Kim T/N, una chica ordinaria de 23 años con gustos especialmente únicos, amante del baile y cierta atracción por los animales. Cuando su padre le dió a conocer una noticia le daría un giro tan inesperado.....¿Cómo podía ser eso posible? O peor aún...
Dormía bien plácidamente hasta que sentí unas pequeñas manitas abrazar mi cintura, abrí mis ojos encontrándome con un pequeño muy tierno
- Buenos días pequeño- acaricié su cabello
- Buenos días prima- dijo somnoliento y tierno
Es un encanto de niño
- ¿Cómo amaneciste?- tomé su rostro haciendo que me mirara
- Muy bien y usted?- sonrió
- Bastante bien pequeño, pero no me digas usted, haces que me sienta vieja
- Lo lamento prima, es que ya me he acostumbrado jejejeje
- Descuida pero por favor solo dime T/N o prima si?
- Si
- Bueno sabes que hora es?
- Mmm no, solo sé que hoy es sábado jejeje
- ¿Sábado?
- Si- se acurrucó en mis brazos
- Pequeño te gustaría salir a un lado hoy?- le sonreí divertida
- ¡Siiiii!- se levantó de golpe- a dónde iremos? ¿Jugaremos con los animales? ¿Pasaremos a un zoológico?- dijo emocionado
Lo mejor del día, me conmueve su emoción
- ¿A un zoológico? ¿Quieres ir ahí?
- ¡¡Siiiiii!!- dijo más emocionado que antes
- Bien, entonces ve a ducharte que iremos allá- me levanté
- ¡Claro!- salió como rayo de la habitación
Este niño es un gran encanto, es bueno tener a un menor en casa. Me refresqué un poco y luego me metí a la ducha, minutos después terminé y salí del baño, me sequé con la toalla y me vestí de esta manera...
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El frío aún seguía pero me encantaba... Me maquillé naturalmente y salí de mi habitación, mientras bajaba las escaleras me detuve en un segundo escalón antes de llegar al primer piso porque una plática llamó mi atención.
- ¿Cuándo se lo diremos?
- Hasta que lo encontremos- dijo serio
- Pero ella tiene derecho a saberlo
- Lo sé, pero aún no podemos decírselo
- Si se da cuenta puede llegar a enojarse con nosotros y yo no quiero eso- se sentó al sofá frustrada
- No lo hará porque no se dará cuenta de nada- se sentó a su lado
Sabía que no debía meterme en esa plática pero se me hizo difícil solamente ignorar eso... ¿A qué se referían? ¿Quién se enojaría con ellos si no se lo cuentan? ¿Quién tiene derecho a saber?... Muchas preguntas pasaban por mi cabeza y ninguna tenía respuesta, muy sumergida en mis pensamientos estaba hasta que una vocecita tierna me sacó de mi trance.
