Natalia había pasado de mi todo el siguiente día. No había respondido ninguna de mis llamadas y me habia dejado en visto todos los mensajes que le envié por whatsapp.
Suspiré pesadamente cuando entré al chat de Natalia por décima vez en la última media hora. Me encontraba tirada en el sofá viendo Orphan Black, me había enganchando muchísimo con aquella serie y solo iba por el tercer capítulo.
Tenía en mi lista the 100 pero era una serie que habia empezado con Natalia, la cual no me atreví a seguir sin ella. Me maldecí internamente pensando en que a Natalia le daría igual y probablemente la miraría por su cuenta pero, por otro lado, tenía la esperanza de que eso no fuese así y la sigamos mirando juntas algún día.
Hoy era sábado, y eso significaba que era el día en el que el bar estaba más lleno de gente. Normalmente eso me asustaba mucho, porque seguía teniendo miedo al que dirán, pero hoy, me daba igual todo.
Últimamente cuando cantaba en aquel escenario me descargaba, y eso se sentía realmente espectacular. La idea de poder 'vaciarme' y soltar todo a través de la música sonaba genial en mi mente, pero más genial era cuando todo eso pasaba realmente.
La música era una de las cosas más importantes que tenía en mi vida. A partir de los 16 años empecé a componer canciones, las que por cierto, no se las había enseñado a nadie porque me daba verguenza, excepto a Natalia, claro.
Natalia conocía absolutamente todo de mi, y eso en parte me asustaba un poco.
Esta noche me iba a animar, iba a intentar dejar todos mis miedos atrás y que me de igual el qué dirán.
Hoy voy a cantar una de mis canciones frente a todas aquellas personas que vayan al bar.
Y obviamente, iba para Natalia.
Vamos, que como no haga acto de presencia en el bar me cagaría en todo, pero tenía el presentimiento de que ella estaría presente hoy por la noche.
Estuve toda la tarde mirando Orphan Black hasta que decidí que era la hora de darme una ducha para luego ir al bar. Era temprano aún, pero hoy me apetecía que Dave me peine y maquille super guapa.
Entré a la ducha no sin antes poner mi playlist de Spotify. Me gustaba escuchar música mientras me duchaba y, a veces, cantar un poco para despejarme.
Una hora después me encontraba de camino al bar de Miki, que por cierto fue al primero que me encontré ni bien puse un pie allí.
"¡Alba!" Dijo con entusiamo al verme, viniendo hacia mi.
"¿Como estás?" Le pregunté después de saludarlo con dos besos.
"Yo bien, ¿Tu te has recuperado ya?" Preguntó entrecerrando los ojos y asentí sonriendo. "Me alegra saber eso, por cierto, anoche lo hiciste increíble" Dijo con una sonrisa sincera la cual devolví.
"Gracias, de verdad"
"Hoy vendrá mucha gente, ¿Ya tienes pensadas las canciones que cantarás?" Preguntó y abrí los ojos, recordando lo que tenía que decirle.
"Sobre eso... Quería preguntarte si puedo cantar una canción mía, tengo la instrumental grabada y la he traido por si no te parece mala idea, pero sino no pasa nada yo..." Me interrumpió.
"Alba, que me parece genial que cantes algo tuyo. Creo que este bar además de un sueldo mensual te da la oportunidad de hacer conocida tu música y eso me parece genial. Creo que eres una excelente cantante y tienes mucho futuro por delante" Yo me quedé analizando todas aquellas palabras que me había dicho, las cuales me hicieron sentir genial.
