»Mandamiento 10: No codiciarás los bienes ajenos.

87 21 2
                                    

Myung Soo había perdido su celular, había salido a comprar cosas para la comida con la bebé y no se dio cuenta de que en algún lugar lo puso. Cuando lo buscó no estaba en su pantalón. Suspiró por su descuido y siguió manejando para poder llegar a casa.

Sung Kyu había tomado un taxi y pidió ir a toda velocidad sólo para encontrar la casa vacía, él ya se estaba imaginando lo peor, aunque muy en el fondo quería creer que Woo Hyun no les haría daño.

-Pero si mató a tu madre...

Negó ante ese pensamiento, no quería pensar en ello, no quería pero...

Estaba a punto de salir de su casa cuando el teléfono fijo sonó. Respondió la llamada y cayó al suelo al escuchar la noticia.

«Lamentamos informarle que los padres y hermano de Kim Myung Soo han sido brutalmente asesinados. Esto sucedió hace como dos horas, fuimos informados debido a que la señora que hacía el aseo los descubrió. Hemos estado tratando de localizar al señor Kim, pero no responde a las llamadas. Tememos por su vida, ya que había una nota mandándole saludos a Kim Myung Soo y la señora de aseo dijo que era hijo de los ahora difuntos».

Estaba a punto de salir de casa pero se regresó y se dirigió a la cocina, está vez tomó un cuchillo de cocina, se lo escondió dentro de su pantalón. No iba a permitir que Woo Hyun matara a más gente, tenía que detenerlo. Sabía que los dos estaban siendo castigados por todos aquellos pensamientos impuros que habían tenido cuando sólo eran hermanos y debían amarse así, un amor limpio, no uno impuro.

Salió de casa decidido a todo, sólo esperaba no llegar a donde estén demasiado tarde.




Woo Hyun había ido a la casa de Sung Kyu, se había puesto el arma en la espalda y había botado la botella que se había terminado horas atrás. No tenía el valor de tocar la puerta y ver a otro hombre ahí, quería ver a su hija, quería tener a su hija y Sung Kyu a su lado...

-¿Por qué, Sung Kyu? -Lloró y tosió, se puso su mano y cuando la alejó nuevamente estaba tosiendo sangre. -Yo aún te amo...

Se acercó a la casa, se limpió su mano con un pañuelo, aún no había tocado sin embargo la puerta había sido abierta. Los dos hombres se miraron y luego Kim Myung Soo se alteró al verlo en ese estado.

-Diooos... -Dejó a la niña a un lado y ayudó al sujeto a entrar para auxiliarlo.
-No deberías dejar entrar a extraños, -Dijo Nam mientras seguía tosiendo. -no sabes si soy un asesino serial o vengo a secuestrar a la pequeña. -La miró y accidentalmente Myung Soo fue manchado de sangre.
-No lo eres... -Habló seguro de si mismo. -Además no creo que mates o secuestres a tu propia hija, Nam Woo Hyun.

El CEO sólo sonrió.

-No pensé que supieras de mí.
-Lo sé porque te investigue, quería saber que tipo de hombre ama a Kim Sung Kyu.
-¿Y qué tipo de hombre soy?
-Termino medio podría decirse. -Nam miró a la pequeña.
-¿Quieres cargarla? -Él asintió.

Nam se levantó para cargar a la pequeña, era la primera vez que lo hacia después de que Sung Kyu se había ido. Él comenzó a llorar desconsoladamente.
-Sung Kyu la llama Nam Yi Jeon. -Comentó Myung Soo mientras le servía un poco de té que tenía en el comedor. -Sung Kyu aún te ama.
-Pero está contigo... -Besó a su hija.
-Sí, tal vez por eso codició algo que no es mío. Lo amo, sí, pero eso no quita que él te ame. Woo Hyun...
-¿Sabes que maté gente para proteger a Sung Kyu? -Asintió. -Pero eso sólo lo empeoró y terminó dejándome.
-Tenía miedo, Nam. -Comenzó a caminar. -Tuvo miedo de saber que él fue el causante de todo y su miedo lo hizo culparte a ti, sólo fue eso, sólo fue miedo.

Woo Hyun sintió cálido su pecho, alguien le había dicho lo que su corazón dolido quería escuchar. Estaba llorando mientras abrazaba a su hija, la había manchado de sangre. Así que la alejó.

-Quisiera hablar con Sung Kyu. -Susurró Nam.
-Claro, puedes quedarte todo el tiempo que sea necesario hasta que llegue.

Las horas pasaban y Sung Kyu no volvía, Myung Soo y la pequeña habían subido a asearse, le ofreció a Nam pero él había declinado, primero quería hablar con Kyu. Al principio tenía ganas de matarlo, pero él era el correcto para su familia, lo sabía.

Justo cuando escuchó la regadera sonar, comenzó a llorar nuevamente. Ya era tarde para él, pero para Sung Kyu y su pequeña Kei no, tenían que vivir bien y no en el pecado como muchos le habían dicho. Su amor era puro, ellos se amaron de una manera pura aunque todos los viesen pecado, pero se volvió impuro cuando quisieron alejarlos, cuando intentaron matarlos.

El CEO había dejado de toser, la sangre se había secado hace ya varias horas, Myung Soo y la bebé se habían dormido y dejó a Woo Hyun en la sala, Kim confió en el padre de Kei, él también hubiese matado por defender al ser que ama. En realidad no lo culpaba de nada. Aunque aún no era informado que su familia había sido asesinada brutalmente.

Nam Woo Hyun estaba a punto de dormirse debido a las pastillas, pero en ese momento la puerta fue abierta. Sung Kyu se veía cansado y preocupado.

-Sung Kyu...

El chico de ojos pequeños miró a Nam y lo vio manchado de sangre, sus ojos comenzaron a inundarse de lágrimas, él los había matado como a toda su familia.

-Sung Kyu...

Kim ya no tenía nada que perder, lo había perdido todo, su amado se había vuelto, su hija, Myung Soo, su familia, todos estaban muerto por el amor tóxico que se tienen.

Heechul llegó a su casa y se bañó, el agua se volvía roja, botó su ropa que había sido manchada de sangre, tiró el arma y le puso mucha gasolina para quemar todo en el bote de basura.

-Te regresaré la felicidad, Woosito.

Los diez mandamientos. «WooGyu»Where stories live. Discover now