"No puedo creer que después de toda la mierda por la que me hizo pasar ahora quiere hablar conmigo" Hablé mientras Alba tenía su cabeza en mis piernas.
Después de la charla que tuvimos con Marilia, la cual duró aproximadamente tres horas ya que nos pusimos a hablar de todo lo que había pasado en este último tiempo, nos vinimos a casa de Alba no sin antes prometerle a Marilia que nos veríamos en cuanto antes.
"No sé, Nat... yo creo que tendrías que ir a ver que quiere decirte" Dijo Alba y yo la miré con el ceño fruncido, incapaz de creerme lo que me estaba diciendo.
"¿Estás de broma?" Hablé notablemente cabreada y ella negó. "A ver, Alba. El ha sido la persona que me separó de tí, la misma que también me trato de enferma y que me mandó a un maldito internado"
"Al fin y al cabo es tu padre, Nat. Recuerda lo que dijo Marilia, se está muriendo y puede que sea la última vez que lo veas" Se levantó de mi regazo para mirarme y yo bufé.
"Flipo contigo Alba. No puedo creer que quieras que vea a mi maldito padre, me hizo la vida imposible. Que le den, y a tí también" Dije esto último en un susurro y me levanté del sofá para dirigirme a la habitación a pasos agigantados.
Me acosté en la cama boca arriba y suspiré pesadamente, no me podía creer la actitud de Alba en estos momentos.
Mi padre me ha arruinado la vida, ahora me da igual él y mi madre. Ellos habían dejado de ser mi familia desde el momento en el que me rechazaron por mi orientación sexual.
"Nat" Susurró mi nombre detrás de la puerta, sin atreverse a entrar.
Como no escuchó respuesta de mi parte supuse que se había ido, pero no.
"¿Puedo entrar?" Preguntó y yo bufé.
"Haz lo que quieras, es tu casa" Dije a secas y automáticamente se abrió la puerta relevando a una Alba con los ojos llorosos. No me gustaba verla así.
Se acercó a mi y se acostó a mi lado sin decir nada y me miraba dudosa, hasta que se animó y se abrazó a mí poniendo su cara en mi cuello para luego soltar un sollozo.
"Lo siento, lo siento" Decía mientras se aferraba aún más a mí. "Tienes razón, no tienes la necesidad de ir a ver a tu padre después de todo lo que te hizo si no quieres"
Yo seguía sin hablar, no porque siguiese enojada después de lo que había dicho, sino que estaba pensativa.
Pensanado un poco en frío, tenía la duda de qué sería aquello tan importante que mi padre tenía para decirme, y por un lado sabía que si no lo iba a escuchar probablemente me quedaría con aquella duda por el resto de mi vida.
"Sabes, Alba.. creo que en cierto punto tienes razón" Hablé en un susurro y ella sacó su cara de mi cuello y me miró confundida.
"¿A qué te refieres?"
"A que probablemente debería ir a verle para escucharlo porque puede ser la última vez que lo vea y quiero saber lo que tiene que decirme" Dije calmada y solté un suspiro para luego proseguir. "Obviamente no voy a verle y abrazarlo como si lo hubiera extrañado o algo así, porque lo único que me produce es rechazo. Pero creo que al fin y al cabo todos merecen una oportunidad de ser escuchados, ¿no?"
"Dios, tienes un corazón tan enorme" Dijo bajito y me dio un beso suave en los labios. "Voy a acompañarte"
"¿De verdad lo harás?" Pregunté un poco sorprendida.
"¿Cómo no voy a acompañar a mi n...." No terminó la frase y yo me reí porque sabía lo que iba a decir y ella me dio un manotazo en el pecho, estaba rojísima y yo me reí aún más. "Imbécil" Se levantó y se dirigió hacia la puerta para salir de la habitación.
"¿A dónde vas?"
"A hacer la cena, que me muero de hambre" Notaba el nerviosismo en su voz y empecé a reirme otra vez y ella me enseñó su dedo medio antes de irse.
* * *
Después de darme una ducha en la cual tuve bastantes complicaciones por la maldita venda que tenía en el hombro, me dirigí a la cocina y allí estaba Alba cocinando mientras escuchaba música de fondo ajena a todo, como solía hacer ella.
Camine con cuidado de que no se entere de mi presencia y la envolví en mis brazos obteniendo un salto de su parte.
"Me has asustado, idiota" Lejos de alejarme comencé a llenarle la cara de besos porque me encantaba hacer aquello. "¡Para!" Decía entre risas y yo me moría de ternura.
Le ayudé a servir la mesa mientras ella sacaba la lasaña vegetariana del horno.
Decidimos cenar en la terraza ya que no hacía mucho frío y además teníamos una vista preciosa.
Estábamos cenando en silencio, el cual no era para nada incómodo. Me encantaba poder estar con Alba en cualquier situación y sentirme cómoda con ella.
"Nat" Dijo Alba en un susurro, levantando la vista hacia mí.
"¿Si?"
"¿Quieres ser mi novia?" Soltó de repente y yo abrí los ojos como platos, definitivamente no me esperaba aquello.
Me mantuve en silencio y ella se puso sueper nerviosa, pero yo seguía un poquito en shock.
Me levanté de mi silla y fui hacia ella sentándome en su regazo y con mi mano sana cogí su mandíbula y la besé lentamente.
Su lengua se coló en mi boca y yo empecé a succionar la suya, provocando un jadeo de su parte y me separé de ella para mirarla con una sonrisa.
"Claro que quiero ser tu novia, Alba" Le dije y ella comenzó a soltar grititos de emoción mientras me dejaba besitos en toda mi cara, provocando carcajadas por mi parte.
"Te quiero muchísimo" Dijo bajando sus manos a mi culo y apretando suavemente aquella zona, yo no dejaba de sonreír. "Me lo hiciste pasar mal cuando no contestabas, cabrona"
"Lo hice a propósito en realidad" Me dió una nalgada y yo la miré con la boca ligeramente abierta. "¿Qué ha sido eso?"
"Por ser mala conmigo" Antes de poder contestarle me ví interrumpida por mi móvil que sonaba el cual se encontraba en la cama. Me levanté del regazo de Alba y cuando fui a atender fruncí el ceño ya que era un número desconocido, pero sin embargo atendí.
"¿Hola?" Hablé.
"Dios mio Natalia eres tú. Hija soy yo, tu madre"
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Siento decepcionarlos peeero.. quedan menos de cinco capítulos jajaja lloro, que se acaba. Aunque por lo menos he publicado dos capítulos del fic que voy a seguir después, no voy a negar que voy a extrañar bastante este.
Bueno me dejo de dramar que ya bastante van a tener en los próximos capítulos.
Jajajaj o no
