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WooHyun como de costumbre se dirigía a la escuela, SungKyu se había ido de viaje debido a un asunto de trabajo, así que no le quedaba de otra más que llegar a casa y no ver su lindo rostro mientras lo espera sentado en las escaleras.

Habían encontrado la manera de estar juntos casi todo el día en su casa sin siquiera levantar sospechas de sus padres, pues afortunadamente WooHyun era malo en la escuela, o bueno, en algunas materias. Así que ambos usaron esa excusa al decir que SungKyu seria un buen tutor, y no mentían, WooHyun había subido sus calificaciones después de ello, pero quien no lo haría si antes y después tenían una buena sesión de mamadas o sexo duro pero silencioso, porque si, habían aprendido a no hacer ruido aunque murieran de ganas por hacerlo.
Para ambos el gritar era algo esencial, sin embargo, debían soportarlo, al menos por un tiempo, en lo que planeaban como decir la verdad, como decir que se aman sin lastimar tanto a sus padres.

Cuando llegó a casa, vio que su madre le había dejado la comida tapada sobre la mesa, sobre ella, se encontraba una notita donde decía que iban a llegar tarde, así que sólo comió, subió a su habitación y se fue a bañar.
No tenía caso arreglarse sino estaba SungKyu, por lo cual, cuando salió del baño, sólo se puso la pijama y se bajó a la sala a ver la TV, minutos después escuchó el timbre de su casa, así que gruñendo se fue a abrir, grande fue su sorpresa al ver quien era.


—MiJoo...

Pero ni tiempo le dio a reaccionar, la chica ya estaba dentro de la casa, verificó que estuviesen solos tal como la madre le había dicho y sonrió.
WooHyun le invitó una bebida y ella aceptó de inmediato, en cuanto se fue, la chica había vaciado algo en la bebida que yacía sobre la mesa.

La madre de WooHyun, quería que él se casara con ella, no porque le agradara, sino por su dinero y contactos, su herencia era un poco más que la fortuna que ellos poseían, y lo quería para ella.

Cuando el chico volvió, le dio su vaso de jugo que había pedido.
Ella bebió muy atenta a como WooHyun vaciaba el vaso dentro de su cuerpo.
Pronto los efectos de la droga empezaron a cobrar factura y el chico empezó a sentirse caliente, necesitado de algo.
MiJoo se levantó y se quitó la gabardina que tenía puesta y quedó sólo en su lencería de seda que había comprado especialmente para esa ocasión, ella lo quería a toda costa y si su madre lo vendía, ella lo compraría, porque le gustaba, quería a ese niño.

Los toques que la chica le daba, lo hacían temblar, su piel sólo era sensible ante los toques de SungKyu, él sólo meneaba las caderas para SungKyu y él sólo besaba los labios de SungKyu, pero justo ahí se encontraba besando a la chica, él sobre ella, desnudándola, lamiendo y amasando sus senos y muslos, no sabía no sabía lo que pasaba y aunque quiso resistir, su cuerpo no se lo permitía, entonces pasó, él la penetro, sin embargo, no pudo hacer más porque se vio de pronto ser azotado en el suelo, vio como alguien que lucía como SungKyu sacaba a Mijo de ahí desnuda y a jalones.

Poco después él regreso, pero sólo le aventó su saco y se fue, los efectos seguían y quería ir tras él, pero simplemente no pudo, no pudo hacerlo, su cuerpo se negaba a caminar, su mirada se negaba a quitar esa nube blanca para dejarlo ver, su boca se negaba a hablar, estaba seca.

Cuando los efectos bajaron, él despertó, seguía ahí, las maletas de SungKyu seguían ahí, se levantó y tomó las maletas para subirlas a la habitación, él se sentía miserable, se sentía basura.
No fue a la escuela para esperarlo, pero él no volvió, no lo hizo ni por uno, dos, tres, cuatro o cinco días, no había vuelto en una semana y WooHyun estaba preocupado, no sabia donde buscarlo, habló con DongWoo pero él le había dicho que no sabia nada.


Hasta que SungKyu había desaparecido por varios días, supo que no sabía nada de él, no sabía quienes eran sus amigos, a donde se iría si estuviera molesto, nada, se sentía aún más miserable, era la peor persona, decía amarlo, pero no conocía nada de él.


WooHyun había dejado de comer poco a poco, sólo pensaba en hablar con SungKyu, su mamá estaba demasiado preocupada por él, pero él se negaba a decirle algo, de algún modo, él sabia que el que MiJoo haya llegado esa noche a su casa, era obra de su madre. Sabía que su papá estaba en contra de casarlos por dinero, así que su madre era la única responsable de todo lo que le estaba pasando.


SungKyu por su parte, se encontraba encerrado en una habitación, amarrado y un poco golpeado, después de haber salido de la casa aquella noche, un auto lo interceptó y lo subió contra su voluntad, ganándose una buena golpiza por resistirse tanto, sino tuviese los ojos tapados, lo utilizaría después para vengarse, porque definitivamente eso no se quedaría ahí, no sabía porque lo hacían, ni quien los había mandado, pero lo averiguaría, claro que lo haría.


Se reprochaba el haberse ido de esa manera, si tan sólo le hubiese dicho que había olvidado su móvil en el aeropuerto, si tan sólo hubiese hablado en vez de enfadarse tanto, sabia que WooHyun no tenía la culpa, lo veía en su rostro, estaba drogado, entonces ¿por qué no se quedó con él? ¡Claro! Por su jodido orgullo, estaba molesto por ver como su novio casi de jodía a aquella chica, que una vez su madre dijo era su prometida.


Estaba enfadado por haber dudado un minuto de su amado, quería matar a aquella chica, pero sabia que ella no tenía la culpa de su amor enfermo. Por el momento, debía salir de aquel lugar, ya lo había golpeado lo suficiente por algunos días, no sabía por cuantos, pero sabía que eran muchos seguramente WooHyun estaba pensando lo peor de él, pero en cuanto saliera de ahí, correría a buscarlo, no quería perderlo, no quería que lo dejaran, no él, no su WooHyun. Y aunque estuviese muy lastimado, lo haría, porque lo amaba.

Los diez mandamientos. «WooGyu»Where stories live. Discover now