Capítulo 5. Fantaseando

46.8K 4.5K 606
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Y de repente volvió.

Con su rostro tenso, ojos expresivos y llenos de maldad, labios entreabiertos. Me miraba y ¡Dios!, la forma tan tentadora en cuál lo hacía me debilitaba y caía rendida igual a un helado bajo el sol.

Mi aliento se atascó en mi garganta cuando me agarró por detrás y me tiró contra su pecho duro, quedándonos de cara a cara. De inmediato, usando su otra mano experta, tiró de mi camisa haciendo que los botones saltaran por todo el pequeño pasillo.

—Aparta...— me calló con un dedo que depositó sobre mis labios mientras miró mis pechos expuestos ante su vista macabramente atractiva.

—Calla— espetó apresurado con la respiración entrecortada—Solamente calla.

Con una mirada de "no-jodas-conmigo" en su semblante, chupo mi labio inferior en su boca, provocándome mariposas voladoras no solo en el estómago sino hasta en el cerebro, que parecía dañado por un ataque vascular o algo parecido, ya que no observaba que el hombre que tenía en frente era nadie más y nadie menos que mi puto jefe.

Su lengua me obligaba a recibirlo cada vez con más profundidad, mientras que sus manos presionaban mi trasero, pegándome una fuerte nalgada que resonó en toda la casa. Mi centro empezó a ponerse en alerta y mi cuerpo reaccionaba como nunca antes lo había hecho. Me había tomado por sorpresa y, al parecer, esto me gustaba. Bastante.

—No deje de mirarme a los ojos, señorita Flow, o se lo juro que se arrepentirá— habló en voz gruesa, cargada de erotismo, mientras me empujó contra la pared antes de que pudiera tomar otro aliento, agarrándome las manos y elevándolas por encima de mi cabeza—¿Entendió lo que le dije?— cuestionó con una sonrisa de satisfacción en su rostro. —En esta noche quiero follarla, señorita Flow, follarla como nadie nunca lo ha hecho. Te poseeré. Esto será duro y usted no podrá moverse mañana. La voy a torturar.

—Sí...

—Eso no era una pregunta— replicó con superioridad, sonriéndome y cerré los ojos mientras que él pasaba su mano por arriba y abajo por mis costados.

—La mirada fija en mí— me advirtió mientras me desabrochó el pantalón y lo dejó caer a lo largo de mis piernas, rompiéndome las bragas y tirándolas sobre la pequeña mesa que había en el pasillo. —No sé cuándo se me antoja tomarla, señorita Flow.

Traté de no gemir, de no gritarle a tomarme de una vez, pero cuando su mano presionó mi clítoris, la razón se me había escapado por las manos y, por más que intenté reprimirlo todo, me vi agarrándolo del cabello para acercármelo, gimiendo dentro de su nefasta, experta y tentadora boca caliente mientras nos mirábamos a los ojos.

—Estás tan mojada y sucia, señorita Flow— gimió en mi boca —Tan preparada para mí.— añadió mientras deslizó dos dedos en mi interior, empujándolos tan lejos como podría.

Te conozco x los zapatos ©®  Where stories live. Discover now