Capítulo 19

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El sonido del despertador hizo que me despertara de golpe

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El sonido del despertador hizo que me despertara de golpe. Sentí como Yoongi se movía a mi lado, despegaba uno de los brazos que me rodeaban y vi de reojo como lo estiraba para alcanzar el reloj y apagar la alarma. Me giré lentamente para quedar frente a él, aún me sentía soñolienta y mis ojos se cerraban sin que yo lo pretendiera. Volvió a abrazarme y me acercó aún más mientras cerraba los ojos de nuevo. Aproveché ese breve instante para mirar cada facción de su rostro iluminado por la leve luz del sol que se colaba a través de las cortinas de su lujoso dormitorio. Su piel blanquecina parecida a la escultura clásica de mármol, su pelo azabache despeinado y mostrando ciertas ondulaciones, sus labios rosados y un poco cortados formando una fina línea. Me produjo mucha tranquilidad y quise que el momento fuera infinito, incluso si sabía que nada en la vida era infinito. Sus brazos rodeaban mis caderas con firmeza, percibí su calor corporal y noté como el aro del sujetador se clavaba en mi pecho.

Me moví un poco, tratando de acercarme más a él. Le robé un beso sin pensarlo. Fue un beso corto y sentí sus labios calientes en comparación a los míos. Vi como Yoongi esbozaba una sonrisa y abría sus ojos que brillaban, mostrando una felicidad que rara vez había visto en él. Hoseok había dicho que los sentimientos no eran cosa de Yoongi pero yo los noté con claridad. Una mirada que lo decía todo.

Yoongi se separó de mi y empecé a sentir frío. Me estremecí y vi como salía de la cama. Su aspecto de recién despertado me producía ternura, su ropa estaba un poco arrugada y miré su espalda que apenas se veía definida por la anchura de su camiseta.

Me incorporé y vi como Yoongi salía de su habitación rascándose la nuca para probablemente ir al baño. Salí de la cama a pesar de no querer hacerlo y caminé sobre el frío suelo con mis pies desnudos, haciendo que me espabilara con más rapidez. La ropa que había usado el día anterior descansaba sobre la silla del escritorio, la cogí y caminé hacia el baño que estuviera desocupado. Sabía que la casa de Yoongi tenía dos baños pero no sabía dónde estaba el otro. Abrí algunas de las habitaciones sin tener suerte hasta que abrí una puerta y una corriente de aire frío me golpeó con fuerza. Se trataba de una habitación rectangular, con muebles y una cama. Al final de la habitación vi un baño y decidí entrar para cambiarme allí.

Las paredes estaban pintadas de blanco, tenían algunos cuadros que parecían ser muy valiosos. Parecían estar pintados en óleo y lo que más destacaba de ellos era que todos tenían flores. Flores coloridas en cualquier lugar, ya fuera en un jarrón o en campo abierto. Aquellos cuadros le daban alegría a la habitación, con muebles oscuros y poca luz.

En un pilar de la habitación estaba colgado un espejo que dejaba ver mi cuerpo entero. Me miré fijamente en él y sonreí al ver mi pelo totalmente despeinado. Solté mi ropa sobre la cama y traté de arreglar mi pelo mientras me preguntaba si esa era la habitación de invitados que Yoongi utilizaba cuando sus amigos se quedaban a dormir en su casa. Canté en voz baja una canción que se me había venido a la mente y bailé un poco frente al espejo. Estaba feliz y la razón era bastante obvia. Me quité la camiseta que me había dejado Yoongi y me coloqué bien el sujetador, que se había movido un poco durante la noche.

Jet Black Heart↬Min Yoongi (LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora