Llegamos al hotel y nos fuimos al campo donde jugábamos hoy. Estaba un poco nerviosa por cómo reaccionar si alguno se lesionaba, ya que no me gustaría que eso pasara. Perdimos el partido pero no ocurrió nada malo, solo tuvimos un mal día. Todos se sentían muy mal y yo también, porque al fin y al cabo somos un equipo y no se puede ganar siempre. Intenté animarles pero ni Marco se reía de mis estupideces así que decidí callarme y no volver a decir palabra. Llegamos del vuelo a la 1 de la mañana y hoy no iba a clase por el tema del partido ya que el presi había hablado con mis profesores. No había llevado mi coche así que Marco me llevó a casa. En todo el trayecto, desde que entramos en el avión, no he dicho palabra. Creo que el hecho de animarlos y que fuera mal me ha puesto así. Marco estaba triste, pero no entendía porqué tampoco decía nada así que me dejó en casa y solté un adiós muy borde. Me miró extraño, yo entré en casa y ya está volví a mi vida pero a los segundos escuché el timbre y abrí, era Marco.
- Marco: perdón.
- Vic: ¿por?
- Marco: ¿puedo pasar?
- Vic: supongo - enserio, estaba muy borde.
- Marco: mira, perdón por no reírme de tus estupideces o por ni siquiera darte las gracias pero es que estoy muy triste, no ha sido nada lo que esperábamos y nos hemos quedado muy mal. Y siento que he hecho algo mal y perdón por eso.
- Vic: no tienes porqué pedir perdón, la culpa es mía por pensar que a un chico le animaría que su novia le animara en un bajón, pero me equivoqué. Error mío. - me miraba perplejo, él ni se imagina hasta qué punto puedo llegar a ser borde, solo me ha visto en mis partes buenas.
- Marco: no, pero...
- Vic: no hay peros. Ahora vete, no estoy de humor. - me pilló desprevenida y me besó.
Yo tenía lágrimas en los ojos, me sentía muy mal y creo que era por miedo a perderle. Últimamente se ha vuelto más que importante para mí y no puedo imaginarme lo que haría yo sin Marco, sin el equipo. Me han cambiado mucho la vida, pero para bien.
- Vic: prométeme que no me vas a dejar sola nunca - lo dije muy bajito, en un susurro casi inexistente, pero lo suficientemente alto como para que él me contestara.
- Marco: prometido. Ahora prométeme tu que no vas a llorar más si no es de risa
- Vic: no te prometo nada.
- Marco: ¿me puedo quedar aquí? Sé que mañana no vas a clase.
- Vic: haz lo que quieras - seguía borde, si.
Y se quedó a dormir. Mi cama era de matrimonio así que se quedó conmigo. Me quedé frita enseguida y él aprovechó para hacerme bullying pero también se durmió rápido.
Bueno, hoy es lunes y no voy a clase. Marco está sonando de lo lindo en mi cama pero cuando me voy a levantar algo me empuja para atrás y hace que me vuelva a acostar. Marco seguía "durmiendo" pero habían dos probabilidades de que su mano estuviera en mi muslo: la primera porque puede ser sonámbulo y la segunda porque estaba fingiendo. Decidí creerme la segunda y acurrucarme en su cuerpo. Me volví a dejar dormir hasta que un móvil me despertó. Isco llamaba a Marco, eran las 13:30 y supuestamente Marco había dicho a Isco que iría a verlo a las 12 y aquí estábamos, en mi cama durmiendo. Isco estaba recién operado y yo también quería ir a verle pero no tenía ganas así que fuimos por la tarde. Marco se lo dijo.
