Otra piel

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Blas se despierta temprano.

Es una costumbre que adquirió desde que ingreso a la Universidad y comenzó a cursas por la mañana. El enorme ventanal al lado de su cama le ayudo a mantener la costumbre a lo largo de los años, una vez que la luz del sol se comienza a filtrar se le hace imposible mantener el sueño.

Esa mañana comienza a sentir el calor del sol en su rostro, y después de unos segundos arruga la nariz y comienza a abrir los ojos, intentando desperezarse. Unos segundos después se da cuenta que tiene un peso muerto sobre su cuerpo.

El peso muerto de Junior, que se encuentra en profundo sueño, como normalmente se duerme agarrado a Blas como una garrapata. Tiene sus piernas enredadas con las del mayor y los brazos alrededor de la cintura de este mientras su cabeza descansa sobre el pecho de Blas.

Desde la primera vez que Junior lo había llevado a su casa habían pasado apenas 4 semanas. Blas intentaba recordárselo a si mismo a menudo para frenar esas ganas incontrolables de estar cerca del chico que tenía todo el día, pero le resultaba bastante difícil. A veces no se aguantaba las ganas durante del día y miraba la conversación de Whatsapp con Junior más de una vez, para ver si estaba en línea. Si verdaderamente estaba avergonzado del nivel de enamoramiento adolescente al cual lo estaba llevando el pendejo.

Muchas tardes solo en el consultorio, en lo único que puede pensar es en cuando Blas acaricia la parte de su cuello donde la línea de su pelo termina y empieza la piel, como Junior se estremece ante el contacto, y como Blas pensó que no debería ser tan fácil alterarlo. Como a Blas le encanta bajar la mano al espacio que hay entre sus hombros tensos, siempre están tensos y su clavícula. La piel de Junior ahí es más suave que en cualquier otro lado.

"Puedo escucharte pensando desde acá," hablo Junior sobresaltándolo, sin mover su rostro de donde estaba apoyado sobre el pecho de Blas.

"Deberías moverte entonces, porque estoy pensando en que me encantaría levantarme a tomar un café." Contesto Blas rápidamente, aunque sabia que era inútil, era obvio que por cómo estaba posicionado Junior podía escuchar el latido sobresaltado de su corazón.

Junior se rio y comenzó a deslizar sus dedos sobre las costillas de Blas con rapidez, donde había descubierto que la mayor tenía cosquillas. Y en unos segundos Blas comenzó a retorcerse, agitado y pidiendo por favor que pare mientras intentaba librarse de los toques del otro.

"Deja de hacerte el vivo," Junior se ríe de esa manera silenciosa y airosa que suele tener y Blas piensa que es la persona más linda que vio en su vida.

El celular de Junior suena y él se desenreda de Blas, rodando al costado de la cama para tomarlo de su mesa. Cuando ve la pantalla, Blas nota inmediatamente como el rostro de Junior se tensa y la línea de sus hombros se pone rígida. Es obvio que es su padre.

Junior se levanta de la cama y camina hacia al balcón. Mas allá del nudo del estómago que le produce el malestar de Junior cada vez que alguna veta de su padre se filtra en el tiempo que comparten juntos, Blas no puede evitar admirar el cuerpo tallado del menor. Junior es hermoso, Blas no recuerda haberse sentido tan atraído a alguien en su vida. Cuando están juntos se siente como un adolescente que esta descubriendo todo y la única manera de bajar la fiebre que le produce es teniéndolo una y otra vez.

Blas se muerde el labio mientras mira el culo desnudo de Junior y sus piernas larguísimas y siente como toda la sangre baja de su cerebro hacia un solo lugar. Sin embargo, es justo en ese momento cuando escucha parte de la conversación y de un saque pierde toda la calentura.

los pajaros tocando tu cancionWhere stories live. Discover now