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Nos dormimos en la habitación de Kenya, aquí no habían ventanas grandes, no podrían entrar de ningún modo aquí, no podía aliviar el sueño, tuve que tomarme una pastilla para dormir. Estaba soñando con una chica, estábamos en una escuela, demasiado grande; no se quien es, no la recuerdo para nada, un nombre se me vino a la cabeza. 

Alanna...

Ahora recuerdo, era mi amiga en la preparatoria, en la escuela de ricos como solía decirle. Después aparecieron unas fotografías, estaba la misma chica pero con sangre. Ese maldito la había matado, había robado su celular, fue cuando me entere que se había fugado de la prisión; recuerdo que fui a su funeral, estaban sus padres llorando desconsoladamente, Caleb estaba a mi lado y me repetía. 

-No fue tu culpa. 

Me sentía triste, culpable de que ella falleció, todo por haberse juntado conmigo, ese maldito la lastimo solo porque estaba junto a mí. 

Empece a abrir los ojos lentamente y vi a alguien apoyado en el umbral de la puerta, no le vi la cara, provocando que empezara a gritar, y el me abrazo. 

-Amor, soy yo, Ezequiel. 

Lo vi a los ojos y me tranquilice. 

-Pensé que eras él. 

-Aquí estoy, tranquila hermosa. 

-¿Y las chicas? 

-Fueron a trabajar, me llamaron y vine para acá, pero antes pase a la oficina para recoger tus trabajos, no querían dejarte sola. 

-Gracias. 

Lo abrace y me dio un beso en la cabeza, nos levantamos y desayunamos, me preparo Hot Cakes, pero en la mezcla le puso arándanos, era tan delicioso que comimos demasiado, vaya que demasiado. De vez en cuando le hablaban por teléfono para preguntar cosas del trabajo, simulando que estaba en la oficina, para evitar que tuviera problemas él y Adam. 

-¿No te dijo nada Adam?- le pregunte después de una de las llamadas. 

-No, él entendió perfectamente y me dijo que si algo llegara a pasar- toco madera- le avisáramos y el nos ayudaría en lo que pudiera. 

-Es muy gentil de su parte- le conteste sonriendo de lado.

-Sara me contó lo que paso ayer en la noche- se sentó a mi lado y acarició mi cabello- ¿Por qué te sigue tanto? 

-No lo se, solo lo vi una vez y desde esa vez se obsesiono tanto conmigo que no me dejaba en paz en ninguna parte, pero no recuerdo todo, aún tengo fragmentos en blanco, es tan frustrante no recordar. 

-¿Por qué no poner una orden de alejamiento? 

-Amor, lo metieron a la cárcel y cuatro meses después logro salir por palancas, ahora pudo hacer lo mismo, arruino toda mi adolescencia, no sabes cuanto sufrí por ese idiota. 

-No puedo decirte que se lo que sientes, porque nunca he pasado por una situación así, pero estoy seguro que no volverás a saber de él- sonrió de lado- tu amigo el oficial está trabajando tratando tu caso, te estima y no va a dejar que nada te pase. 

-No he tenido noticias de él desde ayer, quieras que no, me preocupa, ese hombre esta enfermo, asesino a una de mis amigas y a...- un nombre se vino a mi cabeza- Stefan. 

Stefan... El chico que era un pervertido, con el que salí, eramos Alanna, otros dos chicos, Stefan y yo. Lo asesino en un callejón, pensaron que había sido un asaltante, pero fue ese acosador. 

-Hizo creer que fue un accidente, pero asesinó a un compañero, fue antes de que supiera que había escapado. 

-¿Tus padres sabían? 

-Si, creo que en ese momento ellos sabían toda la verdad y no me dijeron nada. 

-¿Por qué? 

-No querían que entrara en pánico y es entendible, nunca hubiera salido de casa, incluso ahí me hubiera atrapado, de una forma u otra lo hubiera echo.

-¿Te parece si vamos al cine? Para que despejes un poco tu mente- me pregunto. 

-No puedo salir, me pidió el oficial Philip que no saliera. 

Su celular empezó a sonar y se levanto. 

-No tardo. 

Me dio un beso en la cabeza y salió del departamento, me levante del comedor y entre a mi cuarto, no me había arreglado, entre a la regadera y empecé a bañarme, sentía tanta relajación con esto, mis músculos se relajaron completamente. Permitiéndome alejarme de todo.

Al terminar de ducharme, cerré las llaves y cubrí mi cuerpo con una toalla, salí de la regadera y vi algo en la tapa del retrete ¿Qué es esto? 

Me acerque a eso, mis manos temblaban, no escuchaba nada afuera de la habitación, seguramente Ezequiel seguía hablando por teléfono, pero ¿Cómo había llegado esto aquí? Cuando entre a bañarme no había nada aquí. 

Al abrirlo, porque era un paquete, y meter la mano sentí algo muy gelatinoso, lo tome y al sacarlo, lo aventé hacía la regadera. Era un condón usado, mi corazón se empezó a acelerar, saqué lo que quedaba en el paquete y había otro sobre y una nota. 



Ya vez lo que provocas en mí, mi querida Ann. 



Abrí el sobre y habían unas fotografías, era el oficial Philip.

RETURNS (Andy Biersack)Where stories live. Discover now