×1×

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—¿Casarte? —Le dijo sorprendido su amigo Chanyeol que además era uno de sus compañeros de trabajo en la universidad donde ambos impartian clases.—¿No crees que es muy pronto?

Sabía que era mala idea contarle sobre su futuro matrimonio en éste preciso momento, no iba a soportar los dramas de su amigo cuando estaba a punto de impartir una clase, siempre necesitaba relajarse antes de entrar al aula con esos monstruos que se hacen llamar alumnos. Sólo se le salió la noticia sin pensarlo, ya no había vuelta atrás.

—¿Pronto? —Tomó un sorbo de café mientras caminaban por los estrechos pasillos llenos de estudiantes para dirigirse a su próxima clase.—Mi prometida y yo hemos estado saliendo por 6 años.

—¿Y qué? No te condenes solo, es mejor la soltería, aprende de mí. Un guapo soltero prodigio de 26 años.

JongDae lo miró de arriba abajo con diversión y largó una risa, lo cual desconcertó a su amigo; pero antes de que el más alto pudiera reclamarle algo más, se metió al salón de clases, donde la mayoría de alumnos ya se encontraban en su lugar.

Saludó a todos con esa típica sonrisa gatuna y su aura amable. Le gustaba ser cortés con sus alumnos, por eso era uno de los profesores más queridos de ahí. Nadie sabía de dónde sacaba tanta paciencia con los grupos tan escandalosos que le daban, ni siquiera él mismo lo sabía.

Comenzó a pasar asistencia, todo iba de maravilla porque el único alumno que lograba sacarlo de sus casillas aún no se había presentado a la clase.

Apenas estaba suspirando de alivio cuando la puerta del aula se abrió, mostrando a su pesadilla entrando sin pedir permiso, como si fuese dueño del lugar. Tomó asiento al lado de BaekHyun y JongIn, estos dos últimos también armando alboroto con bromas estúpidas como si no hubieran más personas presentes.

JongDae no le diría nada esta vez, necesitaba mantenerse lo más relajado posible ya que no quería llegar estresado de más a la cena familiar que había acordado hacer con su esposa para anunciar su matrimonio a los padres de ambos.

Todo transcurrió con normalidad —Si es que llamarle la atención a sus alumnos cada 5 minutos entraba en el estándar de una clase normal, al menos en Corea.—, por suerte era la última lección del día y todos podrían retirarse a su casa a descansar. Aunque bien sabía el profesor Kim que eso no pasaría y seguramente sus alumnos se irían de fiesta ya que es lo que normalmente hacen los jóvenes los viernes por la tarde/noche.

Estaba guardando sus materiales en su maletín cuando un pequeño sobre amarillo cayó en su escritorio.

Frente a él se encontraba Kim MinSeok con esa mirada llena de rebeldía y diversión.

—¿Qué se le ofrece, MinSeok?

—Debería estar feliz, profesor Kim.

—¿Por qué lo dice?

—No me verá tan seguido por aquí. —Se mordió el labio inferior con nerviosismo y el mayor pudo notar que en esa mirada hubo un destello de miedo mezclado con tristeza.—Estaré trabajando, no podré asistir tres días a la semana a su clase, mi turno empieza a la misma hora que usted se dedica a morirse entre todos estos monos salvajes.

Señaló a sus compañeros restantes que iban saliendo, dejando solos a ambos.

—¿No pudo conseguir un empleo que se acomode a su horario? —El menor negó con decepción.—¿Y cree que pasará mi materia asistiendo dos veces por semana?

—Lo hablé con el director JunMyeon. Esa es una carta donde me da el permiso con unas cuantas condiciones.

JongDae tomó el sobre amarillo, donde venían unos papeles que afirmaban las palabras del de ojos felinos.

Una de las condiciones era mantener su buen promedio. Porque sí, no lo iba a negar, a pesar de su actitud tan horrible era un buen alumno con notas altas, era el segundo mejor de la clase después de Do KyungSoo.

—Muy bien.—Asintió mientras seguía leyendo los documentos.—Pero escuche bien, MinSeok, donde baje una sola décima, no tendré compasión con usted.

El nombrado rió suavemente mientras asentía.

—No me subestime, profesor Kim.—Tomó el sobre y se dirigió a la salida del aula.—Pero que quede claro que no lo dejaré en paz con mis bromas.

No supo qué responder ante eso, lo dejó ir antes de perder los modales con él y decirle una sátira de palabras.

[·×·]

Un mes transcurrió y efectivamente su alumno no había estado tan presente, incluso los días que iba comenzaba a notarlo un poco más cansado, sin embargo, nunca le dijo nada al respecto o al menos no hasta ese día en que lo vio casi desvanecerse al término de su clase.

—Digame MinSeok, ¿En qué trabaja? —Le cuestionó por quinta vez con un poco de preocupación cuando se encontraban en la enfermería de la universidad.

—Eso a usted no le importa, ya déjeme ir. Quiero llegar a casa a descansar.

Le escupió con veneno. No tenía remedio y no quería pelear por ahora; después de insistirle un poco más en que descansara en la enfermería, terminó cediendo a la petición del otro sobre dejarlo ir.

¿Quién pensaría que poco después lo descubriría y que ese mismo chico rebelde terminaría sobre su regazo haciéndole un baile comprometedor?

Danza De ángel [ChenMin]Where stories live. Discover now