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Los planes de Woo Hyun y Sung Kyu se habían arruinado cuando les dijeron que el embarazo de Kim era arriesgado y que cualquier movimiento en falso seria letal para el bebé o para ambos, por eso habían optado de no irse, Ji Soo se había quedado para cuidar de Kyu, aunque fuese a medias.

Debido a eso, se quedaron con sus padres, aún sin decir quien era el padre de aquel hijo.

Después de varios meses, ahí estaba Kyu. Siendo dado de alta con su bebé y futuro esposo, la madre no fue, estaba en las cosas del velorio, la policía no se rendía, pero era inútil, el asesinato había sido tan bien realizado, no hubo marcas, descuidos, no hubo nada. Ni siquiera los forenses pudieron detectar algo anormal, sólo habían dicho que murió desangrándose, no había sufrido ningún tipo de tortura o algo que se le parezca, tampoco drogado, ni golpeado. Simplemente había sido amarrado a la cama por haberse quedado dormido. Fue abierto del abdomen y solamente le sacaron todo lo que había dentro de ahí. Además. Revelaron que se lo volvieron a coser.

Nadie se explicaba como alguien podía hacer eso sin ser descubierto, además de haber sacado el cuerpo una sola persona y ser arrojado en las afueras de la ciudad. Era algo ilógico pero pasó, y nadie, absolutamente nadie podía resolver el misterio. Era como si El coleccionista de las hortensias o Jack el destripador, hubiesen regresado después de muchísimos años.

Woo Hyun estaba mal, estaba triste y lo comprendía, era su padre a quien habían matado tan salvajemente.

—Sólo tú y mi hija, son los que me mantienen vivo y feliz. —Sollozó Woo Hyun.

Después del hospital, se fueron a casa. Nam había dicho que su novio dormiría con Ji Soo para que no subiese las escaleras.

El funeral de su padre fue todo menos eso, parecía un circo o algún tipo de feria, reporteros por todas partes, gente vendiendo chácharas o alguna otra cosilla estúpida. Sung Kyu tuvo que darle su bebé a Ji Soo quienes se quedaron en casa.

Kim y Nam llegaron al lugar de la velación, vieron a su madre deshecha y se acercaron. Ella miró con recelo a su primogénito. Ella por alguna razón intuía que su hijo tenía algo que ver. No le hizo caso, a cambio sólo se dejó abrazar por su hijo Woo Hyun, quien estaba igual o peor que ella, era su padre después de todo.

Dejó a su madre y su novio llorar para acercarse al cajón donde yacía el cuerpo, estaba bien maquillado, ni siquiera parecía un maldito cuerpo muerto, tampoco parecía  estar pálido, se veía vivo, se veía dormido.
Lágrimas por su fino rostro cayeron, era ilógico que quien consideró su padre estuviese ahí, ¿quién podría hacerle eso? ¿Por qué? Él no lo odiaba, incluso quería creer que si le hubiese dicho la verdad, posiblemente los hubiese apoyado, tal cual como el último libro que leyó de su escritora favorita, «Sólo lágrimas».

—Te amo, papá. —Fue lo último que dijo antes de alejarse.


Habían pasado varios días desde la muerte del padre, la policía seguía sin tener alguna pista. La madre se distanció de Sung Kyu y siempre que podía, lo maldecía y le decía que ese hijo era pecado, que quienes se hubiesen muerto, hubieran sido ellos y no su esposo, ni el padre de Woo Hyun.

—Tú no eres mi hijo. —Gritó la señora Kim. —Eres una aberración que llevó a mi Woosito al pecado. Tú y sólo tú con tu engendro vinieron a arruinar mi familia perfecta.

Sung Kyu tomó a su hijo y se fue a lo que un día fue su habitación y se encerró, Ji Soo había tenido que irse para traspasar todo lo de a ella a su mejor amigo, necesitaba protegerlo de aquella mujer. Nam había decido buscar por sus medios al asesino de su padre, pero nunca encontró a nadie, y lo enojaba, él quería vengar a su padre, quería hacerle justicia, pero el jodido asesino lo había hecho perfectamente. El crimen perfecto. Digno de un asesino en serie o eso es lo que decía la policía una vez que el caso se fue al archivo.

Ambos hijos se la pasaron peleando, ella quería echar a Sung Kyu a la calle, pero Woo Hyun no se lo permitía, no al menos hasta que lo puso a escoger.

—Es ese hijo de puta o soy yo, tu madre. —Woo Hyun la miró molesto.
—Lo escojo a él. —Lo jaló y se lo llevó a su habitación.

Aunque si hubiesen sabido que semanas después ella seria encontrada colgando de un árbol completamente abierta y desangrándose como un cerdo, Sung Kyu le hubiese dicho que no la odiaba a pesar de todo, pero algunas veces, es demasiado tarde decir un te amo o un lo siento.

Los diez mandamientos. «WooGyu»जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें