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Seúl, Octubre 21/2012.

Él azabache caminaba lento hasta tomar asiento en el sofá junto a Jimin. Es de mañana y hoy como todos los días, tienen entrenamiento. Y es que, desde hace seis meses, Jungkook comparte su vida con sus seis hyungs. Seis personalidades muy distintas a las suyas, así como también, sus edades.

Se ha detenido a analizar a cada chico, y de todos puede destacar algunos aspectos positivos como negativos. Aprendiendo a estimarlos en lo profundo, incluso, se ha convencido de que por alguna extraña razón, a terminado por convertirse en una manifestación de todos ellos.

Primero está Seokjin, admira su nivel de esfuerzo y trabajo, es guapo y tiene una personalidad avasalladora, adora su sentido del humor y la capacidad de autocrítica que este posee. También ama todo su destreza en la cocina, le recuerda a su madre y eso, lo hace muy feliz.

Yoongi es metódico y perfeccionista. Y Jungkook venera tanto su entereza y el esmero por lograr que sus sueños se cumplan, que se siente dichoso al tener la oportunidad de aprender cada día de él. Ha pasado más dificultades que todos y aún así, es inmensamente feliz. No suele mostrar muchos sus sentimientos pero cuando los hace, es él ser más adorable que ha tenido el placer de ver.

Namjoon es el lider, con una paciencia de oro para enseñarle a todos. Resuelve los conflictos entre ellos y les recuerda de manera constante el respeto mutuo. Su inteligencia por sobre el promedio es la base para su gran creatividad y Jungkook como siempre, toma nota de todo lo que pueda aportarle a su crecimiento artístico. A Jungkook le gustaría llegar a ser como él, lo admira demasiado, él es la razón por la cual hoy está en esa compañía, no obstante, aún siente que le falta mucho por descubrir del mayor.

Por otro lado, Hoseok es su cajita de Pandora. Tiene esa chispa que lo hace brillar en donde esté, una personalidad agradable y confiable, por eso mismo, huye cada vez que éste se enoja, es como si otro ser se apoderara de él. Además, ante sus ojos, Hoseok es él mejor bailarín e intérprete que ha visto, le gustaría llegar a bailar así de genial como él, tanto que, al menos la mitad del día se la pasa viéndolo, ayudándolo o acompañándolo en sus ensayos.

Jimin, ¡Ohh, Jimin!, es todo un cuento.

Es él más adorable de todos y a quién más ha visto trabajar en sus inseguridades. Tal vez sienta que aún le falte mejorar, pero está seguro que en algún momento será el mejor de todos ellos, simplemente porque tiene ese ángel que es capaz de enamorar a quienquiera que se detenga a verlo un segundo. Siente que ha encontrado un gran hermano y le tiene mucha gratitud. Admira el esfuerzo que este emplea por mejorar y lo compara incluso con un lindo camaleón porque cada día qué pasa a su lado, puede notar como se transforma en alguien nuevo, con mayores fortalezas y menores debilidades que antes.

Y luego está Taehyung...

Si pudiera él castaño describirlo, sería "libertad".

Ha sido un enorme desafío tratar con él ya que, está convencido de que aquella combinación entre ambos, es lo más parecido al ying&yang.

Su hyung no conoce lo que es el espacio personal y muchas veces, se ha sentido algo incómodo con su extraña forma de demostrar afecto, no obstante, cree que es sólo una cosa de costumbre porque increíblemente, es con quién mejor congenia de todos.

Suelen jugar mucho a los videojuegos y comparten varios gustos en común. Se han vuelto tan inseparables, que suelen separarlos constantemente.

Por eso no es de esperar que, Jungkook en estos 6 primeros meses viviendo con todos esos chicos, haya mejorado en su forma de comunicarse y expresarse. Sintiendo que, a medida que pasan los días, tiene mayor ligereza al hablar, su personalidad comienza a crecer poco a poco y comprende que debe ver a esos chicos como lo que son, su nueva y bulliciosa familia de hermanos.

Duermen todos en una habitación algo reducida, con camarotes en sus interior debido a que la compañía está recién comenzando, no hay dinero suficiente pero aún así, han puesto todas sus fichas en ellos. Es por eso que cada chico se esfuerza a su modo, tratando de retribuir la confianza de cada uno de los que los eligieron para conformar el proyecto, practicando no sólo el doble si no muchas veces exigiéndose más allá del mil por ciento.

Tuvieron varios nombres para el grupo, pero finalmente optaron por Bangtan Sonyeondan, ya que según Namjoon, sonaba un poco mejor que el resto de alternativas, pudiendo darle un bonito significado, si algún día tuvieran la dicha de contar con un club de fans.

Desde un principio les dijeron que no sería fácil, debían entrenar el doble para poder triunfar y destacar sobre el resto de grupo que ya llevaban camino recorrido en el mundo artístico. Esa era su gran convicción, Jungkook tenía la esperanza de llegar lejos y trabajaría duro para lograrlo.

Pero ahora.... ahora sólo quería matar a Taehyung.

—¡¿Qué haces idiota?! —Jungkook se apegó a la fría pared de la ducha, y cubrió su parte íntima con ambos manos mientras observa atónito al mayor desvestirse para meterse junto a él.

—¿Bañarme será? —respondió divertido, arqueando una de sus cejas tras escuchar el reclamo del menor.

—Eso ya lo sé... p-pero ¿por qué justo ahora? Estoy bañándome primero —señaló amenazando con la mirada al castaño que pronto cambiaría la tonalidad de su cabello —. Somos hombres, nos bañamos de uno a la vez, sólos, ¡sólos! ¿entiendes?

—Si... pero Jungkookie, somos amigos y lo que tienes allá abajo, también lo tengo yo —indicó, carcajeándose por la timidez del azabache —. Ya deja todo ese drama y báñate, que nos están esperando los demás, somos lo únicos que faltan.

—Hyung... —musitó bajito tras soltar un suspiro en resignación.

—¿Si? —preguntó con la curiosidad latente, al notar el tono de voz del maknae.

—Me da vergüenza... —confesó, sonrojándose de inmediato.

—Jungkook... mírame, está todo bien —sostuvo él mayor, revolviendo sus cabellos húmedos —. No tienes de que avergonzarte. Nos hemos cambiado y dormido juntos, esto... esto no es muy diferente a lo que ya hemos hecho —respondió con cariño, al sentir temblar al pequeño.

—Pe-pero... —suspiró al notar que aunque diera mil excusas, Taehyung simplemente no se iría. Entonces, intentó armarse del valor suficiente para terminar de bañarse. Sintiéndose mucho mejor tras lograrlo, dándose cuenta que quizás el bañarse juntos, no era tan terrible como pensó.

 Sintiéndose mucho mejor tras lograrlo, dándose cuenta que quizás el bañarse juntos, no era tan terrible como pensó

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