Lo que me corre por las venas

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Durante los últimos cuatro meses Blas se imagino el momento en el que volvería a ver a Junior de muchas maneras: cruzándoselo en una avenida transitada en pleno mediodía, reconociendo solo sus ojos por la luz oscura de un boliche, viéndolo cuando Blas estuviese de la mano de la calle con otra persona. En cualquiera de esos escenarios que Blas imagino Junior siempre es una persona distante y ajena, y cuando lo ve Blas no siente nada.

La realidad no puede estar mas alejada de eso.

El Junior que se encuentra parado en el medio del living de Lula cuando Blas abre la puerta parece un niño. La expresión de su rostro es entre confusión y terror. Blas no deja de notar el circulo negro gastado alrededor de su ojo o la cicatriz que tiene en el labio y la nariz. Lleva puesto un buzo gris enorme que lo hace parecer mas pequeño de lo que es y esos pantalones de jean ajustados y rotosos que ama usar.

Blas no recuerda nunca haber visto a nadie mas hermoso.

Todo su positivismo respecto a superar a Junior se desploma en un minuto. En el minuto que Blas lo mira su corazón da un vuelco y sabe, sabe en lo mas profundo de su ser que lo va a amar hasta que se le pare el corazón. La esperanza, como una flor después de la lluvia florece y toma raíz dentro del pecho de Blas. 

Y hace lo que nunca pensó que haría.

Corre hacia los brazos de Junior y lo empuja tirándolo sobre el sillón que esta en el centro del living de Lula. Junior sorprendido alcanza a estirar su brazos para sostenerlos a ambos pero a Blas no le importa. Junior tiene el mismo aroma que Blas intento lavar de sus sabanas, de su ropa, de su casa todos estos meses. De repente se da cuenta que fue un imbécil de plantearse que podía olvidarse de Junior porque la familiaridad vuelve de golpe, como su barba incipiente se siente debajo de la yema de los dedos de Blas, el suspiro de felicidad que Junior da cuando Blas pone la mano en su nuca. Blas esta derritiéndose – debe de estarlo al momento que Junior pone sus manos sobre las caderas del mayor, y la electricidad lo recorre desde la planta de los pies al resto de su cuerpo.

Con lentitud, Junior lo suelta y se mueve como para pararse pero Blas sostiene el rostro del menor entre sus manos.

"Blas..." murmura Junior.

Y Blas lo besa. Cierra sus ojos y se pierde en la dulzura y la familiaridad de los labios del otro. Vuelve a sentirse que esta en ese ascensor y en la casa de Junior. Siente el viento en la cara y la lluvia de cuando Junior lo llevo al rio y el día se arruino. Siente todos los besos que compartieron y este que trae un nuevo sentimiento. El miedo que sintió todos los días que pensó que nunca mas lo iba a volver a tener.

Pero Junior lo detiene y se separa, intentando sentarse.

"Blas, para por favor...por favor," Junior se levanta de su posición horizontal pero no puede levantar a Blas de su falda por mas esfuerzo que hace. Blas sigue sosteniendo su rostro entre sus manos cálidas, acariciando el circulo negro que decora el ojo de Junior. Parece tan chiquito, esta pálido y cansado y lo único que quiere hacer Blas es destruir a la persona que le hizo esto. "Si no me dejas hablar no lo voy a poder hacer nunca...y Romeo le tuvo que hacer muchas promesas a tu amiga para que permitiera esto."

"Junior...lo que sea que tengas para decir," siente como que esta intentando tapar un agujero en la pared de una represa con solo sus manos, pero la desesperación que siente porque Junior no lo vuelve a dejar, porque nadie lo vuelva a lastimar, es tremenda.

Y Junior no sabe que hacer. Tenia todo un discurso escrito en su cabeza de las cosas que pensaba decirle a Blas apenas lo viera. Pero nada es tan simple como la realidad. Y la realidad es que Junior se desarma bajo las manos y la mirada de Blas. El calor y el confort de la presencia de Blas lo intoxica. Es adictivo y ya no se acuerda como hizo para irse la primera vez. Junior tiene muy pocas memorias en su vida de ser amado o necesitado pero con Blas todas denotan lo mismo.

los pajaros tocando tu cancionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora