Narra Marco.
Yo estaba entrenando (más bien en un parón en el vestuario) cuando Patri me llamó diciéndome que Vic se había golpeado muy fuerte la cabeza y que la llevaban para el hospital. Dejé todo lo más rápido que pude, le dije al mister lo que pasaba, él me comprendió y me dijo que fuera, que no pasaba nada. Cogí mis cosas y salí corriendo para el hospital. Cuando llegué, Isco y Sara estaban intentando calmar a Patri, yo le di un abrazo hasta que una enfermera muy maja nos dejó pasar. Patri no se atrevía e Isco le hizo compañía. Sara y yo entramos, estuvimos media hora esperando hasta que abrió los ojos y habló. No la quería agobiar pero necesitaba saber cómo estaba. Una enfermera nos hizo señas para que salieramos de la habitación y así lo hicimos, se quedó unos minutos dentro y luego salió.
- Enfermera: chicos, la situación de vuestra amiga es estable pero necesita descansar.
- Marco: ¿pero se va a poner bien?
- Enfermera: si señor Asensio, solo tenéis que darle unos días para que se recupere - sonrió y se fue.
- Marco: joder, todo le pasa cuando no estoy con ella, no tendría que haber ido hoy a clase, se lo dije - y me senté en una silla del pasillo.
- Sara: pero Marco, si no le hubiera pasado hoy a lo mejor le hubiera pasado mañana o el jueves o cuando fuera pero tal vez no lo podías haber evitado.
- Isco: exacto. Ahora lo único que podemos hacer es esperar amigo, con paciencia todo se arregla.
La enfermera nos había dicho que en unos días le daban el alta y yo no tenía claro que no me iba a ir del hospital sin ella, pasarán días o meses, no iba a salir por esa puerta sin ella.
Habían pasado ya tres días y yo seguía allí. Le habían hecho algunas pruebas para concluir que estaba bien y que le podían dar el alta. Es viernes y son las 16:47 así que la llevo a su casa y le preparo algo rápido de comer y que no haga falta incendiar la cocina. Comió algo y nos sentamos en el sillón un rato.
- Vic: gracias por todo lo que has hecho estoy días por mí, que se que desde que llegué al hospital no te has ido de allí. Cuando el míster te vea te va a regañar.
- Marco: hostias el entrenamiento, no me acordaba que en una hora tengo que estar en la Ciudad del Real Madrid, mierda.
- Vic: uy uy uy, me parece que alguien está bastante despidtadillo últimamente - se rió burlona.
- Marco: es todo tu culpa - le dije y le saqué la lengua. Me levanté del sillón, cogí mis cosas e iba a salir por la puerta.
- Vic: is tidi ti cilpi, idiota - me dió un beso y me fui - sé que mañana juegas así que voy a hablar con tu hermano - en ese momento yo estaba entrando en el coche pero la escuché y le hice una seña de vale con la mano, me subí al coche y me fui.
Sólo llegué cinco minutos tarde al entrenamiento pero no pasó nada ya que hablé con el míster sobre el porqué y el estado de Vic, él lo comprendió y me fui a entrenar.
