de la escuela de Luhan, la comida escaseaba y no sabía cómo alimentar al castaño ni tampoco qué hacer para que tuviera las comodidades parecidas a las que tenía en su casa antes de quedar atrapado en ese bosque. Pero el que más le importaba ahora es cómo volver a verle la cara a Luhan y olvidar ese error que hubiera sido peor si no se hubiera detenido.


No podía simplemente verlo y actuar como si nada pasó, tampoco podía ir y disculparse sólo porque la ira se le sumó a la desesperación que sintió cuando Luhan quería argumentarse y hacerlo cambiar de pensamiento. Siempre le tuvo paciencia al castaño, pues a veces solía hacer cosas que él quería contrarias a Sehun y terminaba aceptándolas aunque no le pareciera con el fin de hacerle feliz, como aquella vez en la que Luhan quiso que el ente enterrara los hediondos y putrefactos cuerpos o extremidades en la tierra en lugar de tenerlos regados por el bosque. Sehun no estuvo para nada de acuerdo porque para él era un gran recuerdo de cada uno de sus logros, pero después de una plática pacífica y muy terca, terminó desapareciéndolos de su vista.



Ahora su hogar se sentía solo sin sus cadáveres descompuestos, la sangre decorando los árboles y el césped, la torturación de algún valiente -o idiota- que entrara al bosque, y la soledad que lo acompaña sin Luhan.

Ayer, en el día del pequeño descontrol, no se apareció ni le habló pensando mucho las cosas. Ni siquiera sabía si hacía bien el dejar solo a Luhan de lo que restó de la noche anterior y toda el día de hoy hasta que ya eran actualmente la una de la mañana.

No sabía si hablarle o acercarse, si debía de pedir perdón o solamente aparecer como si nada pasó, tampoco sabe si Luhan ya haya comido algo porque él suele conseguir alimento para él.


Dio un suspiro resignado a pensarlo mucho así que caminó a paso lento hasta donde debe de estar Lu, esperando que este no le tenga miedo ni tampoco se enoje o aleje de él por lo sucedido. Nunca le ha gustado que MinKi se enojara con él por más que las cosas no salieran bien, así que siempre trataba de contentarlo o ser el primero en arreglarlo. Sabía de antemano que Luhan no era como su difunto novio a pesar del enorme parecido que ambos tenían, sus personalidades eran casi completamente distintas y no sabía con exactitud si Luhan atentaría contra él o lo dejaría pasar como lo hubiera hecho MinKi.

Y si el caso fuese que Lu no lo quiere cerca, de todas formas el ente haría lo que sea para que todo volviera a la normalidad: con sus pequeñas pero cómodas pláticas, sus miradas en silencio que solían darse para escuchar el viento soplar y los pequeños regaños de broma que Luhan solía hacerle.

La leyenda de Oh Sehun [HunHanAU!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora