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[민윤기]
"Me sentí acalorada, no podía dejar de sonreír y sentía como se erizaba cada parte de mi cuerpo. Sin poder aguantar ni un segundo más me acerqué a él y sólo con mirarle a los ojos supe que también lo deseaba. Le besé, notando como Yoong...
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Habían pasado dos semanas, lo que significaban cuatro clases en la academia de baile, cuatro clases en las que no había descubierto nada sobre el señor Kim. Ni siquiera había visto a Leeri, su hija.
Estaba sentada en una de las escaleras de la entrada del Seoul Music Arts esperando a Haneul. Hacía mucho frío así que me abracé a mi misma mientras maldecía a mi amiga por lo bajo. Las clases habían acabado y el recinto cerraría pronto. La nieve había cuajado y reposaba sobre los escalones como si estos fueran almohadilladas partes de una obra arquitectónica, más allá veía las copas de los árboles con pocas hojas y abundante nieve.
Me levanté al oír la puerta del recinto abriéndose y vi como Haneul se ponía su abrigo mientras hacía un gesto de sorpresa por el frío.
—Estás mejorando—me dijo cuando comenzamos a ir a la parada del metro.
—Lo dudo mucho, me cuesta entender los pasos y mis brazos no parecen poder moverse al mismo tiempo que mis piernas.
—Sólo llevas cuatro clases, cuando lleves más notarás la diferencia. Todo es cuestión de práctica.
Le di una patada a una rama que se puso en mi camino y me pregunté si alguna vez bailaría igual que ella.
—¿Cómo te va con Jooheon?—cambié de tema y le miré con una sonrisa.
—Pues lo estamos intentando pero no creo que lleguemos muy lejos.
—¿Por qué?
—Somos muy diferentes.
—Te entiendo—pensé en Yoongi, en lo diferentes que éramos y lo lejano que se me hacía. Él era mayor que yo, tenía un puesto de trabajo en una empresa en la que pronto sería el presidente e incluso estaba comprometido con una chica con la que ni siquiera hablaba. Su mundo era totalmente diferente al mío y su mentalidad también.—Espero que consigáis estar juntos a pesar de las diferencias.
Me despedí de Haneul en la estación de metro y caminé para coger la línea que me llevaría a Gangnam.
Aquellas dos semanas se me habían hecho muy cortas.
Hice el examen de historia de la filosofía y las clases de la universidad se me hicieron cortas gracias a Lisa, que no paraba de reírse de Changkyun a sus espaldas y sus comentarios eran demasiado graciosos. Por suerte Changkyun no denunció a Jungkook, tal vez porque, tal y como había dicho Lisa, era demasiado tonto como para saber que podía hacerlo.
Estuve trabajando y recibí mi dinero del mes ya que enero estaba finalizando, con él pude pagar la academia de baile y el alquiler entre otras cosas.
También vi a Yoongi bastantes veces, le invité a mí casa en varias ocasiones y también fui a la suya para que me enseñara algo de piano, tal y como prometió. El hecho de quedarnos siempre en casa me hacía preguntarme si no quería que nos vieran juntos y por consecuencia, me hacía dudar de el tipo de relación que teníamos. En ningún momento Yoongi me había dicho que me quería ni habíamos aclarado lo que estaba pasando entre nosotros.
