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Conforme se iban acercando a la mesa, pudo notar que era el lugar más aislado del bar, el lugar donde había unas pocas mesas en las cuales algunos visitantes se escondían para hacer todo tipo de cosas con sus compañías. Era perfecto para algunos clientes, porque estaba oscuro y débiles reflejos de luz apenas y llegaban ahí.

A pesar de aquella oscuridad, pudo notar a JongDae, porque siempre destacaba ante sus ojos, siempre destacaba ante su corazón. Su presencia era tan llamativa para él, que lo reconocería en cualquier lugar, en cualquier circunstancia.

Al estar frente a él, tanto Luhan como MinSeok lo saludaron con un asentimiento de cabeza.

—Aquí está a quien querías ver, ahora me iré a atender a los clientes.

El de sonrisa felina le agradeció y lo dejó retirarse a hacer su trabajo, mientras MinSeok veía con nerviosismo al suelo, el chino lo había abandonado demasiado rápido poniendo de pretexto el trabajo, aún seguía un poco molesto por no haberle llevado su comida que le prometió.

—Toma asiento.—Palmeó un lugar del sillón negro que estaba vacío a su lado.—No te voy a comer...a menos que tú quieras.

—¡JongDae!—Dijo en modo de reprimenda.—No digas esas cosas.

El mayor rió y el menor se sentó sin refutar nada más, sirviendole en un vasito un poco de una botella de whisky que estaba en la mesa, supuso que su mayor la había pedido, y se lo entregó en las manos.

Le sirvió por impulso, estaba acostumbrado a servirle a los hombres con los que siempre lo solicitaban.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a verte, te lo dije esta mañana.—retiró el vaso de sus propias manos y lo alejó de su vista.—No voy a beber, no cuando estoy contigo.

—¿Por qué no? Como si no conociera el alcohol, lo conozco mucho mejor que tú.

—No es eso, es sólo que odio beber cuando estoy con la persona que me gusta, más si se trata de ti, porque quiero estar consciente cada segundo de que eres real y de que en serio estoy contigo en éstos momentos.

—A veces me dan ganas de vomitar con lo cursi que eres.

Ambos rieron al unísono, formando una melodía armónica de felicidad.

—Te ves muy cansado, ¿ese bastardo te ha hecho trabajar mucho de nuevo?

—No estoy cansado.—Mintió.—no te preocupes, y si me lo permites regresaré a trabajar, debes irte ahora o Chang...

—Sé que él no está, que se fue al extranjero, así que no trates de ahuyentarme con ese pretexto.

Una expresión de sorpresa se dibujó en su rostro. En serio, ¿Quién mierda lo estaba delatando tanto? Primero fue Luhan y ahora JongDae, maldijo todo lo existente.

—Si te lo preguntas, fue Luhan quien me lo dijo.—Le aclaró y rió al verlo tan sorprendido.—Él estaba seguro que no me lo dirías, por eso solicité hablar contigo en cuanto me lo hizo saber. Sin Changmin aquí, no hay nadie que nos separe y no sólo me quedaré a observarte a lo lejos, como el otro día.

El pequeño rubió suspiró, y exhausto, se recostó sobre la mesa, escondiendo un poco su rostro entre sus brazos. Su amigo tenía razón, no se lo iba a decir porque no le incumbe al otro, o tal vez sí se lo diría pero no tan pronto.

Danza De ángel [ChenMin]Where stories live. Discover now