Amaia

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Tenía muchísimas ganas de llegar a este punto de la historia, así que me ha salido un capítulo un poco más largo de lo habitual. Gracias por la paciencia, intento tener un hábito de escritura pero me cuesta muchísimo. Os leo!

Aitana

Me despedí de mis padres desde la puerta del apartamento a las siete de la mañana mientras ellos salían en coche de nuevo hacia Barcelona. Esos tres días se me habían hecho demasiado cortos y no me podía creer la cantidad de tiempo que me podría pasar sin verles.

Suspiré y subí a casa. Ya había empezado a llamar a ese lugar así, y se me hacía extraño. Iban a ser dos días sola, y no estaba muy acostumbrada a eso. Hice el desayuno con los cereales y la leche que había comprado. Amaia había dejado cuatro cosas desde que se fue a Pamplona, así que tuve que comprarme algo para sobrevivir esos dos días. Empezaba a salir el sol en Madrid, lo que significaba que empezaba el calor. Ese día no tenía pensado hacer gran cosa, pero repasaría el camino a la universidad para intentar no perderme. No se tardaba ni una hora, y tenía curiosidad por conocer la zona. Por lo que Amaia me había dicho, era ideal para ir a correr un rato y despejarse, pero no tenía muchas ganas de hacer deporte.

Entré en la habitación. Había quedado bien, una vez había decorado la pared con mil fotos con mis amigos y algún dibujo mío, el escritorio con todas mis cosas, el teclado en un lado y la cama con la colcha de Barcelona. Era casi como transportarse a casa, aunque faltaban mis vistas del pueblo y un poco de tamaño de habitación. Había llenado también el armario, con ropa de verano de momento. La de invierno se había quedado en la caja, esperando a que se acercara el frío, aunque tampoco había traído todo pues pensaba ir de compras.

Salí de casa y caminé hacia la universidad. Después cogería el metro para volver y tener también claro el camino, aunque estaba segura de que no lo usaría mucho para hacer ese camino. Aproveché para escribir a Marta quien inmediatamente me llamó.

- ¿Qué tal Aiti?

- Bien Marta, ya han ido mis padres allí, así que estaré sola hasta el lunes. ¿Por allí qué tal?

- Todo como siempre, pero me faltas tú- dijo, y noté cómo hacía un mohín. Nos conocíamos demasiado bien.

- En cuanto tenga tiempo sabes que voy a ir, y cuando quieras vienes- propuse.

- Eso está hecho. ¿Has hablado con Vicente?- preguntó. No era muy normal en ella preguntarme por él, era un tema que no solíamos hablar.

- Bueno, le dije que había llegado aquí y poco más. ¿Está bien?

- Está raro Aitana- suspiró.- Pero como lo lleva estando desde que volviste de Candeleda.

- Ya... No sé si olerá algo- dije a Marta.

- No lo creo. Adri y yo no hemos dicho nada.

- Es que él ha estado celoso de Luis, ya sabes, por instagram.

- Pero de eso a que se entere de lo demás..

- Lo sé.

- ¿Qué vas a hacer?- preguntó.- ¿Vicente o Luis?

- No lo sé, Marta, estoy hecha un lío.

Le expliqué que me gustaba mucho Luis. En Candeleda y fuera del pueblo se portaba muy bien conmigo. Hablábamos bastante por mensaje, y alguna llamada pero no muchas. No nos preocupaba pasar días sin hablar, nos poníamos al día más tarde y ya estaba. Era como todo más libre. Eso no pasaba con Vicente, pero a él le quería. Llevábamos juntos desde hacía un año y además era mi primer novio, con toda la confianza que eso conllevaba.

Con tu mano me vuelvo a levantarजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें