One day, One year | VK

E20

Big Hit Entertainment.
Seúl, Diciembre 24/2014.

Jungkook mordía desesperadamente sus uñas mientras escuchaba a su hyung, dar los resultados obtenidos para Wake Up. Su primer álbum en japonés, completo.

—Está tercero en la lista Oricon y lo mejor es que acaba de posicionarse en el segundo puesto de Billboard Japón. —comunicó Namjoon a los seis chicos agrupados en la sala de ensayo.

—Eso es... —hizo una pausa Hoseok, pestañeando un par de veces para tomar conciencia de lo que sucedía. —¡Wouh!, es demasiado increíble...

—Por eso Japón es mi lugar favorito en el planeta. —señaló Seokjin mientras bebía un poco de agua de la botella.

—Las cosas están mejorando poco a poco pero mantengámonos en calma. —agregó Yoongi tras ponerse de pie. —No es adecuado ilusionarse tan rápido porque después la caída duele y duele bastante. —indicó con la sabiduría que le caracterizaba. —Debemos canalizar todo lo positivo y avanzar. Podemos celebrar, claro, pero mañana seguimos ensayando duro como hasta ahora.

Taehyung asintió comprendiendo la dureza de aquellas palabras. —¿Sería bueno ir a comer fuera?. —inquirió mirándolos a todos. —Digo, acabamos de terminar las primeras fechas de la gira y luego está esto. Merecemos un poco de normalidad...

—¡Si!. —exclamó Jimin. —Taehyungie tiene razón. Tal vez podríamos visitar Yoojung Sikdang, hace tiempo que no vamos a comer allí.

—Kang Sunja Noona, estará feliz de vernos. —articuló él menor que hasta hace poco, se mantenía en silencio. Buscaba la aceptación de Taehyung con la mirada pero sin recibir nada a cambio.

Estaban todos de acuerdo, así que se apresuraron a repasar una última vez la letra nipona de Just One Day, antes de tomar cada uno sus cosas para darse un baño en las duchas de la agencia.

Habían pasado diez días desde aquel infortunio con su hyung, y Jungkook cada vez que anochecía y amanecía sin poder hablarle, sentía que su energía se agotaba.

Quería estar cerca de él, decirle que se había equivocado en sus palabras. Que todo era un malentendido y que por sobre todo, no era asco lo que sentía más bien miedo. Miedo a lo diferente, a  no ser lo que todos esperaban.

Había pasado unos días terribles, no pudiendo probar bocado de forma adecuada porque estaba tan nervioso, ansioso, temeroso, que a pesar de lograr digerir, terminaba en el baño devolviéndolo de alguna u otra forma.

Tragó saliva cuando entró en la ducha, encontrándose con Taehyung. Colgó su toalla y se metió en ella, dejando que el agua decorara su cuerpo mientras cerraba sus ojos esperando que su hyung se fuese lo más rápido posible, porque las ganas de llorar ya no era posible contenerlas más.

Taehyung observó el silencio del menor y su figura. Notó como Jungkook había adelgazado un par de kilos y se detuvo en aquel movimiento involuntario de su mentón que dejaba al descubierto la debilidad del azabache.

Suspiró profundo para no acobardarse. —¿Estás comiendo bien?. —rompió el silencio él mayor. Siendo el ambiente adornado por un pequeño silencio.

Jungkook intentó calmar los latidos de su corazón y el creciente revoltijo en su estómago, que le provocaba recibir la atención del castaño. —No mucho. —confesó. —Pero estoy bien, no te preocupes. —respondió manteniendo sus ojos aún cerrados y sin poder evitar que las lágrimas se mezclaran con el agua que resbalaba en su rostro.

Taehyung cerró la llave de su ducha y dió algunos pasos hasta llegar al lado del menor. Titubeó un par de segundos antes de realizar lo que su corazón le dictaba.

Cerró sus ojos y soltó todo el aire que contenía sus pulmones, luego los abrió para observar a su alrededor y verificar que nadie más estuviese en el lugar.

Posicionó la mano en la nuca de Jeon y lo volteó con fuerza hasta apegarlo a su cuerpo. Lo abrazó, conteniéndolo mientras él azabache soltaba toda la tristeza contenida por tantos días.

Jungkook aferró ambas manos en la espalda del castaño y escondió su rostro en el espacio libre del cuello. Lloró, porque pese a todo, su hyung era lo más importante que le había pasado.

Minutos pasaron hasta que pudiesen separarse. Estaban desnudos pero no les importaba, no cuando la confianza en ellos aún existía.

Jungkook tomó distancia y se metió bajo la tibia agua de la ducha otra vez, restregando con las manos su rostro para borrar todos los vestigios de sus penas. Luego cerró la llave y le dedicó una mirada a Taehyung. —Lo siento. —pronunció. —Siento mucho haber dicho algo tan horrible. —volvió a tragar saliva, aún intentando tranquilizarse. —Simplemente no encontré palabras adecuadas para...

Él castaño negó, llevando su pulgar para arrancar aquella lágrima que amenazaba con salir. —No necesitas explicarme, está bien. Fui yo quien no debió hacer algo que te incomodara.

—Es sólo que... —tomó la palabra él menor. —Es complicado para mi todo esto, Taehyung. Es como si de la noche a la mañana descubriera que soy otra persona y no la que me dediqué a pulir todos estos años. —miró hacia el techo y se quedó observando la nada. —Es tan extraño, tan aterrador, que me está matando...

Taehyung sintió sus ojos arder otra vez, quería besarlo pero no debía, no hasta que Jungkook lo quisiera. —Yo... Tal vez sea mejor que no lo volvamos a hacer. Lamento provocar todo esto en ti, haberte llevado a hacer algo que no pediste, que no quieres y no te gusta. Estoy arrepentido de eso... lo siento. —espetó mientras comenzaba a llorar.

Jungkook bajó la mirada encontrando a su hyung favorito tapando su rostro con sus manos y se asustó, porque en aquellas lágrimas se escondía algo que sólo él podía entender. Tomó entre sus manos las muñecas del mayor y las alejó con cuidado para no dañarlo.

—Te quiero... —dijo, volviendo a soltar las lágrimas que habían cesado antes. —Te quiero, no sé como pero te quiero. —continuó, abrazándolo de inmediato. —No me alejes, por favor... —murmuró en el oído del mayor recibiendo un sutil movimiento de cabeza en confirmación.

Hasta la próxima lectura 💜