11

7.5K 242 21
                                    

Barcelona. Último día de Verano. Agosto

Aquella última noche nos pasamos el resto haciéndolo. No eras tímida, te encantaba el sexo. Me hacías disfrutarlo como una niña pequeña. Te pasabas toda la noche admirándome, queriendo cada esquina de mi.

No dormimos. Nos daba miedo despertarnos y tener que volver a la realidad. Por mucho que yo te dijera que todo esto era real, yo también tenía miedo de que tu y yo fuéramos un sueño, que un día me despierte y tu no estes, se me remueve todo al pensarlo. Te besaba con desespero, sabiendo que mañana no podré. Te miraba, todas tus facciones, tu sonrisa imborrable y tus ojos negros que hipnotizaban.

Esa noche nos exigíamos, te exigía demasiado. Quería todo de ti, no quería perder el contacto de tu cuerpo en ningún momento, quería que si lloraras fuera de felicidad, porque realmente aunque pareciera una despedida, esta ni se asemejaba a la palabra. Me iba tranquila sabiendo que te iba a escuchar decir mil veces más 'te quiero', que tus labios solo iban a tocar los míos y que tus manos estaban reservadas solo para mi.

Matas mi inocencia. Mi mente se vuelve peligrosa contigo. Mis manos, mis labios se desesperan por tocarte cuando tu lo haces. Te quiero tener de una forma que en nuestro mundo no existe y eso me desespera tanto. Quiero saber que te toco como nadie nunca te había tocado, quiero saber que tu me lo haces de una forma distinta a los demás, a los de tu pasado. Quiero tener cada cosa que tu toques, respirar tu cuello para recordar tu olor cuando no estes.

Me gusta tu manera en la que me agredes, con tus labios me haces temblar. Sabías que te estabas desgastando conmigo, pero te daba igual, solo querías tenerme todo el rato posible para compensar todo el tiempo que íbamos a perder a partir de mañana.

Nos perdíamos entre la casa, me guiabas con tu mano entre la mía. Cada vez que me mirabas la cara no lo podías remediar y me dabas un beso. Y ese simple beso, acaba con una mirada sería, y esa mirada terminaba con tus labios besándome un rato, ese rato en el que me describías tu amor hacía mi con cada movimiento.

Eran las 2. Estábamos en la cocina, yo sentada en la encimera con tu camiseta que me llegaba por debajo del culo. Me hacías un té. Y yo te miraba como si fueses la cosa más bonita del mundo, y lo eras Nat. Esperabas a que hirviera el agua y te acercaste a mi sería, un poco cansada. Te pusiste entre mis piernas, acariciándolas de arriba a abajo. Te inclinaste escondiendo tu rostro en mi cuello, respirándome. Me besabas la mandíbula con una lentitud que me hizo cerrar los ojos. Me besabas como si fueran mis labios, tus labios se abrían y se cerraban en mi piel succionándome. Mi mano recorría tu mejilla, mi pulgar te acariciaba.

"Te quiero" Me susurrabas entre besos para que yo solo lo escuchara. Te juro que nunca me llegué a acostumbrar a oírlo. Era demasiado bueno para ser real.

"¿Cuanto me quieres?" Te pregunté. Te separaste un momento mirándome con tus ojos entrecerrados y tu pelo alborotado, tus labios rosados hinchados. Soltaste una media sonrisa y pegaste tu cara contra la mía, elevabas tu rostro chocándolo con delicadeza con el mío, me diste besos torpes al rededor de mis labios. Mi sonrisa no se borraba y mis manos te aguantaban para que no te despegaras.

"No te puedes imaginar cuanto, no existen palabras para describirlo cariño" Dijiste con tu frente apoyada en la mía y tus ojos que me traspasan de la intensidad.

"Ha sido la mejor respuesta que me podías dar" dije cerrando los ojos, acercando tu cara con mis manos, suspiré de tenerte tan cerca. Te besé casi sin moverme, solo necesitaba ese contacto, tu me capturabas muy lento era tan delicado que me sentí mareada. Los rozabas una y otra vez.

Fuimos a tu terraza. Yo sentada encima tuya, como un bebe en brazos. Tu brazo alrededor de mi, mi cabeza en tu pecho sintiendo tus fuertes latidos. El cigarro en tu mano, el humo que salía por tu boca, tu olor a cigarros y a miel.

Albalia | Lost When You're Not AroundWhere stories live. Discover now