Capítulo 5

7K 354 49
                                    

Mientras me tomaba mi café tenía la nota en mi otra mano y la observaba con el ceño fruncido.

¿Quién me había escrito esto y por qué lo hacía? y lo más importante, ¿Quién era esta persona?

La letra era rara, desprolija, como si la persona que lo escribió lo haya hecho así de mal a posta.

Miré a mi alrededor, había mucha gente en las mesas y todas conversaban entre ellas o las que estaban solas le prestaban atención a su móvil, nada me parecía raro o sospechoso, nadie me miraba. Suspiré y me terminé el café para levantarme e irme, no sin antes guardar la nota en el bolsillo de mi abrigo.

Al llegar a la puerta de la cafetería para salir de allí sentí que alguien me miraba, era raro, pero juro que sentí eso. Me di la vuelta rápidamente y no había nadie mirándome, la gente seguía a su bola y fue cuando decidí salir de ahí lo más rápido que pude.

¿Qué estaba pasando?

¿La persona que me había escrito eso sería un desconocido o alguien que me conocía?

Necesitaba volver a la cafetería, pero no hoy.

****

Desde que me mudé aquí a Barcelona trabajé en un bar todas las noches para ganarme mi dinero y pagar mi propio piso y mis cosas, mis padres quisieron darme dinero pero yo se los rechace porque quería conseguirme mis propias cosas y ellos aceptaron. Mi familia era la única que sabía en donde me encontraba, pero les había dicho que no le digan a nadie a donde iba, y por lo visto habían respetado eso. Hace unos días el bar cerró y como se pueden imaginar me quedé sin trabajo. Cuando se lo conté a Joan el me dijo que tenía un amigo el cual era dueño de un bar y posiblemente podría darme empleo, así que accedí porque confiaba en él y sabía que no me mandaría a cualquier lado con cualquier persona si no fuera de confianza.

Estaba de camino a la casa de este chico, que según me había dicho Joan se llama Miki.

Cuando llegué a la dirección que Joan me había dado toqué la puerta y me abrió un chico castaño un poco más alto que yo y me sonrió.

"¿Tú eres Alba, verdad?" Preguntó para después saludarme con dos besos.

"Si, soy yo." Contesté con una sonrisa tímida, estaba un poco nerviosa, siempre lo estaba cuando hablaba con personas que no conocía.

"Encantado, soy Miki. Pasa" Me dijo y luego se corrió para darme lugar a que entrase a su casa. "Ven, siéntate" Su casa era enorme, tenía ventanas por todas partes, una tv gigante, sillones por todos lados, era malditamente genial. "Bueno.. Joan me ha dicho que no tienes trabajo, ¿Verdad?"

"Así es" dije asintiendo. "Trabajé de camarera en un bar y cerró hace unos días, y por eso me quedé sin empleo" Dije un poco apenada.

"Vale. Pero yo no quiero que seas camarera de mi bar ni nada de eso" Al escucharlo fruncí un poco el ceño.

"¿Entonces...?"

"Joan me ha dicho que cantas y que lo haces genial" Dijo con una sonrisa y yo abrí los ojos como platos.

"Oh no, no, no. Hace mucho tiempo que no canto y eso era un pasatiempo" Dije apresuradamente.

"He visto los covers que tienes en instagram, y déjame decirte que cantas genial, Alba" Dijo con una sonrisa amistosa y yo negué. "Mira, no te voy a presionar ni nada, ¿Vale? pero por si aceptas te voy a contar como va la cosa" Hizo una pausa y como no obtuvo respuesta de mi parte siguió hablando. "Trabajas cuatro días a la semana, lunes, miércoles, viernes y sábados. Puedes elegir tú las canciones que quieras cantar. Normalmente va mucha gente pero los días en los que va más gente son viernes y sábados, ganaras un buen dinero, seguramente el doble o más de lo que ganabas en tu anterior trabajo" Dijo y lo miré sorprendida, eso era mucho dinero y aún cubriendo mis gastos de alquiler me quedaría bastante dinero de sobra, cosa que no pasaba con mi anterior sueldo. Me quedé unos minutos en silencio y Miki me miraba esperando mi respuesta.

No me olvides. | albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora