Capítulo 38. Y ahora...¡Basta!

36.7K 3.8K 681
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Nunca me había sentido tan extraña como ese día

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Nunca me había sentido tan extraña como ese día. Ese lugar que antes me parecía tan normal, se había convertido en un innegable laberinto de sentimientos. Conocía esa empresa a la perfección, pero me sentía como una verdadera intrusa. Al final de todo, hay lugares donde uno no quiere volver, pero la vida complota en su contra y lo regresa justo al infierno. Tal vez había quedado algo por vivir, por sentir, por pedir o para cruzarse una vez más y luego cerrar la puerta para siempre.

—¡Milla!— La voz de Carina me sacó del trance que se había apoderado de mí y de la estúpida costumbre que me hizo mirar hacia la oficina de Iker, que estaba vacía.

—Hola, hola— me acerqué hacia ella, que estaba revistando unos papeles—. ¿Por qué estás tan estresada?

—Porque mi ex jefe es un imbécil— murmuró amargamente —No está— añadió en cuanto notó mis ojos que volvieron a buscarlo.

—Mejor— repliqué cortante.

—Je ne peut plus/ (Ya no puedo) —exclamó Pierre mientras caminaba hacia nosotras—. ¿Qué pasa por la cabeza de este hombre? ,¿Acaso piensa acabar con esta estrella talentosa ?— se señaló a sí mismo y de inmediato empecé a reír haciéndolo mirarme—¡Vagabunda!

—Y ya me caes mal otra vez— rodé los ojos.

—Lo bueno de la gente famosa es que no les importa si les cae mal a alguien—me dio un codazo mientras reía—. Bien, que estás aquí porque necesito que me ayudes.

—Estoy aquí para recoger mis cosas y para firmar los últimos papeles.

—¿La víbora te echó?— dramatizó.

—¿Qué? —Levanté una ceja, confusa.

—No sé lo dijiste— deslizó su mirada de mí para mirarla con los ojos entrecerrados a Carina mientras apoyó su barbilla en su pulgar. — ¿No le contaste lo de esta mañana?

—Apenas entró— replicó ácida.

—¿Y qué esperabas para contárselo?— preguntó mientras agarró mi mano para depositarla en su brazo. —Mientras me acompañas a la fábrica de abajo, yo te iré contando, Millita.— habló Pierre mientras, sin darme cuenta, me dejé dirigida por él.

Te conozco x los zapatos ©®  Where stories live. Discover now