Capítulo 24

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Amaia, por primera vez en su vida, despertó primero. Cansada, pero no más que su chico, se quedó en la cama intentando analizar todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo.

Ya era 29 de Junio, concierto del Santiago Bernabéu y Amaia sabía que hoy en su entorno cambiaría algo.

Giró su cara y se encontró un Alfred profundamente dormido, acurrucado en la cama, con la cabeza apoyada en la almohada y de frente a ella. El pelo completamente deshecho y la boca cerrada mostrando los labios que hacían perder la cabeza de la chica que estaba a su lado observándolo centímetro a centímetro.

Desde la última vez que se habían visto, hacía dos semanas, en Pamplona, se habían echado muchísimo de menos y, es que, Alfred tenía que ir preparando cosas de la gira, del que iba a ser su disco, '1016 is comming tour' y no tuvo tiempo para poder ver a Amaia. Se pasó las dos semanas encerrado en el estudio grabando las canciones y las maquetas, cada canción, cada instrumento, cada segundo de ese disco lo trataba con el cuidado que merecía y él sabía que no iba a arrepentirse.

Amaia, por su parte, visitó su antiguo colegio y compañeros de toda la vida. Fue a los sitios que la vieron crecer, conservatorio o sus clases de baile. Se sentía feliz, llena, completa y, sobre todo, satisfecha. No podía pedir más a la vida.

Alargó el brazo e intentó peinar el despeinado pelo de Alfred haciendo que el joven abriese un ojo. Una sonrisa se postró en su cara y, a continuación susurró un 'buenos días' que fue correspondido por la chica.

Desayunaron, terminaron de arreglar la habitación y se vistieron para ir al estadio, hoy era el día. Cuando llegaron, visualizaron a todos sus compañeros.

Raoul llamó la atención de Amaia y se encontraron en los vestuarios. Terminaron de hablar del plan que habían pensado durante esas dos semanas. Amaia tenía cada vez más claro que el que seguía el contrato era Raoul y, también tenía claro lo que le iba a decir cuando lo confesase. No se podía imaginar lo que viviría Agoney, sabiendo que todo el amor que sentía era una farsa. No lo merecía.

- Amaia - espetó la joven con flequillo - qué ganas de hoy, ¿verdad? - preguntó abrazando a la pamplonica.

- Sí, ya lo creo yo que sí - confesó esta mientras se separaba del abrazo.

- Vale, tengo que contarte una cosa - le advirtió Aitana.

- ¿El qué? - cuestionó dudosa la chica.

- Luís y yo vamos a hacer público lo nuestro - dijo emocionada la joven mientras daba pequeños saltitos mostrando lo entusiasmada que estaba.

- ¿Enserio? - preguntó sorprendida a la par que alegre Amaia- jolines me alegro un montón, de verdad Aiti, os lo merecéis.

- Gracias, Amaia. Tengo unas granas de esta noche tremendas, de verdad. Pensar que ya podremos saludarnos con un beso después de estar mucho tiempo sin vernos o de poder pasear por la calle sin tener que ir evitando paparazzis o lo que sea. Tengo muchas ganas - espetó la joven.

- Bua, es genial Aitana pero, ¿sabes que también va a estar vuestra relación súper expuesta, no? - preguntó Amaia mientras intentaba concienciar a la chica antes de nada - no podréis hacer nada sin que el otro se entere, porque los medios lo comunicarán, tampoco podréis estar dos días sin poner cosas juntos y que la prensa no diga que habéis roto. ¿Lo sabes, no?

- Claro que lo sé Amaia jajajaja, aún me acuerdo de cuando me llamaste diciendo que en Telecinco habían afirmado vuestra ruptura y que tu madre te había llamado y todo - comentó entre risas la muchacha.

- Es verdad jajajaj y yo estaba en el sofá con Alfred cuando me lo preguntó, madre mía, a eso me refiero. ¿Estáis dispuestos, no?

- Si eso quiere decir dejar de vivir como vivimos, sí, estamos dispuestos. Madre mía, esto ha sonado a una boda jajajaja - comentó Aitana.

¿Truco o trato? | ALMAIATahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon