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Las cosas fueron mejorando un poco entre los hermanos, aunque ellos sabían que algo no andaba bien.
La mamá procuraba mantenerlos separados la mayor parte del tiempo. Siempre decía que le ayudaran o pedía cualquier excusa estúpida para que no estuviesen juntos.
Obvio que eso era algo que ambos odiaban, querían negarse, pero si lo hacían, probablemente levantarían algún tipo de sospechas y SungKyu no era ningún estúpido, él sabía que su mamá intuía algo; sin embargo, ambos padres tuvieron que salir de viaje y dejaron a sus hijos solos en casa.

—Cuida de WooHyun, hijo. —Eso fue lo que dijo su padre, o bueno, su padrastro. Su madre sólo se limitó a hacerle una pequeña reverencia y luego salió de casa y se subió al auto. Se irían por quince días, estarían solos, vivirían como lo que eran, vivirían como pareja.

Era su primera noche solos, SungKyu sabía cocinar un poco, en el internado donde estudiaba, en varias ocasiones le ayudaba a los sacristanes a hacer de comer, algún postre o cosas de la cocina, así que se metió a bañar tan rápido como pudo, WooHyun no tardaría en llegar y quería que la cena estuviese lista para cuando él entrara por esa puerta. Se sentía como recién casado, se sintió feliz.

Hizo sólo huevo frito, pero también hizo pay de limón, no estaba seguro si le gustaría a WooHyun, pero en definitiva esperaba que si le gustara.

Subió a la habitación, la arreglo un poco, él nunca había hecho algo tan estúpido, pero su amiga JiSoo le había mandado un traje de animalito para tener sexo casual, lo más estúpido y raro, fue ver que la cola era jodido dildo, y si le apretaban la cola, esa cosa vibraba, no se lo quería poner, pero quería jugar con WooHyun.

Cuando vio la hora, ya eran las nueve de la noche, WooHyun había llegado a casa, escondió el regalo que su amiga JiSoo le había mandado y bajó para recibir a su amado.
Envolvió sus brazos alrededor de su cuello y sus piernas en su cintura, WooHyun acarició sus muslos y empezó a besarlo.
—Debemos cenar primero. —Dijo SungKyu en un jadeo.
—Eso es lo que hago. —Susurró WooHyun mientras mordía su cuello.
SungKyu se retorció un poco, a decir verdad, era comida que se podía recalentar, pero recordó su juego.
SungKyu se separó de su amado y le sugirió cenar un poco en lo que él arreglaba la habitación, Nam aceptó refunfuñando, pero se quedó a cenar.
Una vez que terminó, llevó su plato al lavabo, lo lavó al igual que su vaso y los dejó escurriendo.
Subió a la habitación y cuando abrió la puerta, se topó con la imagen más caliente y excitante que dios le pudo mostrar.
—¡No entr...s. —Era demasiado tarde.
Vio como el chico tenía la cola ya metida en su ano, se mordía su labio inferior para evitar gemir, en cuanto lo vio, sus ojos se abrieron mucho más e instintivamente, sus caderas empezaron a moverse, izquierda, derecha, meneo, meneo, meneo, suave, suave, suave, gemido, gemido, gemido.
—Wooow... Mi bebé quiere jugar sucio. —Sonrió ladinamente.

Caminó a la cama, dejo a SungKyu en cuatro, pero él se puso bajo él, no dijo nada, tomó su ya erecto pene, lo masajeó un poco y luego se llevó a la boca.

—¡Ahhhh! —Sollozó SungKyu.

WooHyun conocía ese tipo de colas, DongWoo en varias ocasiones le dijo que había algunas que vibraban si presionabas la punta, así que mientras le daba la mamada de su vida, apretó aquella punta que se meneaba levemente.

—Maldición. —Soltó SungKyu y como replesalias le mordió la punta, haciendo que el cuerpo se arqueara, los ojos del motor se habían puesto en blanco, lo estaba disfrutando, pero perdió toda cordura cuando le agarró sus pezones y empezó a pellizcarlos, el chico empezó a temblar y no, no precisamente de miedo, sino más bien de excitación. WooHyun lo estaba llevando al orgasmo perfecto con sólo un oral, de repente sintió ese  cosquilleo en su estómago, sabía que pronto se iba a venir, pero eso no pareció importarle a su hermano, él siguió con su trabajo, lamiendo, pellizcando, moviendo sus caderas, pero un golpe lo sacó de su trance de excitación, WooHyun le había puesto su lengua en la punta de su pene, seguía pellizcando sus botones ya rojizos, pero la desesperación para liberarse lo estaba invadiendo.

—Woo...
—¿Hmmm?
—Por...
—¿Qué? —Mordisquió un poco más.
—Lo. Necesito. Ahhhh.
—¿Qué necesitas?
—Li. Be. Rar. Me.
—Te portaste mal, ¿por qué debería? Me excitaste demasiado al verte de aquella forma.
—Ahhh. Ahhhh. Ahhhh... Por favor. —Sollozó.

WooHyun rió un poco y dejó de mordisquear, en vez de eso, la felación continuó y durante cinco mamadas más, SungKyu llenó la boca de su hermano, haciendo que este se lo tragara sin opción, lamió y relamió la comisura de sus labios debido a las gotitas blancas que no fueron capturadas por su boca.

El mayor estaba agitado, su respiración era irregular, mantenía sus ojos cerrados, se dejó caer a un lado de WooHyun. Aún evitando abrir sus diminutos ojos, era su primera vez haciendo eso y lo llenaba de vergüenza y excitación al mismo tiempo. Era un completo degenerado.

Sintió como el menor se levantaba de la cama, también escuchó como caminaba de un lado a otro, por dios, su vergüenza rebasaba los límites, estaba completamente expuesto, podían ver su flácido pene, y quiso taparse, pero una mano lo sujetó.

—Eres hermoso. —Susurró WooHyun. Sintió como su mano era levantada sobre su cabeza y sintió que algo había sido adquirido por su muñeca, en su momento pensó que era una pulsera y no le hizo tanto caso, sin embargo; cuando escuchó el click un poco lejos, abrió los ojos. —Ahora es mi turno de jugar.
—Woo... —Miró hacía arriba y vio que estaba esposado a la cabecera de la cama, WooHyun brinco sobre él para dirigirse a su mano izquierda y hacer lo mismo. —Sueltame. —WooHyun hizo un movimiento de negación con dedo índice y con su cabeza.
—Debo castigarte, bebé. —Una nalgada. Sólo bastó una para que una excitación pura recorriera la espina dorsal de SungKyu.

Los diez mandamientos. «WooGyu»Where stories live. Discover now