Capítulo 5

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Miré mi reflejo formado por el cristal del portal y peiné un poco mi flequillo con los dedos. Tal vez la decisión de ir allí no había sido la mejor pero, ¿qué otra cosa podía hacer?, él debía saberlo. Además, no era la primera vez que me presentaría en su casa sin avisar. No me hizo falta tocar al portero ya que una anciana salió del portal. Le hice una ligera reverencia y evité que la puerta se cerrase, pudiendo así entrar. El portal estaba tal y como lo recordaba, con un montón de enredaderas que le daban un toque muy agradable y un gran espejo que decoraba la pared.

La noche anterior, antes de poder hablar con él, me enteré de que mi amiga había sido rechazada por el chico del que llevaba enamorada incontables años. Haneul durmió en mi casa aquella noche, traté de consolarla pero la verdad es que era pésima en eso. No es que nunca hubiera sido rechazada, de hecho me había pasado bastantes veces, sino que nunca sabía que decirle a la gente cuando estaban mal.

La placa dorada cuya letra era la D reposaba sobre el dintel de la puerta negra. Repasé una vez más lo que le diría y finalmente toqué al timbre. Después de un rato un chico de tez morena abrió la puerta. Tenía el pelo castaño, unos labios gruesos y sus facciones eran muy definidas. Me miraba con el ceño fruncido, esperando a que dijera algo. Lo reconocí al instante ya que le había visto en la fiesta de Jin pero no me acordaba de su nombre. Sonreí e hice una reverencia de nuevo, dispuesta a preguntar por Yoongi, pero este apareció al lado del moreno como si hubiera leído mi pensamiento.

-¿Es Jimin?-Su voz sonó curiosa y grave, miraba su móvil sostenido por una de sus manos mientras que en la otra tenía una manzana. Llevaba una sudadera de color azul eléctrico y unos pantalones de chándal negros. Levantó la cabeza hacia el frente y finalmente su mirada coincidió con la mía. Al igual que su amigo frunció el ceño y ladeó ligeramente su cabeza.-¿Qué haces aquí?

-He venido a hablar contigo.-Hice una reverencia por tercera vez en el día. Tenía que admitir que eso de hacer reverencias nunca me había gustado, pero así era Corea, nos obligaban a ser respetuosos con la gente mayor incluso si ellos no lo eran con nosotros.

-No sabía que eras amigo de Iseul.-Habló su amigo sorprendido y no pude evitar sentirme mal ya que él recordaba mi nombre y yo no el suyo.

-Es que no somos amigos.-Aclaró Yoongi mientras me analizaba con la mirada. A su lado, su amigo puso los ojos en blanco.

-¡Iseul!-Al lado de Yoongi apareció otra persona, que reconocí con facilidad.

-Hola Jin.-Le saludé de la misma manera que al resto.

-Pasa, estabamos jugando al Fortnite.-No pude evitar fruncir el ceño al oír el juego. No entendía que tenía de especial. Mis primos se podrían pasar el día entero pegados a la pantalla jugando a dicho juego.

-Oye, esta es mi casa.-Yoongi miró a su amigo con clara molestia. Jin, como si no hubiera oído nada, me volvió a insistir. Miré al propietario de la casa, que puso los ojos en blanco y entró en la vivienda, dándome a entender que podía entrar. Nada mas entrar me quité los zapatos, notando el contacto del frío suelo al apoyar mis pies y le seguí.

El lugar era tan lujoso y amplio como esperaba. Tenía un largo pasillo con vanos que daban lugar a las estancias, siendo la cocina la primera de estas. Al entrar en la cocina noté que había más gente de la que esperaba, sentados alrededor de una encimera de granito. Entre ellos estaba Jungkook que dejó de comer al verme e hizo el amago de levantarse sin éxito ya que tiró la bolsa de patatas fritas al suelo. Yoongi suspiró y se agachó para recoger el estropicio. Todos comenzamos a reír, casi sin poder evitarlo. Todos menos Jungkook y Yoongi que estaban demasiado ocupados limpiando el suelo.

-¿Es tu novia Jungkook?-Preguntó un chico que jamás había visto.

-Es mi amiga.-Aclaró Jungkook levantándose de suelo. Asentí dándole la razón.

Jet Black Heart↬Min Yoongi (LIBRO I)Where stories live. Discover now