Rapto de conciencia

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Habían pasado 2 semanas desde que Blas había pasado la noche con Junior. Bueno, si quedarse a dormir en la casa de un completo extraño porque ese mismo extraño te había dejado varado sin dinero y sin celular.

Una vez que Junior entro al departamento no se molesto en prender ninguna luz, simplemente siguió el camino de un largo pasillo hasta la ultima puerta. Blas se quedo parado en la oscuridad esperando. ¿Esperando que? Estaba demente por entrar a la casa de un delincuente y aun mas demente por pretender quedarse a dormir.

Emprendió camino hacia al cuarto decidido de pedirle a Junior que le bajase a abrir y llegar a su casa como pudiese, pero cuando llego al cuarto, Junior estaba acostado en la cama mas grande que Blas había visto en su vida, completamente desnudo y dormido.

Blas bufo y se acerco lentamente para despertarlo pero cuando estiro su mano para mover el hombro de Junior, este estiro la mano y lo tiro sobre la cama enredándolo entre sus extremidades. Junio hizo un ruido muy parecido a un ronroneo y se acomodo, su cuerpo amoldándose alrededor del de Blas.

Al día siguiente el despertar había sido incomodo y la vuelta casa a larga. Blas había salido huyendo y parado al primer taxi que se le cruzo, para regresar a la clínica y pagarle con el dinero que había dejado allá.

Y desde ese día no había vuelto a ver a Junior. Y tampoco lo había vuelto a pensar. Mucho. Bueno un poco, pero era solo a la noche tarde cuando Blas ya no tenia nada que hacer o en que pensar.

No le había mencionado al Dr. Guerrico la visita de sus ¿amigos? ¿sobrinos? Le pareció mejor ignorar y borrar toda la experiencia mas bizarra de su vida de su cabeza cuanto antes y volver a la normalidad. Y olvidarse de ese maldito beso que lo seguía atormentando cada vez que cerraba los ojos.

Verdaderamente, Blas había estado con otros hombres, entonces no entendía por que se sentía como un adolescente que se había quedado obsesionado con un chico lindo que lo había mirado una vez.

Era una ridiculez.

A la hora del almuerzo decidió salir a caminar para despejar su cabeza un poco. Se dirigía hacia al bar de la esquina donde generalmente se sentaba a pasar el tiempo, pero antes de que llegara, una moto se subió a la vereda y se interpuso en su camino.

El conductor detuvo la moto y se bajo lentamente, dejando a la vista de Blas un culo espectacular. Blas se mordió el labio mientras veía como el chico se agachaba a guardar el casco bajo el asiento de su moto. Y luego se dio vuelta lentamente para..

¿Junior?

Blas sintió como sus ojos se abrían como dos platos cuando vio la cara de Junior. Dios, estaba tan bueno. Parecía un Adonis con sus jeans rotosos apretados y la remera negra que llevaba puesta. Al verlo, Junior dejo que sus anteojos de sol se deslizaran hacia abajo para poder mirarlo por arriba de ellos y sonrió.

Blas agradeció no estar caminando porque estaba seguro que se hubiese tropezado. Como podía ser que este mocoso hacia que el un hombre profesional que sabia hablar 3 idiomas se viera reducido a un desastre que solo podía tartamudear y desmayarse.

"Hola lindo." Dijo el chico mientras se seguía acercando y removía sus anteojos de sol. ¿Por qué estaba tan cerca?

Ah.

Junior tomo a Blas de la cintura, como si estuviese simplemente saludando a su novio, y lo acerco hasta que sus pechos chocaron. Blas solo vio la característica sonrisa de Junior y luego sintió como los labios del chico presionaban contra los suyos, y continuaba besándolo de una manera obscena para un mediodía de miércoles en el medio de la calle.

Blas siguió el beso, simplemente porque era claramente débil ante cualquier encanto del menor. Pero después de unos minutos se separo bruscamente, empujando a Junior lejos de el, cuando estaba tan cerca no podía hilar un pensamiento coherente.

"¿Qué haces? ¿Estas demente?" Fueron las primeras palabras en salir de la boca de Blas.

"Vine a sacarme los puntos amor." Contesto el menor con total naturalidad. "Estaba esperando que tus manos experimentadas hiciesen el trabajito."

Blas bufo y dio la media vuelta, dirigiéndose nuevamente a la clínica. Sintió los pasos del otro chico detrás de el y le rogo a Dios y a todos los santos que el Dr. Guerrico se hubiese retirado a almorzar. No sabia como iba a explicarle el hecho de que conocía a su sobrino o que este se comportaba como un total demente cerca de el. Blas prefería no dar explicaciones sobre nada de la situación.

Una de las recepcionistas lo miro extrañada al verlo regresar tan rápidamente pero no emitió palabra y una vez que entro a su consultorio, Blas cerro la puerta con llave detrás de Junior.

"Dr. Quevedo Linares, ¿Qué pretende?" dijo Junior sonriendo mientras se sentaba sobre la camilla. "Espero que la inspección sea a fondo."

Blas renegó por lo bajo y se limito a decir "Sácate la remera Junior." A lo cual otra cantidad de guarradas dejaron la boca del menor.

Verdaderamente, Blas pensó, deberían de darle un premio por resistir de tal manera ante un pendejo tan irresistible que lo único que hacia era pavonarse enfrente de Blas todo el tiempo.

Cuando se dio vuelta Junior ya había removido su remera, dejando al descubierto lo que parecían kilómetros y kilómetros de piel blanca y suave. Blas se acerco, intentando concentrarse en el hecho de que este era solo un cuerpo mas, y el era un medico profesional.

Pudo remover los puntos de manera rápida y admirar que su trabajo habia dejado casi ninguna marca en el cuerpo de Junior. Una vez que termino se dio vuelta rápidamente hacia su escritorio, intentando mantener el mínimo contacto posible con el menor.

"Necesito que vengas conmigo." Hablo Junior finalmente.

Blas se dio vuelta automáticamente. "¿Por qué haría eso?"

"Mi papa se entero que nos ayudaste la otra noche, y esta muy interesado en conocerte." Replico Junior. Por algún motivo toda la confianza y humor de sus interacciones pasadas había desaparecido automáticamente cuando menciono a su padre. "En realidad vine acá a buscarte para eso."

Blas no contesto. Después de la situación que había pasado la otra noche, había investigado la familia del Dr. Guerrico. El hermano, y quien Blas asumía que era el padre de los tres chicos, era el pirata del asfalto mas peligroso de toda la zona oeste. Estaba prófugo hace años, pero los contactos del hombre llegaban tan arriba en la justicia y la política, que nadie nunca lo había ido a buscar a su casa. Y mientras tanto seguía ejerciendo su profesión, con sus tres hijos, como una empresa familiar.

Blas había sido toda su vida un niño mimado pero no era idiota. Sabia que una "invitación" de una persona así era todo menos eso. Y sabia que si decía que no probablemente una menos gentil vendría la próxima vez.

"Yo se quien es tu papa." Replico finalmente. "Y se que esto no es opcional..." Blas tomo aire y se acerco a Junior mirándolo directamente a los ojos para asegurarse de obtener la respuesta mas verdadera posible. Estaba confiando en un completo extraño y era una locura, pero no le quedaban muchas opciones. "¿Me va a pasar algo?"

Junior negó frenéticamente y tomo el rostro de Blas entre sus dos manos. "No, jamás permitiría que te pasa nada."

"Junior, nos vimos dos veces en nuestra vida."

"Igualmente." Contesto Junior apresurado. Parecía un nene de cinco años queriendo convencer a su papa que no se había comido el ultimo alfajor. "Confía en mi."

Blas le creyó. Y ese fue su primer error. 

los pajaros tocando tu cancionWhere stories live. Discover now