13

7K 239 27
                                    

Madrid. Septiembre. 2018

El frio llegaba y tu no estabas, yo seguía estudiando y tu cantabas entre bares. Hablábamos por teléfono, te juro que si me fiaba de ti, que no quería distancias, lo único que me echaba para atrás era el dolor que acumulaba cada día cuando pensaba en aquel mensaje. 'Tenemos que repetir lo de la otra noche', me entraban ganas de vomitar, se que no terminaste nada con ella, pero de solo pensar que lo consideraste y que te tocó aunque sea por segundos me da un rechazo increíble.

Aún así no te dejé, pero tampoco te vi durante la primera semana de Septiembre, no me vi capaz, aunque sintiera un vacío, algo que no se podía llenar con cualquier cosa.

Te dije que mis padres me controlaban demasiado, que no les parecía buena idea lo de estar contigo. Y tu me pedías que me fuera a vivir contigo.

"No les hagas ni puto caso cariño, tu a lo tuyo, mándalo a la mierda todo y vente conmigo. Yo no te voy a hacer sentir mal como lo hacen ellos, solo quiero cuidarte, es en lo que pienso todos los días."

"Te quiero" Cada vez más.

Me lo pedías todos los días, podía notar tu necesidad. Te estaba comiendo por dentro el no tenerme cerca, tu voz estaba apagada y tus palabras rogándome.

Me fugué, me fui contigo, la locura formaba parte de ti y tu me la estabas pegando.

Ese día abriste la puerta cansada, sin mirar hacia delante. Y después me viste y toda tu tristeza desapareció, ahora iba todo de sonrisas. Paseábamos de la mano, me echabas el humo en la cara, y después de eso follábamos a todas horas. Pensé que solo era por la emoción de vernos, de esos primeros días contigo después de una semana sin tocarnos, mirarnos, pero no, la pasión no se te acababa. Ni a mi.

Yo todavía tenía ese mensaje en mi mente. Sabía que no estábamos juntas en esos tiempos, que tu estabas confundida, que solo quisiste comprobar si yo solo era una más. Pero pronto te diste cuenta de que me necesitabas , que estabas locamente por mi y que no había marcha atrás en esto del amor. Y no te equivocabas.

Me lo demostrabas, como me presionas contra ti, como tu desesperación se refleja en tus besos que cubren mi piel, mis labios. Conviertes todo de mi tuyo. Se que la adicción te mata y tus manos ya no saben ni que tocar, te desesperas. Se que me lo haces pensando en mi, en lo que me gusta. Es la forma en que me miras mientras me tocas las partes más desconocidas. Pero también se que mi placer es el tuyo y que mis expresiones te matan por dentro.

Me gusta cuando te frustras, porque se que seré yo quien te lo resuelva. Ya se muchas cosas de ti, se que te gusta mis labios debajo de tu mandíbula, que te toque la boca con mis dedos, mi pulgar. Te acaricio la cara y junto mi frente a la tuya, uno mis labios a los tuyos y solo los rozo una y otra vez con la presión justa. Se que te engancha eso.

También cuando me terminas, te apasionan mis gemidos suprimidos por tu boca. Te gusta que te trate con brusquedad, tirar de tu pelo y morderte el cuello. No te importa que te muerda el labio hasta salirte sangre, eras un poco masoca Nat. Se que lo nuestro no entra dentro de la normalidad. ¿Pero quien coño quiere ser normal?

Me gustan los días que llueven. Tu pensabas que deberíamos estar juntas todo el tiempo, pero conseguí un trabajo y era en la noche. Nunca he sido de estar rodeada de mucha gente en un mismo espacio, pero de algo había que sacar el dinero aunque perdiera algunas noches a tu lado.

Ese día te imaginaba en nuestro sofa, con la mirada perdida en la tele y echándome de menos. Esa noche me equivoqué. Te vi entrar por la discoteca, yo detrás de la barra sirviendo algunas bebidas. Cada vez que me miras con esa sonrisa y esos ojos yo...Joder es que te miro y pienso que eres lo mejor que me ha pasado. Me haces un gesto con la cabeza como de ven, te pusiste en la salida de la barra a esperarme ahí.

Albalia | Lost When You're Not AroundWhere stories live. Discover now