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Me esta dando un ataque. 

Me senté en el piso tratando de estabilizar mi respiración y mi pulso, sentía como mi cabeza me pulsaba y que no podía salir de este estado. 

Mi vista se nublaba a ratos y trataba de respirar con normalidad, pero no podía; cómo si el oxigeno de la habitación se hubiera ido en unos segundos. No puede ser él, es simplemente una coincidencia, un homónimo como me dijo Sara; vi cómo le disparaban, se desangro enfrente de mí, incluso tenía su sangre en mis manos. 

Sentía que algo me estaba escurriendo por la frente, me toque y al ver mi mano, tenía sangre en ella, tal cuál como esa vez, al levantar la vista. Lo ví

-¿Recuerdas cuando me dispararon?- me dijo acercándose a mí- ¿Recuerdas esa sensación?- se puso de cuclillas enfrente de mí y toco mi mejilla- pero siempre has sido mi niña adorada, ¿Qué sientes que este de vuelta?- tomó mi mano y la puso en su abdomen, sentía los huecos donde le dispararon- me obligaron a apartarme de ti, te apartaron de mí, pero ahora, quiero que te des cuenta de algo, siempre seré parte de tu pasado- junto mis manos con las suyas- presente- toco mis labios y después mi cara- y futuro. 

-Anna- levanté la vista y vi a Ezequiel en la puerta- ¿Estas bien? 

Se acercó a mí y me ayudo a pararme, pero volví a desplomarme y me tomo de los brazos. 

-¿Qué pasa? 

-Me está dando un ataque. 

-¿Qué hago? 

-Mi bolsa. 

Salió y vi mis manos, no había sangre, tampoco estaba él. Regreso con mi bolsa y me la dio, saque mis pastillas y me tome un par, al pasármelas empecé a tratar de respirar más lento y cerré los ojos. 

-¿Estas bien?- puso sus manos en mis hombros. 

-Necesito salir de aquí. 

-Ven, te llevare a casa- se recargo en la puerta para asegurarse que no había nadie, al hacerlo, se acercó a mí y me cargo, salimos de su oficina y entramos al elevador, me bajo un momento y me sostuve de los barandales- tranquila, estas conmigo. 

Me volvió a cargar cuando las puertas se abrieron y entramos a su coche, me puso en la parte de atrás y me acosté, subió y arranco. Pude ver a Andy sentado en la parte de copiloto y me volteo a ver. 

-Te cause una gran impresión ¿Verdad amor? Tranquila, esas pastillas ya te van a hacer efecto- sonrío de lado- sientes que estas en una montaña rusa o en un juego mecánico ¿Verdad? Todo va a pasar rápido, soló cierra los ojos. 

Estaba sonriendo de una forma muy retorcida y cínica, como solía hacerlo, cerré los ojos y minutos después el coche se detuvo, Ezequiel abrió la puerta y me enderecé. 

-¿Te sientes mejor? 

-Algo así, mi cabeza sigue dando vueltas- le confesé. 

Baje del auto y empezamos a caminar, puso su mano en mi cintura y así me daba soporte, ya me sentía mejor, no recordaba que las pastillas fueran tan fuertes; caminamos al elevador y subimos hasta mi piso, abrí la puerta y entramos, me senté en el sillón. 

-¿Me puedes decir que paso?- me pregunto sentándose a mí lado y lo abrace. 

-Solo, me sentí abrumada. 

-¿Por qué tomas esas pastillas? 

-Son tranquilizantes, para el estrés postraumático- respiré hondo- tuve una situación muy difícil en mi adolescencia, creía que ya estaba solucionado, a decir verdad, ya no lo recordaba- lo vi a los ojos y me estaba poniendo atención- cuando tenía 15 años, un enfermo mental trato de violarme y me secuestro. 

-¿Es enserio?- estaba sorprendido- ¿Por qué lo volviste a recordar? 

-No lo sé, fui con mi psicóloga y ella me dijo que era probable que regresaran estos episodios, donde lo vuelvo a ver. 

No le podía decir del homónimo con el jefe. 

-Tranquila, lo bueno es que estas a salvo, conmigo nada te va a pasar. 

Me dio un beso en los labios y me abrazo. 

-¿Estará mal si falto hoy? Recién me dio la noticia Adam que tenía el puesto. 

-Soy tu jefe, recuerda- sonrio de lado. 

-¿Y contigo? 

-El jefe puede faltar cuando quiera. 

Empezamos a reír, porque tenía razón. Pusimos una película, un clásico; The Breakfast Club. Recuerdo que me contó que es su favorita así que la puse, estábamos riendo cuando bailaban por toda la biblioteca, incluso el empezó a moverse un poco, haciendo que yo estallara en risas. 

Pero, las cosas se tornaron en un otro ambiente, el empezó a recorrer mi espalda con sus manos, mientras me besaba, nuestras respiraciones estaban agitadas; estábamos dispuestos a dar el siguiente paso, pero escuchamos que llamaban a la puerta. 

-Volverán mas tarde- me susurro. 

-Tienes razón. 

Pero volvieron a tocar de manera insistente, era obvio que no se iba a ir quien quiera que sea, respire pesadamente y camine a la puerta; abrí la puerta algo molesta y me sorprendí tanto que esa molestia desapareció. 

-Caleb- lo salude con un abrazo- ¿Y ese milagro?

RETURNS (Andy Biersack)Where stories live. Discover now