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Bien ya lo había hecho, su corazón ahora palpitaba tan rápido que sentía que se detendría, sus pasos a cada momento se volvían más rápidos con la intención de alegarse todo lo posible de donde él se encontraba y en algún momento había comenzado a correr tan rápido como podía que sin notarlo ya se encontraba en la ciudad muy cerca de lo que alguna vez fue su hogar y de muchas chicas más, llego al viejo edificio y entro en el mientras evitaba a cualquiera de sus compañeras de gremio que en ese momento se encontraban reunidas en el pequeño salón de estar descansando o simplemente conversando uno que otro chisme, que al verla llegar todas y cada una de ella la observó incrédulas en especial la menor de los Slayers y la mujer de la lluvia.

- Maldición... Y ahora que hago? - Se cuestionó al llegar a su habitación, mientras que recargada su esbelta figura sobre la puerta y situaba sus dos manos en su rostro, era consciente, sentía su cuerpo temblar como gelatina por un simple pensamiento que no le importaría si fuera simplemente Natsu, pero lamentablemente para ella no era tan facil.

- Kana-san se encuentra bien? - escuchó desde el otro lado la armoniosa y preocupada voz de Wendy acompañada de leves golpes, en un rápido movimiento abrió la puerta observando que no era simplemente la maga de aire, si no, a las dos magas peli azules antes mencionadas paradas enfrente de su habitación, rápidamente las tomo de las manos adentrandolas al interior del mismo con un leve tirón en busca de una posible respuesta al extraño sentimiento que en ésos momentos la inundaban.

- ¿Qué le ocurre Kana-san?, se ve... -

- ¿Preocupada?- interrumpió ella mientras las miraba y en un perezoso movimiento caía sentada en su cama.

- No...- contestó Juvia mirando a la menor de ellas extrañada - De hecho se ve feliz - Wendy revisó rápidamente la habitación encontrando un pequeño espejo que era cubierto por una muy fina capa de polvo,  lo tomó y limpió soplando, se lo acercó ella, permitiendo que se reflejará. Por un momento Kana se quedó impresionada, tenia un leve sonrojo en sus mejillas y una gran sonrisa de tonta enamorada.

- Gracias... tengo que arreglarme así que salgan - Habló ella despues de unos segundos, se puso de pie caminó a su armario y comenzó a sacar cada lindo vestido que veía pero eso no era lo más importante, despues de unos segundos y ver que ambas magas invitadas no se retiraron una vez más las tomo por las manos mientras  no dejaba que su sonrisa desapareciera, las guió hasta la puerta y las arrojó al pasillo con un pequeño empujón que en lugar de molestarlos les causó un cierto nivel de gracia y desconcierto.

Las horas pasaron en ese pequeño río dónde solía pescar, había decidido permanecer en ese lugar haciendo lo que Kana le había pedido, "enfriar la cabeza", pero en medió de esa calma sabía muy bien que algo ocurría, esos malditos locos no hacían las cosas nada más por que si, tenia que haber algo más, algo que el no era capaz de ver, algo escondido en todo eso.

- Le estoy dando demasiadas vueltas - Se dijo mirando el cielo mientras que flotaba libremente en ese rió que lograba tranquilizarlo o al menos un poco - ¿Cuándo fue que me volví así? - Se cuestionó, mientras una vez más se sumergía. - Maldición no tengo tiempo que perder en estupideces - Se dijo, lentamente salió del río completamente empapado gruesas gotas caían de su pelo y cuerpo pero parecía no importale ya que a cada paso que daba, vapor comenzaba a salir de su cuerpo indicando que esté comenzaba a secarse, tomo su vieja mochila y comenzó su regreso al que en ese momento ya consideraba era su hogar, al llegar a la ciudad y ver la cantidad de personas que en ese momento había decidió rodear la, para no llamar más la atención de lo que ya hacia, por lo que sería una tardada caminata pero al ver que el sol se encontraba lo suficientemente cerca del horizonte comenzó a correr no quería llegar tarde.

- ¿Natsu?, ¿ En dónde estás? -Pregunto ella asomando su cabeza desde las afueras de la pequeña casa que se encontraba totalmente a oscuras.

- Estoy en la cava - Se anunció él desde la pequeña habitación, ella con una sonrisa, cierta emoción y nerviosismo, camino hasta la pequeña puerta que ya conocía con lentos pasos siendo guiada por una tenue luz proveniente del mismo cuarto que desde las afueras no se lograba ver. - ¿Quieres un poco?- Pregunto él al sentir su presencia en la misma habitación mientras enseñaba una botella que para ella era conocida entretanto seguía revisando los demás licores.

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