Capítulo 18: Viaje de enamorados

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Tras unos días preparando todo el equipaje, la pareja pudo tomar un barco que les llevo a la isla, Natsu como era costumbre estaba mareado y se quedo en la cama esperando a que el trayecto finalizase mientras Juvia se quedo mirando el mar en la cubierta. Aquel día había elegido un vestido azul con un sombrero del mismo color pero que le daba un toque elegante.

Observaba con tranquilidad aquel bello mar azulado, el aire a agua salada mientras piensa en lo afortunada que se siente al tener a Natsu, deseaba que no tuviera esos mareos para estar a su lado pero ya tendrían tiempo para estar juntos en aquella isla. Cuando el capitán aviso por megáfono que habían llegado fue hasta el camarote para ayudar a su novio a poder bajar.

  — Gracias Juvia— decía este tratando de no potar.

— Juvia piensa que no tiene que agradecer nada— ella le esbozo su sonrisa.

Cuando tocaron tierra el joven empezó a encontrarse mucho mejor, poco a poco el mareo iba desapareciendo hasta no quedar rastro, este suspiro y tomo aire aliviado. Ambos vieron que la isla era exactamente igual al folleto, palmeras, arena, casas rurales...aquel lugar si era un paraíso.

  — Vamos Juvia, la diversión nos espera— dijo tomando su mano y con la otra cargando las maletas.

Llegaron hasta el edificio principal donde obtuvieron las llaves de su casa rural y el folleto con las actividades junto a sus horarios. Luego se marcharon para ver el interior de la que sería su hogar durante una semana, se alegraron ver de que era mucho mejor de lo que la pintaban, su interior era grande, con adornos típicos de la isla, con vistas al mar y una bonita cama en forma de corazón con dos chocolates en la almohada, esto fue lo primero que hicieron, comerse el chocolate.

— Fiuu, no tenia idea de que pesaban tanto— dijo Natsu dejando estas a un lado.

— Juvia lo lamenta, Juvia ha traído demasiado equipaje—   se disculpaba ella.

  — No importa, ¿qué hacemos primero?— pregunto mientras miraba el folleto.

Se quedaron viendo el folleto juntos, había tantas cosas para hacer  que no sabían por donde empezar.

  — Vamos a esta zona de bosque a ver a los monos— indico Juvia en la parte superior de la hoja.

Se pusieron algo más cómodos y se marcharon, durante el trayecto pudieron ver como estaba distribuida la isla, todo naturaleza, las casas rurales eran de madera tratada con magia para no alterar mucho el ecosistema, vieron que incluso tenían piscinas para bañarse, duchas, luego vallas y carteles para separar las zonas...todo aquello maravillaba a Juvia que nunca pudo salir demasiado lejos de Magnolia y estaba acostumbrada a ver ciudades y pueblos.

— Mira, allí están— señalo el chico unos árboles cerca de ellos.

Allí estaban comiendo fruta con sus manos peludas, unos se rascaban la tripa mientras otros simplemente dormían cosa que hizo mucha gracia a Juvia.

— Nunca he podido ver monos, son tan...monos— Natsu se echo a reír, despertó a uno de los monos que le lanzo un trozo de fruta impactando en la cara de este.

— ¡Maldito cabrón!— Juvia tuvo que sujetarle porque ya se iba cara al mono.

Entonces le lanzo desde su boca una llama en forma de disparo que paso cerca de la cabeza del mono dejando una especie de peinado raro al mono que se fue asustado, el resto también se largo antes de que salieran achicharrados.

— Natsu-sama, nada de quemar monos— regaño esta haciendo que estaba enfadada.

El dragon slayer agacho la cabeza arrepentido. Después se fueron a ver las diferentes flores que crecían en el lugar, eran muy extrañas a la vez que bonitas, ademas solo crecían en esa zona debido a la temperatura. Juvia miraba cada flor con corazones en los ojos, estaba prohibido arrancarlas pero solo con mirarlas a la joven le bastaba.

— Juvia piensa que han hecho bien en venir— dijo mientras se apoyaba en su amado.

Llego la noche y ambos se unieron a la fiesta, un gran banquete con una fogata en medio mientras toda la gente bailaba alrededor, algunos solo bebían, otros comían, la gente se iba uniendo al coro o lo dejaba para poder descansar, Natsu fue el primero en unirse mientras la maga observaba feliz de verle tan contento.

— Juvia vamos— ella dejo de beber y se tomaron de las manos para bailar.

Más tarde y cuando ya la fiesta había terminado se fueron un rato a pasear por la playa, la luna estaba llena y iluminaba la arena con una luz clara. Natsu  se quedo viendo a Juvia que jugueteaba con sus pies y chapoteaba en la orilla. Se acerco hasta ella, la tomo del brazo y la beso, eso tomo por sorpresa a la joven que solo se limito a corresponder.

Y allí se quedaron, bajo esa luna mientras se susurraban lo mucho que se querían.

Continuara.

En el próximo, Capítulo 19: La decisión de Natsu. 

Nuestro Secreto(Navia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora