Capítulo 2

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Daba vueltas por todo el pasillo mientras mordía mis uñas. Nymeria desde el sofá me miraba curiosa y movía la cola de un lado a otro, cualquiera pensaría que se estaba riendo de mí. Finalmente separé mi mano de mis dientes y bufé mirando el reloj de nuevo. Me rendí de esperar en el pasillo y me senté en el sofá con mi gata, traté de ver algo en la televisión pero mis pensamientos no me dejaban concentrarme en nada. Recurrí a otro de mis hábitos en caso de nerviosismo, tocarme el cuero cabelludo hasta el punto de arrancar hebras de este. Al darme cuenta de que estaba volviendo a hacer eso después de mucho tiempo, paré, acerqué las manos a mis rostro y las ganas de llorar volvieron. Ni siquiera entendía el significado de mi llanto, no conocía a ese hombre, ni a su hermano, no sabía nada de él. Supuse que la empatía que sentía era demasiada. Tenía una hermana mayor y sólo el imaginarme que le pasara algo hacía que mi cuerpo se estremeciera. Nymeria se acercó probablemente preocupada por mí, la cogí y la abracé. Ella soltó un maullido y se separó de mí saltando del sofá para ir a la cocina.

El sonido agudo del timbre hizo que me levantara del sofá sin pensármelo dos veces. Al llegar a la puerta del apartamento miré por la mirilla para asegurarme de que era realmente la persona que esperaba. Y resultó serlo. Abrí la puerta para encontrarme con mi amiga Lisa. Ella llevaba puesta una blusa blanca y unos vaqueros negros junto a unas plataformas negras también. Había recogido su pelo en una cola de caballo y se había maquillado un poco.

-¿Todavía estás así?-me miró de arriba a abajo y soltó un bufido. Yo aún seguía con los vaqueros negros y un jersey rosa. Lisa se acercó a mí y me miró sorprendida.-¿Has estado llorando?-Inmediatamente agaché la cabeza, intentando ocultar lo obvio. Lisa entró a mi piso y cerró la puerta de la entrada tras ella. Me cogió de los hombros y me volvió a hablar.-¿Qué ha pasado? Ven vamos a sentarnos, le diré a Jungkook que a lo mejor llegamos tarde.-Me cogió del brazo y me llevó al salón. Una vez allí me miró con impaciencia. Respiré hondo y decidí contárselo, me vendría bien el apoyo de una amiga.

-¿Te acuerdas del señor Min?-Lisa frunció el ceño y asintió.-Bueno pues hoy he ido a comisaría para averiguar dónde vivía e intentar verle.

-¿Después de todo este tiempo?-Me interrumpió y asentí ligeramente.-Por Dios eso sólo se te ocurre a tí.-Le miré molesta y ella me pidió perdón con un susurro.-Bueno sigue contando.

-Bueno pues he ido a verle y me ha abierto su hermano.-Suspiré antes de continuar y cerré mi mano formando un puño.-Y me ha dicho que el señor Min se suicidó después de que yo lo salvara.-Los labios de Lisa se separaron un poco y volvió a fruncir el ceño. Ambas guardamos silencio. Lisa parecía estar sin palabras y no la culpaba, yo tampoco sabría que decir en este tipo de situaciones. Mi gata se subió al sofá de nuevo y se acurrucó junto a Lisa.

-Iseul.-finalmente habló.-Creo que puedo entender cómo te sientes, pero él mismo te dijo que quería morir...-Asentí recordando la manera en la que me empujó y su mirada llena de ira.-Pero aunque sé que es difícil deberías tratar de seguir adelante. Ya no puedes cambiar el pasado.-Lisa me abrazó y yo también a ella.-Y ánimate, ¿si?-Acarició mi pelo.-Ven a la fiesta y trata de olvidarlo, creo que será lo mejor.

Lisa llevaba razón, ya no podía hacer nada por mucho que lo pensara. Lo mejor que podía hacer era seguir con mi vida y no dejar que me atormentara.

-¡Llegamos tarde!-El grito de Lisa me sobresaltó.-Ve a cambiarte corre.-me miró seria, tan seria que me asustaba. Me levanté rápido de sofá y corrí a mi habitación. Ahí estaba la bolsa con la ropa que había comprado hace tan sólo unas horas. Me desvestí y me la puse con rapidez. Al finalizar me miré en el espejo de mi habitación y peiné mi pelo, dejándolo suelto. Me puse el abrigo de lana gris y salí de mi habitación. Lisa me miró con aprobación y levantó su pulgar en señal de aprobación.-¿No te vas a maquillar?

Jet Black Heart↬Min Yoongi (LIBRO I)Onde histórias criam vida. Descubra agora