Prólogo

2.2K 113 6
                                    

—Ya puedes salir, pequeña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Ya puedes salir, pequeña.—Abrí la puerta del transportín en el que mi gata había estado durante horas. Ella se acercó a mí y empezó a olisquear su nuevo hogar. La cogí en brazos y le acaricié por detrás de la oreja, ella cerró los ojos y se relamió indicando que le gustaba ese movimiento.—Este será nuestro nuevo hogar.—Sonreí y me levanté del suelo aún con ella en brazos, paseando por los lugares del apartamento que aún no había visto.

Las cajas con mis cosas aún estaban en la entrada, cosas que colocaría poco a poco. El salón era bastante amplio, poseía un sofá color beige y enfrente de este había una televisión plasma encima de un mueble blanco. En el propio salón estaba la cocina dando lugar a la típica cocina abierta. Más adelante, al final del pasillo principal estaba lo que sería mi nueva habitación. Esta tenía las paredes pintadas de blanco, un armario marrón, una estantería marrón también y una cama grande de matrimonio.

Solté a mi gata y volví a la entrada, cogí una caja en la que ponía Nymeria, el nombre de mi gata, que fue basado en la loba de Arya de Juego de Tronos y saqué el cuenco de comida y agua junto con el pienso. Fui a la cocina y rellené ambos cuencos con su respectivo alimento. Mi gata apareció en la cocina haciéndose notar con unos maullidos y comenzó a comer.

—Iré a la tienda de conveniencia a por algo de comida para mi, vengo en un momento.—La acaricié, cogí las llaves del apartamento que descansaban en la parte superior de un mueble de la entrada y salí cerrando la puerta con llave tras marcharme.

Hacía mucho más frío del que esperaba, así que al salir me abracé a mi misma y avancé con rapidez hacia la tienda. No tenía nada de comida en el apartamento y estaba realmente hambrienta, llevaba sin comer por lo menos ocho horas, lo que duró el viaje de mi cuidad natal hasta Seúl. Echaría mucho de menos a mi familia, era la primera vez que estaría separada de ellos por tanto tiempo. Recorrí los pasillos de la tienda hasta que finalmente encontré algo de ramen y una botella de Nestea, al día siguiente volvería para comprar más comida. Fui hacia el mostrador y le pagué a la dependienta que me sonrió agradecida.

Al salir, al fondo de la calle divisé un parque que se extendía hasta el final de esta, se veía bastante grande y estaba rodeado por una valla muy alta. Caminé hacia él con la esperanza de que estuviera abierto y lo estaba. Entré observando el lugar, había muchas zonas con césped que parecían ser el sitio favorito de mucha gente porque la poca gente que había estaba sentada ahí, fumando y bebiendo alcohol. Era algo tarde pero aún así había niños con sus padres jugando en los columpios, podía deducir que eran preescolares por su uniformes. Había un camino especial para los ciclistas y corredores. Eso me animó a volver a empezar a correr como hacía el año pasado, no estaría mal ejercitarme. Enfrente del parque estaba el famoso río Han que atravesaba la cuidad de Seúl.

Arreglé mi flequillo y me senté en uno de los bancos que daban frente a este. Miré asombrada cómo las luces de la cuidad se reflejaban en el agua y pensé una vez más si la decisión de marcharme de Daegu había sido la correcta. No podía parar de darle vueltas, el hecho de separarme de mi familia me dolía bastante pero la carrera que tenía pensado hacer sólo estaba en la capital. También había tenido muchos problemas con mis amigos y especialmente con el que en esa época fue mi novio.

Jet Black Heart↬Min Yoongi (LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora