El inicio.

8.5K 259 45
                                    


La luz del sol se mete por la ventana, molesto como todos los días en esta última semana. El despertador suena, 5:37 de la mañana, saco mi mano derecha, como una zombi me despierto para, con los ojos entre cerrados, apagar ese molesto ruido. Pasan 10 minutos para que mi madre venga a molestarme con la finalidad de que me levante a bañarme, es miércoles, día de escuela.

——Es tarde—susurra mi madre

Un gemido como de tortura es la respuesta que recibe de mi boca, es invierno, el frío es denso, aunque está el sol, éste no calienta demasiado solo molesta la visión, miro a mi derecha, ahí está mi hermana menor, durmiendo, profundamente, en sus pies está nuestra perrita, Bella: blanca, la bañe ayer en la tarde, nariz negra, sus ojos no se ven pero son oscuros, como mi habitación a la hora de dormir.

Me levanto arrastrando los pies, abro la puerta de mi habitación, para llegar a la sala, ahí me encuentro con mi papá y mi mamá discutiendo, el notar que yo entre a la sala, su discusión se vuelve un silencio abrumador.

——Que no los escuche, ——menciono pasando de largo, hacia el sofá, donde está mi ropa, la tomo y entro a la ducha.

Después de algunos minutos, salgo de la ducha, me coloco un short de licra, la blusa blanca de mi uniforme y la falda negra con cuadros rojos, al salir, Miranda, mi hermana, está desayunando.

——Mocosa, ¿no te bañaras?——le pregunto pasando de largo hacia el sofá café de la sala, donde mi tenis negros y las calcetas me esperan.

——Me bañé anoche——responde, saltando a la defensiva.

——Ohm.

Claro, ella se baña, mientras yo leo.

——Revisa el correo, Katherine —–me ordena mi madre, mientras cepillo mi cabello rojo (teñido, lógicamente) y ella deja un pan con mantequilla sin orilla a mi hermana, las detesta.

——Está bien —–camino rumbo a la puerta negra, mi color favorito, y salgo a la cochera, ahí un punto gris me detiene, el buzón del correo, saco los 7 sobre que se encuentran dentro...

——Cuentas, cuentas, escuela, cuentas, cuentas, cuentas, cuen......——mi nombre resalta en esa última carta, Katherine Sherdon, un suspiro sale de mi boca, mirando la carta entro a mi casa, el frio es horrible y espeso.

——Toma —–me dirijo a mi padre, y le doy los otros 6 sobres, quedándome de esa forma con ese que tiene mi nombre.

—— ¡HEY!——exclama Miranda—— ¡Te quedaste con una!

——Es mía, mitotera –—respondo ya en mi cuarto, donde me dispongo a colocar crema para peinar, si no, mi cabello parecería a Bella.

—— ¿Tuya?——responde mi padre quien ha dejado ya los sobres en la mesa donde un crucifijo cuelga de la parte de arriba.

——Si, dice mi nombre —–respondo colocándome maquillaje líquido seguido por mi polvo.

—— ¿Quién te envía cartas?——el tono de voz de mi hermana es tan anormal, que me obliga a mirarla desconcertada

—— ¿Y yo como voy a saber? no le he abierto——respondo con tranquilidad, aunque con coraje.

——Ya basta, ¿no? —–dice mi madre desde la cocina, mi padre se dirige a su desayuno, termino mi maquillaje, sencillo, base, polvo y rimen, claro, sin olvidar el labial rojo que me caracteriza.

El desayuno transcurre normal, sin cuestionamientos de mi carta "anónima", llegan las 6:53 de la mañana, mi padre se despide de mi madre, después de un abrazo cálido de mi madre a Miranda, ella y él se van a la escuela de Miranda.

Cartas de SangreOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz