Capítulo 13

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Mientras bajaba las escaleras apoyada mi mano en la pared, notaba un frío escalofrío recorrer mi espalda, pues aún no había salido del shock del haberme enterado que Raquel y Héctor se conocían.
Y aún así, sigue rondando por mi mente varias preguntas:
¿Qué fue lo que le impulsó a Raquel a quedarse embarazada precisamente de Héctor, si ella se acostaba con más hombres?
¿Acaso había amor entre ellos?

Trago saliva sintiendo mis piernas flaquear. Mi cuerpo cae desplomado directo al peldaño, rodeo con mis brazos mis rodillas volviendo a recordar el día que llegó Raquel a casa anunciando días después que estaba embarazada.
Nunca le pregunté por el padre de su hija, pues no quería hacerla sentir peor de lo que se encontraba en aquel momento.
Durante su embarazo, mi hermana no mencionó nada al respecto, solo se sentaba con mi tía y abuela a ver la novela acariciando su tripa sin apartar sus ojos de la tele.
Suspiro consternada por haber tantas dudas y nadie pueda decirme que fue lo que le pasó por la mente a Raquel para que llegase a cometer esa locura sin importarle ni siquiera su hija.

¿Acaso Raquel estaba enamorada de Héctor y éste la rechazó?

En ocasiones soy muy lanzada y precavida.
En estos momentos estoy llorando como si el corazón me lo arañase un gato. Y ese gato, tiene nombre. Héctor Irzu.
Por más que quiero sacarmelo de la cabeza no puedo, sus ojos castaños me persigue, su maldita sonrisa me hace de reír aunque no lo deseé.
Me abrazo más fuerte intentando calmar el agudo llanto que no me permite pensar con claridad.
Ahora lo que más miedo me da es saber que Héctor luchará por la custodia de mi hija.

Mi abuela había salido en mi busca al irse Héctor. Me había preparado una infusión contándome la conversación mantenida con Héctor.

— Lo siento Alba. Pero pensé que debía saber que Marina no es tú hija. No le contado nada más. Pienso que ha sido más que suficiente la revelación para irse de inmediato.

— Da igual abuela. Al parecer Héctor y Raquel se conocían muy bien, y al parecer mi hermana se enamoró de Héctor. Quizás por ello se quedó embarazada.

— Y...¿Porqué lo hizo Alba? —Mi abuela me hace la misma pregunta que yo misma me he echo desde que supe que Héctor es el padre de mi sobrina.
¿Cual fue el motivo que le llevó a Raquel a quitarse la vida?

Me dejo vencer por mi lamento.
Mi abuela me abraza en silencio. Sólo se escuchan nuestras respiraciones y mis sollozos.
Aquella noche llamé para avisar que no podía ir a trabajar. Estaba tan agotada, más mentalmente que físicamente,  me encontraba incapaz de realizar mi trabajo. Quería llorar.
No era muy propio de mí dejarme vencer por mis emociones, pero en ocasiones la carga es tan pesada que ya el cuerpo se me resiste aclamando a gritos un descanso.

En toda la noche había pegado ojo, me la había pasado mirando la ropa que le había comprado Héctor a Marina. Me mataría la angustia y me haría de sentir una cobarde por no hacer más por tener a Marina a mi lado.
Pero contra lo que dictan las leyes, una parece que nada a contracorriente como salvavidas la frustración y la irritación que  sufro en mis propias carnes.
No lo puedo remediar, aunque quiero lavarme la cara y dejar de llorar de una vez por todas. Lo que siento dentro de mí pecho está lleno de amargura, tanto que me resulta tan ácida y penosa haciendo que me derrumbe.

Los siguientes días no volví a ver a Héctor, solo sabía de él mediante  mi abuela o mi tía avisándome que venía a visitar a Marina o leía algún mensaje suyo pidiendo permiso para ir con Marina a dar un paseo o pasar el día con ella.
Todo aquello para mí me resulta novedoso, siempre me ha gustado llegar a casa y encontrarme con mi pequeña, la cual viene hacia mí estirando sus brazos tan cargada de ternura contagiándome su felicidad haciendo que hasta las nubes negras se vuelvan blancas.
Y ahora, llegar a casa y no encontrármela hace que la ira me pueda y más sabiendo que en pocas semanas será el juicio donde nos tendremos que enfrentar para luchar por la custodia de Marina.

La Obligación de Quererte Onde as histórias ganham vida. Descobre agora