Por el corazon nada pasa de largo

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La primera persona que va a visitar a Blas a la cárcel, después del padre de Lula que es su abogado, es extrañamente el Dr. Guerrico.

"Tengo el presentimiento que el día que te encontré con mi cuñado en tu consultorio, la equivocación de la que me hablaron no era verdad," dice Diego apenas se sienta.

Blas bufa y se tapa la cara. Tiene los ojos hinchados de tanto llorar. "No Diego, discúlpame. Te mentí."

"¿Me queres contar que fue lo que paso? Tus papas no entienden porque no los queres ver."

Blas quita sus manos de su cara y tamborilea sus dedos sobre la mesa de metal. "No quiero que me vean así. Esto es un problema...algo que yo elegí." Un segundo después se da cuenta como suena "Yo no estaba traficando nada, Diego. Lo único que elegí fue enamorarme de uno de tus sobrinos y no bajar la cabeza cuando Mauro me lo pidió."

El Doctor asiente y desvía la vista. Blas nota que sus ojos se ponen vidriosos. "Si, mi hermana hizo lo mismo. Mauro no lidia muy bien con la gente que le dice que no."

"No me arrepiento de haberlo hecho," dice Blas y se inclina para delante levemente. "¿Junior esta bien, no?"

"Hable con Dante mas temprano...esta con el." Es lo único que ofrece Diego. Blas es consciente que no debe de saber mucho mas. En todos los años que lo conoce el Doctor nunca menciono a sus sobrinos. Solo a su hermana un par de veces. "Escucha al Dr. Achaval, Blas por favor. Tus padres están muy mal."

Blas bufa por lo bajo, y vuelve a cubrir su rostro con sus manos.

"Deciles que vengan, que esta bien. Es mejor que me vean mientras estoy aca en la comisaria que ya cuando me lleven al penal."

"¿Te van a llevar a un penal?"

Blas se siente tan identificado con la sorpresa de la voz de Diego. El tampoco puede creer que esto sea su vida ahora. Pero lamentablemente cuando uno se involucra con el hijo de un capo mafia que es mas homofóbico que el papa, parece que una denuncia anónima de trafico de cocaína y un allanamiento sorpresa donde la policía encuentra 20 kilos de droga en el fondo de su placar es lo que se debe esperar.

A Blas no le importa. Lo único que le interesa es saber el rol que Junior jugo en todo esto. ¿Junior lo traiciono? ¿Por qué no le contesta el teléfono?

"Esta bien, Diego. Anda tranquilo."

"Solo quería que sepas que tu trabajo va a estar esperándote cuando toda esta situación se aclare, Blas." Dice Diego antes de levantarse.

Blas siente que quiere llorar pero después de todo lo que lloro en los últimos días es como si sus ojos ya no aguantaran mas. Quiere despertarse de esta pesadilla y quiere dejar de ver al padre de Lula con cara de preocupación, hablándole sobre prisión preventiva y encontrar pruebas. Mauro no dejo pruebas, al menos no alguna que Blas pueda encontrar. Hay una sola persona que lo puede ayudar y esa persona no le contesta el teléfono.

La segunda visita llega un día después, es su madre.

"Hijito," es lo primero que dice y se estira por arriba de la mesa para abrazarlo.

"¡Sin tocarse!" exclama el policía que controla la sala de visitas, para recordarle que no puede tener contacto con otra persona, otra manera mas de sentirse menos humano.

"Hola Ma," dice Blas sin poder mirarla a los ojos. Nunca en la vida sintió vergüenza delante de sus padres pero ahora si, no puede creer que fue tan imbécil.

"Blas, mi amor," dice su madre "No te tenes que preocupar por nada, hable con –"

Su mama se detiene cuando se da cuenta que Blas sin darse cuenta esta llorando de vuelta. Escuchar a su mama consolándolo como si fuese un nene chiquito solo le hace dar mas cuenta de la situación en la que esta. Le da bronca y tiene miedo y no puede creer que esto le haya pasado. Quiere matar a Mauro con sus propias manos pero sabe que eso no va a solucionar su problema.

los pajaros tocando tu cancionWhere stories live. Discover now