Simplemente Camren

Capítulo 29

POV Camila

La pregunta aún resonaba en mi mente como un mantra. Mis ojos, tan abiertos por la sorpresa, miraban fijamente a Lauren sin lograr dar una respuesta. En ese momento no podría definir lo que sentía. ¿Miedo? ¿Sorpresa? ¿Alegría? ¿Confusión? ¿O quién sabe todo eso junto? Alejé mi cuerpo del suyo sin poder dejar de mi mirarla.

- ¿Me estás pidiendo que me case contigo? - Sólo pregunté para confirmar la frase dicha en un italiano cargado de acento.

- Más o menos... - Lauren se movió debajo de mí luciendo incómoda con mi falta de respuesta.

- ¿Sí o no? - Le sostuve los hombros para mantenerla en el lugar.

- ¿No eres tú quien tiene que responder? – Lauren preguntó con una sonrisa de lado.

- ¿Cómo, si no entendí bien tu pregunta? ¡No bromees con eso Lauren! ¡Sabes muy bien lo romántica que soy y me importan esas cosas!

- No estoy bromeando. No te estoy pidiendo en matrimonio ahora mismo, sólo estoy pensando si un poco más adelante te casarías conmigo. Si aceptarías pasar el resto de tu vida conmigo, no como una regla o planes concretos, sino... ¿Cómo una posibilidad?

- ¿Entonces esto no es una propuesta?

- Creo que... ¿no? Si dices que no, lo entenderé, aunque me gustaría saber el por qué. Ni siquiera estoy lista para casarme todavía, como lo dijiste, ni siquiera pasamos seis meses juntas. Todavía tenemos mucho que disfrutar antes de tener un compromiso tan... Definitivo como este. Sólo quiero saber si te casarías conmigo algún día.

- ¿Pero si esto no es una propuesta? ¡Porque tendría que decir sí o no!

- Maldita sea Camila, sólo di que sí, que soy increíble, que me amas y veneras. Listo, ¡estaré feliz!

- ¿Venero? ¿De qué estás hablando? ¿Desde cuando eres tan presumida así?

Ella iba a responder, incluso abrió la boca para luego cerrarla y empezar a reírse. Levanté una ceja confundida por su actitud, pero sin olvidarme de la pregunta sobre casarnos.

- Esto suena como cuando te pedí que fueras mi novia, ¿por qué no podemos hacer algo simple y romántico? - Ella lo explicó mientras se reía.

Terminé sonriendo, no sólo con el recuerdo, sino también por el sonido de esa risa baja y ronca que conmovió todo mi ser. Me hizo querer provocarle risas eternas a esa chica y saber que yo era la razón de ello. Quería todas sus sonrisas, todas sus miradas de amor, todos sus abrazos... La quería tan comprometida conmigo como yo lo estaba con ella.

- Sí. - respondí con una calma sorprendente.

- Sí, necesitamos ser mejores en estas cosas y...

- No Lauren, quiero decir, sí, oh que desastre. - Tomé su cara entre mis manos y miré esos ojos verdosos. - Me casaría contigo algún día. Pero, por favor, sé más romántica cuando hagas el pedido real, ¿vale?

Su sonrisa era una de las más hermosas que había visto. ¿Cómo podría explicar que en ese momento, con esa sonrisa y con su manera de ser, me di cuenta que podría casarme con esa chica mañana mismo?

{...}

Había pasado un mes desde el regreso de Lauren. A pesar de la tensión inicial causado por Matthew, todo se asentó casi naturalmente. Estábamos juntas el mayor tiempo posible... Lo que resultó ser un corto tiempo. Tenía mis prácticas, mis horarios y compromisos. Lauren estaba empezando dentro de Dodgers, aunque sabía que ya tenía un proyecto aprobado que le hacia ganar un buen dinero. Habíamos celebrado con una noche especial, una cena a luz de las velas hecha por mí, en un fin de semana del que no salimos de mi apartamento. Como habían dicho Ally y Matthew, la sorpresa de algunos en Oxford fue evidente. Chistecitos aquí y allá, algunas notas indeseables y comentarios susurrados a nuestras espaldas. Otros se sorprendieron tanto que rodearon a Lauren sólo para ver si era verdad o para preguntarle cómo había logrado conquistarme. Ninguno de ellos se atrevió a atormentarme gracias a mi antigua imagen, algo que me gustó hasta cierto punto, ya que la fama de Lauren creció y las zorras sin vergüenzas se tiraban sobre ella.