Capítulo 3

7.5K 345 18
                                    

Cuando me escucharon decir eso sentí como ambas me abrazaron con todas sus fuerzas porque sabían de sobra por toda la mierda que estaba pasando, yo no pude evitarlo y lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas rápidamente de todo el dolor que sentía, sin parar. Mis manos temblaban y las lágrimas habían nublado mi vista, intentaba silenciar mis sollozos pero fallaba en el intento.
Las chicas me abrazaron más fuerte y eso consiguió hacerme llorar aún más, me estaba desahogando de todo lo que había estado aguantando y había acumulado para mi sola todo el día.

"Todo estará bien, Nat" Me dijo la Mari pero a mi lo único que me salía hacer es llorar.

"Nada estará bien, nada" Les decía mientras intentaba calmarme. "Está con alguien más" Dije y ambas abrieron los ojos como platos.

"¿Qué me estás contando, tia? ¿Como sabes tú eso?" Preguntaba Marta con desesperación.

"Hoy por la mañana cuando iba caminando para la cafetería vi a una chica y a un chico peleando pero no le presté mucha atención" Dije un poco calmada. "Pero luego de unas horas entraron a la cafetería, y me di cuenta que la chica que había visto en la calle era Alba" Cuando dije su nombre empezaron a caer lágrimas de mis ojos nuevamente y las chicas me abrazaron más.

"¿Te vió? Me preguntó Mari y yo negué. "¿Por qué no le has ido a hablar?"

"No podía ir a hablarle, Mari. ¿Qué le iba a decir cuando la viera? 'hola, Alba, ya sé que no me ves hace meses pero estoy aquí y me da igual que tengas novio, quiero volver contigo' obviamente no podía decirle eso y menos en frente del tio" Les dije más calmada y sin romper el abrazo. "Gracias por todo, de verdad"

Nos mantuvimos un rato más en la misma postura, me seguían abrazando, intentando calmarme hasta que logré hacerlo, o creía haberlo hecho hasta que llegué a mi habitación. Lo primero que hice fue ir a la terraza y encender un cigarro. Cerré los ojos, intentando no llorar pero se me hacía muy difícil. Cuando siento que no puedo más, apago el cigarro para irme a mi cama y me rompí.
Me rompí porque no podía soportar más esta situación.
No podía seguir echándote de menos y que mi estado de ánimo dependiera de ello, porque iba a terminar jodida, muy jodida, aunque pensándolo bien, ya estaba jodidísima.
No podía seguir así.
Te necesito en mi vida porque desde que nos separaron no he vuelto a ser yo.

Y haré todo lo que tenga a mi alcance para volver a traerte devuelta.

Te busqué durante meses por todos los medios posibles. Llamé a tus padres, a tus amigos, conocidos, pero nadie sabía dónde estabas, o por lo menos, eso era lo que me decían a mi. Y ahora que te encuentro estás con otra persona.

¿Te estará haciendo feliz? Espero que si, porque mereces ser feliz aunque no sea conmigo. Eres una persona maravillosa que no merece nada malo, ¿Sabes? pero sé que nadie te puede hacer mas feliz que yo, ¿Sabes por qué?

Porque dudo que alguien te pueda querer más que yo.

¿Te respetará? ¿Te llevará el desayuno a la cama como lo hacía yo? ¿Te dirá lo hermosa que estás cuando te despiertas, o incluso en todo momento?

De verdad, espero que estés bien. Que si no nos volvemos a ver, o si lo hacemos pero no decides escucharme y te vas, quiero que seas feliz. Porque, por mucho que me odies y me saques de tu vida, siempre serás una de las mejores personas que he conocido en mi vida y nunca me voy a arrepentir de haberte conocido. Porque contigo he aprendido lo bonito que es el amor y también me has enseñado a amar, y a eso te lo voy a agradecer toda mi vida.

------

Lo único que recuerdo de anoche es haberme dormido después de llorar por horas. Me desperté con un malestar terrible, me sentía rota.

Hacía un frío impresionante afuera, y me dió igual porque me sentía tan como el culo que ni siquiera me molesté en abrigarme mucho.

Cuando llegué a la cafetería estaba ya Maria y cuando me vió vino hacia mi y me abrazó susurrando en mi oído "¿Cómo estás?"

"Como una mierda" Respondí escogiéndome de hombros y ella me miró con tristeza.

"Si quieres tomate el día, que no hay problema" Dijo y yo negué.

"Si estoy en casa estaré tan agobiada que empezaré a llorar otra vez y no quiero eso. Prefiero despejarme trababando" Dije y me fui a poner el uniforme al baño para trabajar.

Cuando salí para preparar café, te vi otra vez y me quedé en total shock como ayer. ¿Qué hacías aquí? Estabas sola, sentada en una esquina mientras mirabas el móvil con el ceño fruncido y escribías todo rápido, Tenías la cara triste, me di cuenta que no eras la misma Alba de siempre, ya no transmitías esa alegría que tanto te caracterizaba, siempre irradiabas alegría y ahora estabas totalmente seria, tu cara no demostraba ningún tipo de emoción y eso me preocupó un poco. Estabas totalmente ajena a lo que pasaba a tu alrededor y me agradecí internamente porque sino me hubieras visto y yo no sé como hubiera reaccionado.

Sin esperar un segundo más me fui con la Mari y al verme tan alterada dejó de hacer lo que estaba haciendo y vino hacia mi con cara de preocupación.

"¿Qué te pasa?" Me preguntó agarrándome las manos.

"Está ahí, sentada" dije señalando la puerta y Mari se asomó para ver de lo que hablaba y luego se dió la vuelta mientras abría muchísimo los ojos.

"Tia, tranquila. Le atiendo yo, ¿Vale? tu tranquila y no te vayas de aquí" Dijo rápido y yo asentí porque no sabía que decir.

Estabas ahí sola y yo no era capaz de ir a hablarte, tenía muchísimas ganas de ir y decirte todo lo que tengo en mi pecho pero estaba cagada, Alba. No sabía como reaccionarias cuando me vieses y me daba mucho miedo. era una cobarde de mierda y lo sabía.

Una parte de mi quería ir e intentar hablar contigo, pero la otra parte de mi era la cobarde que no me dejaba hacer nada porque aparecían todos mis miedos.
Miedo a que me rechaces
Miedo a que me mandes a tomar por culo
Miedo a que ni siquiera me hables y te pires.

Entonces fue cuando decidí hacer algo infantil, a mi parecer.

Cogí una servilleta y un bolígrafo y empecé a escribir.

Sonríe, por favor. Odio verte triste.

Cerré la servilleta y apareció Maria.

"Oye" Llame su atención y ella me miró para que siguiera hablando. "¿Puedes darle esta nota a Alba junto a su café? dile que se lo ha mandado alguien, no me nombres, por fi" Ella tomó mi nota y la abrió para leerla y luego mirarme con el ceño fruncido.

"¿Qué intentas?" Preguntó y yo suspiré pesadamente.

"No lo sé, Mari. Pero no tengo los suficientes cojones como para ir a hablarle por ahora, ¿Le darás la nota por mi?" Pregunté esperanzada y asintió para después salir por la puerta e ir hacia ella.

No me olvides. | albalia.Место, где живут истории. Откройте их для себя