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Durante el resto de la noche, WooHyun se dedicó a abrazar a SungKyu mientras éste comía el caldo de pollo que le había llevado para que no enfermara debido a la lluvia.
Quería preguntarle tantas cosas, pero el sólo pensar que su hermano mayor se molestaría lo hizo desistir un poco. Aún no eran lo suficientemente cercanos como para querer saber más de su día.
—Sabes... —Hablo por fin WooHyun. —Cuando tenía cinco años, me caí del columpio de aquel parque en donde te encontré, me había raspado ambas rodillas y lloré muchísimo. —SungKyu se removió un poco y asintió. —Busqué a mi nana por todas partes y nunca la encontré. Así que me fui a casa yo solo por primera vez.
—Yo... —Está vez fue SungKyu, quien había dejado de comer e hizo aún lado la charola para poder acomodarse entre la piernas de WooHyun y recargar su espalda en el pecho del menor. —Fui a un internado cuando tuve cinco años, papá había muerto, y mamá necesitaba hacerse cargo de la empresa y yo le estorbaba.



WooHyun hizo sus manos puño, pero luego las deshizo, pues había decido abrazar a WooHyun de una nueva forma.
SungKyu tenía unas enormes ganas de abrazar a su hermano menor, de corresponderle el abrazo, se sentían bien aquellos brazos a su alrededor, su respiración sobre su cabeza o cuello, el cosquilleo de la espalda al sentir como el pecho de WooHyun subía y bajaba debido a la respiración, o cuando hablaba y su pecho le mandaba vibraciones, se Estaña volviendo jodidamente cómodo para el mayor y aunque se repetía que no debía de pensar en WooHyun como un hombre, le estaba molestando.


WooHyun no se quedaba atrás, el perfume corporal que tenia su mayor era embriagante, no quería espantarlo, no el primer día en el cual se había acercado un poco más, así que decidió que ya era hora de dormir, tendría que bajarse aquella erección que ya estaba tomando forma.
—Debo ir a pagar otra noche, estás un poco alterado y no quiero que vayamos a casa así.
Pero SungKyu no era ningún tonto, había sentido la erección del menor, pero tampoco quería ser tan obvio de querer un pene dentro de él, no le iba a dar algo preciado a cualquiera y su virginidad no era cualquiera cosa que se daba a la ligera, además, era su hermano, él no debería de estar pensando en él, en el sexo, no.
No le quedo de otra más que asentir, aunque no quería que alguien más lo tocase.


WooHyun se dirigió a un bar, necesitaba que alguien lo ayudase y ya sabía a quien pedir.
—Mándame a Key, SungJong. —El rubio asintió.
Cuando llegó el chico, éste ya se encontraba desnudo, pero de nada le sirvió, WooHyun sólo bajó un poco los pantalones, lo suficiente para sacar su pene, ponerle el condón y penetrarlo, no necesitaba preparación, pues este chico era más que obvio un presta servicios, así que...
Supo que estaba perdido cuando lo penetró, pero en vez de disfrutar la sensación de alivio, sufrió más al imaginarse penetrando a su hermano mayor.


SungKyu estaba inquieto.
Estaba molesto.
Quería verlo.
Era consciente del odio atracción que sentía por su hermano menor y ahora, la mayor atracción, pidió un poco de whisky a la habitación, en cuanto llegó, ni siquiera se sirvió, bebió de la misma botella, era también consciente del aura poderosa que el menor tiene, del poder que hacia sumiso a SungKyu, no era ningún tonto como para no darse cuenta de que le gustaba su medio hermano, pero también sabía que era un gran pecado, devorar aquella piel cuando compartían sangre y el dilema lo mataba, porque, el alcohol en vez de borrar aquella imagen, más se la ponían.


WooHyun había bebido un poco, así que decidió regresar al hotel antes de que SungKyu tuviese otro ataque o algo parecido.
Cuando abrió la puerta y se metió por completo a la habitación, se quedo helado ante lo que vio, pero no sólo eso, se lamió los labios, su hermano mayor había cometido un error.


SungKyu decidió masturbarse después de tantas alucinaciones eróticas, pero estaba lo suficientemente consciente, como para saber que el menor regresaría en cualquier momento, así que corrió al baño, hasta donde supo, él había cerrado la puerta y con seguro, pero su necesidad de tocarse lo hizo dudar de si lo había hecho bien o no. Sin embargo, no le tomó importancia.


Su cuerpo se había hecho en arco al sujetarse con una mano del contenedor de agua del inodoro, y con la libre sujetar su miembro y darle caricias, las imágenes iban y venían en su mente, empezaba a sudar debido al efecto den éxtasis y el alcohol, aunque después sintió a alguien tras de él y sintió como le restregaban un erecto miembro, uno grande y gordo, jugoso hasta donde pudo sentir. Una mano de coló alrededor de su cintura y sujeto el miembro del mayor.
—Joder, SungKyu. No me provoques o hazte responsable de tus actos.
Pero SungKyu no hacia otra cosa más que pegarse más al miembro, abrió los ojos y vio por el espejo que era WooHyun, pero en vez de acongojarlo, sonrió.
Al diablo con la iglesia, al diablo con el infierno, al diablo con el pecado, al diablo con en remordimiento.


Se volteó y se separó de WooHyun, miró hacia abajo y vio el erecto y brillante pene, sabía que estuvo con alguien, pero no le importó, ahora mismo lo necesitaba, necesitaba ser follado por su hermano así como WooHyun lo necesitaba, no tenía planeado tener éste momento con el menor pero el sabor a pecado lo incitaba a seguir, así que lo beso, movió sus caderas para que ambos miembros se rozaran, WooHyun gruño, pero lo cargó, enredo sus piernas a su cintura y lo llevó a la cama.


—Vayamos al infierno juntos, SungKyu. Te deseo tanto que no importa quemarme toda la eternidad si estás conmigo.
—Ahhh... —Suspiró. —Me gustas, WooHyun.
—Tú me has gustado desde que tengo catorce años, hermanito.

Los diez mandamientos. «WooGyu»Where stories live. Discover now