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.Madrid . Noviembre. 2018

Tuve que poner el móvil en silencio, eso fue durante un tiempo. Si. Me moría por ver lo que me escribías. Pero ya se acabó, no me podía permitir volver a ti otra vez. Al menos no así de fácil. Yo te buscaba en otras personas, lo intente una noche, pero todo salió como la mierda. No eras tu y yo no podía tocar a alguien que no fueras tu.

Se que te sientes mal, se que ahora lo ocultas. Vagas por la noche como si no tuvieras problemas, como si no estuvieras tan dolida como yo. Veo que tienes un problema con la honestidad, siempre lo tuviste. Pero ya no pasa nada, ya pasó todo ¿no?

O eso creía.

Te vi. Como casi todos los viernes. Madrid parece muy grande, pero se te hace tan pequeño a veces. Concretamente cuando ves a la persona que tanto querías a través de un cristal. Pasas por mi trabajo, cada fin de semana. Trabajo detrás de la barra de una discoteca. La nuestra, donde pasamos los ratos, donde tirabas de mi para bailar. Echo de menos eso, lo de bailar contigo, pegada a ti, sintiendo tu respiración en mi cuello. Nos quisimos tanto... tanto. Joder, me repito mucho. Todas las semanas la misma historia repitiéndose en mi mente.

No eres capaz de entrar, quiero pensar que te mueres por hacerlo, que no lo haces porque yo te pedí que no lo hicieras. "Por favor no vayas a la discoteca, no puedo verte Natalia, no me lo puedo permitir".

Cuando pasas te veo, y tu me ves. Nos quedamos tiempo, no se cuanto ya que pierdo la noción de ello cuando pasa esto. No se si lloras o es la lluvia recorriendo tus mejillas, y ya me quedo toda la noche pensando en que fue.

"Que, ya la has visto otra vez ¿no?" Esa es María, nuestra amiga.

"Si." Suspiré. Eso era el cansancio de toda la situación.

"Joder, no se le pasa ni una. Me dijo que no volvería a pasar más por aquí. Pero tu sabes como es Natalia, un día dice algo y al otro hace lo contrario." Al oír que no volverías a pasar de repente se me acelero la respiración y tenía esta presión en el pecho, es difícil de explicar. Se supone que esta reacción del cuerpo es negativa, pero la primera vez que mi cuerpo reaccionó así fue junto a ti.

Barcelona. Agosto 2018

Alba. Amor. Así me llamabas, el primero solo es mi nombre, pero me encanta como suena cuando sale de ti. Todos en un grupo en la playa. El jodido grupo de la playa. El grupo de WhatsApp era demasiado irritante, cada 3 segundos un nuevo mensaje apareciendo en mi pantalla. Mute un año y todo solucionado.

Fuimos a Barcelona un mes y poco. Yo, María y Julia. De ese viaje me esperaba noches de estar inconsciente por tanto alcohol y experimentación. Pero me encontré a ti y un poco de lo otro también.

Semana 1.

Comprábamos cervezas en la tienda local de al lado, paseábamos en bikini y con shorts por El Barrio hasta llegar a la playa. Pipas. Cigarros. Y  Cartas. Llevábamos siempre.

Nat y yo esperamos fuera de la tienda, ella llevaba unas gafas de sol redondas, no muy grandes. Bueno no me empeñare en describir eso. Solo que quedaba bien con su bikini negro.

"Que calor" me queje como un bebe. Nat soltó una risa sin sonido, se quedo con su media sonrisa y me atrajo hacia ella.

"Ven, que yo te hago de sombra" Me puso de espaldas y me abrazo por detrás.

"Excusas para estar cerca de mi o que" Dije en un tono de vacile.

Noté como su rostro se acercaba a mi cuello y me dejo unos cuantos besos, a veces cortos, a veces largos. Sentí un calor adicional del que ya hacía. Respire hondo. Nat otra vez respondiéndome con caricias.

"No te flipes tanto anda" Dijo apoyando su barbilla en mi cabeza.

"Bueno eso ya veremos" Y ella me pego más. En ese momento me iba a dar algo.

"Albita no vaciles tanto anda" En ese momento salieron los chicos. Éramos 7. Algunos amigos tuyos y algunos míos. Lo compartíamos todo.

Salieron de la tienda con un par de bolsas. Pude ver que llevaban cosas para picar, patatas y todo eso. Y lo que no faltaba era cerveza.

"Ya puedo vivir tranquila" Dijo Maria alzando su lata de cerveza, parecía broma pero quien la conoce sabe que lo dijo enserio.

Algunos de nosotros soltamos una carcajada, pero ya estábamos acostumbrados.

Nat se acerco a Miki para darle parte del dinero. Internamente maldecí, quería estar todo el rato pegada a ella. Me pregunte si eso es sano, pero no le di mucha importancia.

"¿Vamos?" Natalia vino a mi. Con una sonrisa me extendió la mano, la mire, casi me muerdo el labio, a estas alturas creo que si lo hice. Le cogí la mano y apoye mi cabeza en su hombro. Estábamos andando no muy rápido, desde allí se sentía y se oía el mar.

Con la otra mano libre, Nat me arreglo el flequillo y me dio un beso pausado en el lado de la cabeza. Levante un poco la cabeza para mirarla y solo pude sonreír como una idiota.

"Madre mía que guapa eres Alba" En estos momentos solo pude actuar como pude. El rojo de mis mejillas era inevitable y morderme el labio también. Creo que me pasaba todo el rato así cuando te acercabas.

Ante eso, Natalia me dio un beso de los que me gustan. Largos. Fue casi en la comisura de mis labios. Pensé si había apuntado mal o si le apetecía dármelo ahí. Pensaba demasiado.

En esos momentos fue cuando lo sentí. Esa presión en el pecho. La aceleración de la respiración. ¿Cómo se puede sentir dolor por algo bueno? En esos momentos no tenía respuesta, más adelante descubrí el porque.

Nunca había tenido esto, era tan... tan inexplicable. Con nadie. Se suponía que éramos "amigas", así empezamos a llamarnos cuando te conocí, así nos definían algunos. 

Pero tu y yo sabemos perfectamente lo que había. Era terreno peligroso, me daba miedo, supongo que a ti algo también. Pero dicen que si algo te da miedo es porque algo muy dentro de ti se muere por tener esa cosa que te lo produce.

Albalia | Lost When You're Not AroundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora