Capítulo 25

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"No me cuelgues, por favor"

Ella seguía hablando pero mi mente estaba totalmente bloqueada, no sabía que decir. Alba me miraba preocupada y al verme en total estado de shock se acercó inmediatamente a mi y yo puse la llamada en altavoz.

"¿Sigues ahí?" Preguntó en un susurro y Alba abrió los ojos como platos al darse cuenta de quien se trataba aquella voz.

"¿Qué quieres?" Hablé intentando sonar lo más cortante posible y oí un suspiro del otro lado de la línea.

"Me ha dicho Marilia que habló contigo y con Alba sobre tu padre" Estaba flipando, o sea, ¿Por qué Marilia hablaba con mi madre?

"Necesito que vengan y que hablemos"

"¿Qué te hace pensar que vamos a ir?" Pregunté un poco exaltada y Alba me cogió la mano y le dió un leve apretón para hacerme saber que ella estaba conmigo.

"Porque no tienes una idea de lo que realmente está pasando, y estoy cien por ciento segura de que me odias" Su voz era idéntica a la de una persona la cual había estado llorando, pero ahora me daba un poco igual.

"Si vamos no quiero que esté mi padre en la casa" Dije firmemente.

"No vivo con él. Te pasaré la dirección y las espero mañana" Colgó y yo no me podía creer nada de lo que me estaba pasando ahora mismo.

Alba me envolvió en sus brazos y comencé a sollozar porque todo esto me parecía muy surreal.

"Tranquila, amor"

"No sé que hacer, Alba" Hablé luego de calmarme un poco, mirándola directamente a los ojos.

"Si le ibas a dar una oportunidad a tu padre de hablar, ¿Por qué no a ella? además ha dicho que no sabes muchas cosas" Me abracé más a ella y me dió un besito en la mejilla.

"Tienes razón, mañana estaremos allí"

* * *

Volver al lugar en donde estuve prácticamente toda mi adolescencia me había traído mil recuerdos. Cada lugar me recordaba miles de cosas y estaba bastante nostálgica.

Estábamos en un taxi con Alba rumbo a la dirección que me había dado mi madre, y, para nuestra sorpresa, conocía perfectamente esa casa.

Era un poco más pequeña que en la que vivía junto a mis padres y hermanos antes, pero no dejaba de ser preciosa.

Si no mal recuerdo, antes vivían una pareja con un hijo que luego se mudaron a Estados Unidos, la casa estaba en venta y por lo visto la había comprado mi madre.

Le pagamos al taxista y Alba me cogió la mano antes de comenzar a caminar hacia la puerta. Tocamos timbre y unos segundos después apareció mi madre detrás de la puerta, a la cual automáticamente al vernos se le empezaron a caer lágrimas.

Intenté ignorar eso y ella al vernos sin hacer nada se corrió para dejarnos pasar.

"Dios mio, estáis hermosas" Habló por fin luego de indicarnos que nos sentemos en uno de los sofás que había en el salón.

"Gracias" Dijo Alba escogiéndome de hombros y mi madre se dió cuenta que no íbamos a decir más.

"Voy a comenzar por decirte que tu padre y yo estamos separados desde que te fuiste" Dijo mirándome y la miré confundida, no me esperaba aquello en lo absoluto.

"¿Por qué?" Pregunté simplemente.

"No voy a negarte que era una persona homófoba y que cuando me contaste que eras bisexual me lo tomé bastante mal, pero quiero que sepas que nunca, pero nunca, estuve de acuerdo con mandarte a aquel internado. Tu padre es un hombre machista, con la mentalidad de que las mujeres somos inferiores a él y tenemos que estar a su disposición, y yo era su mujer. Si el decía algo iba a ser así y yo nunca podía objetar nada porque él era el que 'mandaba'. Cuando me dijo que iba a mandarte a un internado me opuse diciéndole que no podía hacerte eso simplemente porque tenías novia y no novio, pero a él le dió igual reprochándome que tenía que estar de su lado porque yo era su esposa y tú una niñata.

Comenzamos a discutir porque yo seguía diciéndole que era una locura hacer eso hasta llegar a tal punto en el que me dió una bofetada dejándome helada. Nunca lo había visto de aquella manera, luego me amenazó con que iba a pasarla mal si me oponía a que te mande a un internado y yo tenía muchísimo miedo, así que no hice nada, aunque sabía perfectamente que iba a sacarte de allí lo más pronto posible. Unos días después de que tu padre te mandó al internado yo fui a buscarte, y me dijeron que te habías escapado. Llamaron a tu padre para decirle aquello y me echó la culpa a mi, diciendo que yo te había sacado de allí y te tenía en algún lugar. Comenzamos a discutir nuevamente, y aquel día fue uno de los peores de mi vida. Comenzó a golpearme sin parar y yo lo único que hacía es gritar por ayuda. Para mi buena suerte, uno de los vecinos llamó a la policía tras escuchar mis gritos y lo detuvieron. Pasó meses en la cárcel hasta que lo soltaron.

En ese tiempo conseguí un trabajo estable y con mis ahorros pude comprar esta casa para mi, para Santiago y Elena. Intenté buscarte por todos los medios que tenía, y nunca pude encontrarte. No tenía ningún tipo de contacto con nadie que te conociera y que esté contigo, porque te habías ido dejando a todas las personas que conocías atrás. También comencé a informarme más y me dí cuenta de lo gilipollas que había sido contigo, y entendí que no importa con quién estés, si es chico o chica, lo que importa es que seas feliz.

Con todo esto no estoy intentando justificarme porque soy consciente de lo mala madre que he sido. Con esto quiero que entiendas realmente que pasó, y que puedas darme una oportunidad de que volvamos a ser una familia en un futuro, pero sin tu padre, que ya sabes bien por lo que está pasando."

Cuando terminó de hablar yo estaba llorando y Alba me abrazaba con todas sus fuerzas diciéndome al oído que todo iba a estar bien, pero yo ya no sabía si creer en eso. Cuando por fin logré calmarme, levanté la vista y mi madre me miraba con lágrimas en sus ojos, y eso me rompía más.

"¿Cómo puedo saber si eso es verdad? ¿Como sé que no me estás mintiendo?"

"Porque nosotros estuvimos allí las miles de veces que mamá te buscaba y lloraba por tí" Giré mi cabeza rápidamente al escuchar aquella voz, y me encontré con Santi y Elena parados en la puerta del pasillo, mirando todo mientras lloraban.

No lo dudé dos veces y corrí hacía ellos para abrazarlos, y automáticamente me correspondieron. Sabía que los extrañaba, obviamente, pero al abrazarlos me dí cuenta realmente de la falta que me habían hecho en todo este tiempo.

No sé exactamente cuanto tiempo estuvimos abrazados, pero había sido bastante. Cuando me di vuelta mi madre estaba de pie mirándonos con una sonrisa triste, y en ese momento me daba todo igual, así que fui y la abracé.

Al instante sentí mi cuello húmedo, y me di cuenta que había comenzado a llorar. Todo lo que me había dicho era real, mi madre había pasado por toda esa mierda y yo estaba lejos odiándola, pero el culpable aquí era mi padre.

Después de tantos meses, me sentía en casa.

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Ya sé que estoy tardando en subir capítulos pero es que estoy todo el tiempo fuera de mi casa y cuando me pongo a escribir solo me salen cosas tristes, y para eso ya está el otro fic que los voy a hacer sufrir bastante en los próximos capítulos.

Pero aquí ya no habrá más drama, poco a poco irá mejorando todo hasta el final<3

Gracias por leer.

No me olvides. | albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora