Capítulo 9

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Perfecto. Era precisamente lo que menos deseaba, encontrarme en mi casa a Héctor.
Maldiga sea, ¿por qué habrá tenido que venir precisamente cuando Marina se encuentra enferma?

No tengo ningún problema  refente a mi hija, como madre me siento orgullosa de hablar de Marina. Sin embargo, hubiera preferido ocultarle a Héctor que tengo una hija, aún no me siento preparada para decirle que yo no soy la madre de Marina.
Hasta el momento he mantenido en secreto quien me ha preguntado por la identidad del padre, tajantemente lo he cortado con que soy madre soltera.

En el caso de Héctor se de antemano que si las cosas con él llegasen a buen puerto, deberé de contarle la verdad. Mis miedos azotan mi corazón con el temor de que aquellas ilusiones creadas hace años y por lo visto han vuelto aparecer me jueguen una mala pasada. Necesito que desaparezcan o si no llegarán acabar destruyendo todo por lo que hasta ahora había luchado.

— Alba, te has pasado tres pueblos con hablarle de ese modo a mí Héctor. —Desafío a mi abuela la cual sigue defendiendo a su ídolo dejándome a mí por la peor persona.

— Parece mentira abuela, que no sepas que no quiero hombres en casa en presencia de mi hija. Aquí vivimos mujeres y no está bien visto que los vecinos vean salir hombres de esta casa cuando en realidad es uno el que pasa. No y no. Espero que lo ocurrido hoy no se vuelva a repetir.

— A mí no me la das con chocolate querida nieta. Tú sientes algo por mí Héctor y te juro que si no hablas me hago un visón con su piel. Dime, ¿porqué tratas de ocultar a mí Héctor a Marina?

— Y dale con MI Héctor. Porque me gusta y mucho. Y tengo mucho miedo de que me suceda lo mismo que le pasó a mi madre y a Raquel. No quiero caer en una depresión  y terminar en un centro y mucho menos acabar como Raquel.

— Comprendo. Entonces se trata de eso.
¿Y no se supone que después de haber sufrido y luchado tanto con tu madre, haberte peleado con Raquel intentando ayudarla a enmendar su camino, porqué deberías caer tú, si ya sabes lo que hay?

— Lo sé... Sí, pero cuando se trata de Héctor un hombre que lo tiene todo, y yo soy una simple mujer que prefiere callar lo que siento por temor a que me lastime y no saber recomponerme de la caída porque estoy enamorada de él, el miedo me supera de tal modo que no sé como reaccionar cuando estoy cerca de él y temo que esto que siento por el termine mal, por ello no sé cómo actuar.

— Simple. Siendo tú misma Alba. La vida es un aprendizaje donde cada día vamos descubriendo quien somos madurando en nuestras acciones. Alba, si en verdad te gusta Hector, antes de nada dile la verdad referente a Marina. Así podrás descubrir si ese actor solo te está diciendo uno de sus guiones o en verdad te ama tal y como te mereces.

Me quedé en silencio pensando en la conversación mantenida con mi abuela. De pronto mis manos empezaron a temblar al ver en la pantalla de mi móvil un mensaje sobre Héctor diciéndome que quería verme. Esbocé una sonrisa, en cierto modo debía hablar con él aunque para ello tendría que esperar la conversación, antes de nada quería estar segura si lo que siente Héctor por mí no se trata de uno de sus guiones de telenovela, sino que en esta ocasión la protagonista soy yo.

Aquella noche Héctor me había llevado al teatro, habíamos coincidido con una pareja amiga suya.
Por supuesto, y aunque la pareja me trataba bien, podía llegar a sentirme incómoda. Estaba sentada en uno de los mejores palcos donde se veía perfectamente el escenario y aún así estaba tensa.
Los comentarios bajitos femeninos referente a Héctor llegaban a mis oídos, quería quitar importancia al asunto y poder disfrutar de la compañía de Héctor, aunque aquello me resulta imposible ignorar como esas mujeres murmuraban cosas referentes a mi acompañante.
Podría ser egoísta, tal vez porque yo no estoy acostumbrada a que cuarenta pares de ojos no quiten la vista de mí susurrando pasando su vista a mi acompañante masculino.

La Obligación de Quererte Where stories live. Discover now